Mari Paz Díaz. Construida en el siglo XVII, la iglesia de Nuestra Señora de la Merced fue levantada en 1606 formando parte del antiguo convento de La Merced, fundado en 1605 en honor de los Monjes Mercedarios Descalzos por Alonso Pérez de Guzmán, VII Duque de Medina Sidonia, entonces señor de la villa de Huelva. Este primer edificio fue sustituido tras el terremoto de 1755 por una nueva construcción, diseñada aprovechando los antiguos muros de la edificación primitiva.
Su importancia no sólo se debe a que fuera erigida como Catedral de Huelva tras la creación de la Diócesis onubense en el año 1953, sino que está considerado el monumento más representativo del barroco en la ciudad. Un conocido edificio de Huelva que, en su interior, alberga un mausoleo de enorme atractivo, construido en el sótano bajo el altar mayor. Se trata de la Cripta de La Merced, cuya entrada se encuentra oculta o tapada hoy en día, por lo que su acceso entraña ciertas dificultades.
Un panteón que ahora ha sido objeto de un estudio pormenorizado realizado por el historiador y químico, Francisco de la Cruz García García, un investigador que tras más de diez años indagando en el Archivo de Medina Sidonia, situado en Sanlúcar de Barrameda, acaba de publicar el libro titulado La Cripta de los Condes de Niebla en la Iglesia de la Merced de la Villa de Huelva. Desde su fundación a su reedificación, donde analiza todos los datos disponibles sobre este monumento funerario.
Tal y como explica a Huelva Buenas Noticias el autor de este estudio, «esta investigación sobre la Cripta de los Condes de Niebla, situada debajo de la Catedral de La Merced de Huelva, surge después de llevar más de catorce años investigando sobre Doñana en el Archivo de Medina Sidonia, en Sanlúcar de Barrameda, donde tuve la oportunidad de encontrar diversa documentación sobre la provincia de Huelva y, en concreto, sobre el Condado de Niebla, que abarcaba gran parte de la geografía provincial, llegando hasta la comarca del Andévalo. Y me llamó mucho la atención un legajo en el que aparecían distintos proyectos de la edificación de la Cripta, fechados entre los años 1755 a 1797″.
A raíz de esta primera pista, Francisco de la Cruz García decidió indagar sobre la historia de este mausoleo, que fue mandado construir por el Duque de Medina Sidonia y Conde de Niebla, Manuel Alonso Pérez de Guzmán y Silva, fundador junto con su esposa, Juana Lorenza Gómez de Sandoval y Rojas, del Convento de los Mercedarios Descalzos en la villa de Huelva, es decir, los Señores Fundadores del Convento de La Merced. El objetivo del matrimonio era que sus restos mortales fueran enterrados en esta cripta, bajo el altar mayor de la iglesia.
Para comprender este encargo hay que recordar cómo y por qué se construyó el Convento de La Merced en Huelva, un edificio que fue proyectado por los Condes de Niebla y Duques de Medina Sidonia en el año 1605, a raíz de su enorme relación con los monjes mercedarios de Sanlúcar de Barrameda, de ahí que decidieran proyectar un convento en su honor en la villa onubense, donde residían entonces. Un monasterio que tendría como base la Ermita de San Roque, patrón de Huelva, ubicada en la zona de la Vega Larga -hoy La Merced. «Los mercedarios tenían una vida tan ejemplar que durante las obras del convento vinieron a Huelva una docena de frailes, que llegaron andando desde Sevilla, provocando la admiración de los onubenses por el camino. Una vez en Huelva, los monjes sufrieron muchas penalidades al no tener lugar de residencia, por lo que se hospedaron en la Ermita de San Roque. Condiciones de insalubridad que se unieron a los problemas ocasionados por la humedad de Huelva», explica Francisco de la Cruz García.
Como hemos apuntado al inicio del artículo, las obras del Convento de La Merced comenzaron en 1606, finalizando en 1616, aunque continuarían hasta la segunda mitad del siglo XVII. Curiosamente, su diseño se inspiró en la planta del Convento mercedario de Sevilla, hoy sede del Museo de Bellas Artes de la capital hispalense. Este edificio onubense hubo que derrumbarlo tras el terremoto de Lisboa (1755), un fenómeno que acabó por destrozar su estructura que ya presentaba serios problemas de cimentación antes del seísmo, 150 años después de su construcción.
El proyecto del convento mercedario de Huelva incluía efectivamente la construcción de la cripta para enterrar a los VIII Duques de Medina Sidonia, como Señores Fundadores del Convento. Sin embargo, este objetivo inicial no se llevó a cabo debido a que los nobles fueron enterrados en un bello mausoleo de la capilla mayor del Convento de La Merced de Sanlúcar de Barrameda. Este hecho motivó que, en su lugar, en la cripta onubense quedaran sepultados los cuatro hijos legítimos de los Duques: Baltasar, Francisco, Juana y Leonor Pérez de Guzmán, así como Manuel Alonso Pérez de Guzmán el Bueno, Marqués de Cazaza. Un hecho que puede ser la causa de que los posteriores proyectos de la cripta se inspiraran en la de Sanlúcar de Barrameda, albergando un lugar en el que oficiar las misas de los enterramientos.
La edificación el Convento de La Merced o de los Mercedarios Descalzos tras el Terremoto de Lisboa se desarrolló durante toda la segunda mitad del siglo XVIII en dos fases, en 1758 y 1782. Un proyecto en el que se incluyó también un panteón para acoger los restos de los antepasados de los Condes de Niebla y Duques de Medina Sidonia. El primer proyecto de aquella cripta fue realizado en 1794 por Francisco Díaz Pinto, director de la obra de la iglesia y el convento, contando con capacidad para 18 enterramientos. Sin embargo, aquella idea inicial no se llevó a cabo debido a que el XIV Duque de Medina Sidonia falleció sin descendencia, lo que retrasó de forma considerable la ejecución de la obra. La idea pasó entonces a ser ejecutada por su sobrino, ya de la Casa de Villafranca, muy poco interesado en esta iniciativa, con lo que rebajó considerablemente el presupuesto para la cripta, que acabó siendo más pequeña y modesta de lo previsto.
Según concreta García García, «al no tener descendencia, el XIV Duque de Medina alega que son sus sobrinos los que deben continuar con la obra, lo que, unido a otra serie de problemas, provocó el retraso de la obra. De este modo, si en el primer plano del nuevo convento de 1794 se constata la presencia de la Cripta con un presupuesto de 45.994 reales, el proyecto final que se ejecutó costaría solamente 22.153 reales, reduciéndose de forma considerable las dimensiones de la tumba a tan sólo tres emplazamientos».
Tras numerosos problemas provocados especialmente por la falta de interés de los descendientes del XIV Duque de Medina Sidonia, la Cripta de La Merced se terminó de construir en febrero de 1797. Hasta este panteón fueron trasladados los restos de los antepasados de la Casa de Medina Sidonia que se encontraban en el anterior mausoleo, restos que posiblemente estén ocultos y tapados en los nichos situados a ambos lados del altar.
Sin embargo, a pesar de la importancia histórica de este monumento funerario, símbolo de los antepasados onubenses, hoy la Cripta de La Merced, situada a la espalda del Altar Mayor de la Catedral de Huelva, se encuentra cerrada al público, siendo bastante difícil su acceso. Su entrada está tapada desde que hace unos años fuera necesario construir en esta zona de la iglesia unos armarios. Fue entonces cuando el acceso a la cripta se desplazó y se tapó con una losa, aunque hay un hueco para poder bajar. Eso sí, en su interior no hay luz, por lo que es necesario llevar buenos focos, como así tuvo que hacer Raúl Rodríguez, autor de las fotografías que se incluyen en este libro, tal y como mostramos en este artículo.
Ante esta situación, para este investigador, «la apertura de la cripta no sólo es factible, sino que es más que recomendable. Tan sólo sería necesaria una pequeña obra de bajo coste para hacer una entrada al habitáculo, haciendo visitable el mausoleo tras permanecer en el olvido durante siglos, un gesto que sería muy atractivo para los onubenses, pero también para los turistas que vengan a Huelva. La reforma se podría completar con pintar el zócalo y con una pequeña restauración para mejorar su estado, lo que tendría un enorme interés para el público. Porque, además, se trata del único sepulcro de una familia noble existente en la ciudad de Huelva, siendo muy pocas las criptas que se conservan en la provincia, como sucede, por ejemplo, con la tumba de los Portocarrero en el Monasterio de Santa Clara de Moguer, que se encuentra totalmente visible y visitable».
En este aspecto, Francisco de la Cruz García, que ejerce profesionalmente como profesor de Tecnología en el IES San Sebastián de Huelva, afirma que «la visita no defraudará a nadie, porque es bastante interesante y es un espacio que impresiona. Por este motivo, me gustaría que esta investigación suponga un antes y un después a la hora de poner en valor este lugar de tanto interés. Su apertura tras una pequeña restauración sería la mejor noticia que podríamos tener después de esta publicación».
Para terminar, recordemos que el edificio del Convento de La Merced fue adquirido en 1835 por la Diputación Provincial de Huelva. Desde entonces sirvió como sede de la Diputación, Instituto de Segunda Enseñanza y Hospital Provincial. Finalmente, en 1991 concluyeron las obras de adaptación para acoger la Universidad de Huelva. Por su parte, la iglesia de la Merced alcanzó el rango catedralicio en el año 1953, al crearse la Diócesis de Huelva, siendo restaurada en 1971 tras un seísmo de 1968. Ahora, la recuperación de la Cripta de los Condes de Niebla y Duques de Medina Sidonia para la ciudad podría suponer un nuevo hito en la historia de este edificio.
2 comentarios en «Una investigación inédita aboga por abrir al público la desconocida Cripta de los Duques de Medina Sidonia de la Catedral de La Merced»
MERECE LA PENA SIN DUDA. ENHORABUENA Y A CONSEGUIRLO
Esta cripta, como la partida de bautismo de Isabel de Portugal, el Palacio de los Medina Sidonia en la calle Palacios, etc… son sin duda parte de nuestra taciturna memoria, y ponerla en valor es una obligación no ya administrativa si no moral. Pero… que es eso de la moral?.