Juan Luis Vázquez Alemán / Gibraleón. Corría el segundo domingo del mes de febrero del año 1.877, a las cinco de la tarde venia al mundo en Minas de Tharsis el niño Guillermo Muñiz Pérez, hijo de Luis Muñiz Blanco carpintero de profesión, vecino de Galaroza, trabajaba de carpintero en las minas y de Trinidad Pérez Macías de Villanueva de los Castillejos, trabajadora de su casa.
Durante estos años de gran auge minero todos los vecinos de las poblaciones circundantes y de toda España acudían a las muchas explotaciones mineras de la franja pirita de Huelva, desde la frontera portuguesa a la vecina Sevilla eran años en que la Revolución Industrial precisaba de mineral para poder desarrollarse al ritmo que pedía la industrialización.
Aprendiz de carpintero desde bien pequeño pero viendo que el trabajo en las minas era algo no muy saludable por su toxicidad y aprovechando la buena comunicación por tren con la capital fue curtiendo otros sueños lejos de los humos contaminantes de las minas. Su hermano Frasco optó por la profesión de ferroviario de la compañía minera de Tharsis yéndose a vivir a Corrales donde se caso e hizo su vida.
Autodidacta nato, desde bien pequeño sintió admiración por el mundo de la enseñanza y la música, a muy corta edad marcho a Huelva a una Farmacia que había en la calle Botica como mancebo, allí se introdujo en el mundo de la alquimia, siendo el laboratorio de la misma el lugar donde se encontraba mas a gusto y no detrás del mostrador dada su seria forma de ser. Llego a preparar formulas magistrales llegando a estar durante días al cargo del laboratorio de la botica, compaginándolo siempre con los estudios de Magisterio, este oficio era para pagarse los estudios que conseguiría terminar y así mas tarde llegar a nuestro pueblo. En Gibraleón conoció a Carmen Garrido Duran, se casaron en el año y de este matrimonio nacerían dos niñas Luisa e Isabel. Con la familia ya formada y con el auge minero todavía en la provincia instalaron su residencia en La Zarza y allí daría clase durante varios años marchando al Barrio de Triana de la capital Hispalense, justamente en la calle Pureza. Tras estos de años de Maestro ambulante llego por fin su llegada a Gibraleón, corrían los años 30 y en la actual Avenida de Andalucía nº instalaría su Colegio Particular, le llamo Colegio San Luis en honor a su padre.
Siempre llamaba de usted a los alumnos tuviesen la edad que tuviesen, por este colegio pasarían varias generaciones de alumnos algunos de ellos llegando a ser Licenciados, Diplomados de todas las ciencias y letras, profesionales de todo tipo albañiles, carpinteros, labradores etc. Aquí no había descanso desde la mañana hasta bien entrada la noche no paraban de entrar y salir niños y no tan niños de este colegio. Compaginaba sus clases, con la carpintería, sus tocatas de violín. Trascribió a puño y letra el método Eslava de Solfeo, amante del sistema de aprendizaje de lectura llamado el Camarada enseño a leer y a escribir a varias generaciones de Gibraleón.
Ya jubilado gustaba de pasear por el pueblo y a diario visitaba a sus dos hijas. A los ochenta y un años el veintiséis de noviembre del año 1.958 nos dejaba.
Tras su muerte siguió entre nosotros en el clásico PREMIO GUILLERMO MUÑIZ, que se realizaría entre los años 1.964 y 1.969 ambos inclusive. En Sesión Ordinaria del día 30 de noviembre de 1.963 la corporación del ayuntamiento de Gibraleón estando al frente de él Francisco Camacho Ponce como alcalde y premiaban al alumno masculino de primera enseñanza que más se hubiera distinguido en cuánto a puntualidad, asistencia, compostura y aprovechamiento durante el curso.
El premio estaba dotado de 3.000 pesetas y Diploma y de 1.000 pesetas al profesor del alumno premiado. En su primera edición de 1964, el premiado fue D. Andrés Álvarez Lozano y su profesor D. Antonio Lineros Valverde; 1.965 D. Fernando Gamero Rangel y su Maestro D. Manuel Martín Boraita; 1.966 D. Antonio Fernández Rodríguez y su Maestro Don Juan Leñero Rebollo; 1.967 D. Manuel Hachero Romero y su Maestro D. Emilio Cremades Sirvent; año 1.968 D. Manuel Murez Borrallo y a su maestro Don Antonio Ponce Díaz;1.969 Benito Chaves Pozo , y a su Maestro Don Antonio Ponce Díaz, este seria el ultimo Premio concedido, dardo por terminado hasta nuestros días tal mención al mejor estudiante del curso.
Durante la década de los sesenta sería también cuando por sesión plenaria del ayuntamiento de Gibraleón se le concediera el nombre de D. Guillermo Muñiz a la paralela entre Velázquez y Larra, quién le iba a decir al maestro que lo iban a inmortalizar con una calle en su nombre entre dos reconocidisímisos artistas españoles, uno pintor Barroco y otro escritor Romanticista.
En recuerdo a mi abuela e hija del maestro, Doña Isabel Muñiz Garrido, ya que todo lo que cuento sobre estas páginas se lo debo a ella que me transmitió todo el amor que sentía por su padre muchísimos años después de su fallecimiento, ella fue quien me contó estas vivencias de Don Guillermo Muñiz Pérez.
4 comentarios en «Guillermo Muñiz Pérez, un maestro que dejó huella en Gibraleón»
Felicidades por tu primer articulo¡¡¡, creo que deberías seguir contando historias del Marquesado de Gibraleón, tienes material suficiente¡¡¡. Un abrazo.
Gracias, considerate como padrino del acto, intentare continuar escribiendo, para que conozcais un poquito mas de mi pueblo y las gentes que le dieron su actual forma en todo lo que abarca el verbo formar.
Juan Luís, enhorabuena por este bautizo!! Saludos.
Que felicidad me da leer que han existido estas personas tan notorias en nuestra historia, me siento orgulloso