Raigal, una cooperativa que contribuye con el cultivo tradicional de sus viñas a la preservación de Doñana

Instalaciones de la Cooperativa Virgen del Rocío.
Instalaciones de la Cooperativa Virgen del Rocío.
Instalaciones de la Cooperativa Virgen del Rocío.

HBN. Si hay un valor medioambiental mundialmente conocido en la provincia de Huelva y objeto de interés y protección internacional, ése es Doñana, un espacio que impacta por su genuina belleza y cuyo desarrollo se intenta conjugar, desde hace décadas, con el progreso y los avances tecnológicos. Precisamente, esta reserva natural se encuentra en el centro de la filosofía de la Sociedad Cooperativa Andaluza Agroalimentaria Virgen del Rocío (Raigal), una entidad con sede en Almonte nacida en el año 2000 de la unión de dos cooperativas vinícolas, Virgen del Rocío y San Isidro Labrador, y una almazara, la Blanca Paloma, y que en la actualidad preside Antonio Ramos ‘Magro’.

La SCA Agroalimentaria Virgen del Rocío se encuentra en Almonte.
La SCA Agroalimentaria Virgen del Rocío se encuentra en Almonte.

Los agricultores pertenecientes a Raigal, que poseen en conjunto unas 210 hectáreas de vides y unas 2.000 de olivos, cultivan el 100% de estas especies en esta Reserva de la Biosfera, utilizando para ello métodos tradicionales, que son los únicos que permiten conservar el ecosistema de Doñana y protegerlo. Así se desprende de un estudio elaborado en el seno del proyecto europeo OpenNESS para el Espacio Natural de Doñana, y que se llevó a cabo el pasado 2015. La iniciativa pretendía valorar el impacto que las actividades productivas llevadas a cabo en los alrededores del espacio protegido habían tenido en el mismo y analizar, en base a esa interactuación, qué era beneficioso y perjudicial para Doñana.


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Logotipo de Raigal.
Logotipo de Raigal.

Según explica el gerente de Raigal, Luis Bermúdez, «en lo referente a la agricultura, el estudio señalaba que el cultivo del viñedo de manera tradicional es vital para la protección del enclave almonteño, es la estrategia para conservar Doñana, pues aporta al Espacio Natural regulación climática, control de la erosión, contribución a la formación de suelo y aportación de hábitats para especies, entre otros aspectos. Desde ese momento, dejamos de pensar que estábamos produciendo vino y nos dimos cuenta de que el vino es la excusa para que el viñedo siga estando ahí y para que el Parque Natural siga estando ahí. En suma, comprando nuestro producto, se protege el ecosistema de Doñana». Una filosofía que la Cooperativa Virgen del Rocío hace llegar a sus consumidores a través de la información impresa en sus etiquetas y cajas.

En esta línea, cabe destacar que los agricultores de esta Cooperativa poseen parcelas pequeñas, en las que emplean un sistema de cultivo tradicional, con un mínimo uso de maquinaria, llevando a cabo la recolección de manera manual y en el periodo óptimo de maduración del fruto.


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Botella de Raigal afrutado.
Botella de Raigal afrutado en formato de medio litro.

El tipo de uva que cultivan los socios de Raigal es, en su mayoría, zalema, aunque también encontramos otras uvas blancas como la colombard, Jaén blanco y, de manera residual, otras variedades más antiguas, así como tempranillo (25% ecológica) y merlot (100% ecológica) en tinta.

De ellas se obtiene una amplia gama de vinos. Para empezar, tenemos dos tipos de blancos: Tejares y Raigal, ambos caldos jóvenes y con una graduación de 10,5. El primero es un vino de mesa que procede de la fermentación tradicional, de color amarillo pajizo y tonalidades doradas. Posee un aroma floral suave y en boca es fresco y ligero, perfecto para acompañar a pescados, mariscos y arroces. Por su parte, Raigal es un caldo de fermentación controlada y, aunque su cata es parecida a Tejares, tiene unos aromas más puntualizados y es más fresco. Además, este afrutado, que marida muy bien con mariscos, carnes blancas y pescado, se comercializa también en botellas de medio litro, un formato muy cómodo y que ha alcanzado una amplia penetración.

Viñajoli es una de sus líneas de vinos tintos.
Viñajoli es una de sus líneas de vinos tintos.

En vinos tintos, la Cooperativa Virgen del Rocío cuenta con la marca Matalagrana, un caldo ecológico elaborado con merlot y tempranillo, de color rojo rubí, aroma afrutado y sabroso en boca, con una astringencia ligera. Suele tomarse acompañando a carnes, arroces y quesos. También tinto es Viñajoli, que presenta una acidez más alta que el anterior y un aroma a fruta fresca, con matices de color ámbar que lo diferencian de su hermano.

Dentro de la gama de generosos, se encuentra el Tejares Pálido, ideal para el aperitivo, de color amarillo dorado, con el aroma típico que le confiere la crianza biológica y bastante suave en boca. Tejares Oloroso, por su parte, es un vino para disfrutarlo solo, en toda su esencia, un vino muy largo, de tono amarillo anaranjado y olor a la madera de la crianza biológica oxidativa; mientras que Tejares Dulce es una mistela perfecta para tomar de postre, con olores característicos de la procedencia de la madera, la caoba, el tostado, connotaciones a pasa y que deja un gusto duradero. Por último, el vino de naranja cierra la línea de caldos generosos de Raigal, también perfecto para tomar de postre por su exquisito sabor a este cítrico.

El Brut Nature fue pionero en Andalucía.
El Brut Nature fue pionero en Andalucía.

Asimismo, la Cooperativa Agroalimentaria Virgen del Rocío fue pionera en Andalucía en la década de los 90 en elaborar el primer Brut Nature, un espumoso sin azúcar añadido con una burbuja continua, de pequeño tamaño, aroma punzante y suave en boca. Un vino que no producen todos los años, debido a las exigentes características que debe tener su base. Cabe recordar que este año, el espumoso de la Cooperativa Virgen del Rocío obtuvo una medalla de plata en el Concurso Internacional de Vinos y Espiritosos CINVE’2016, un hecho más que avala la contrastada calidad de los caldos de la cooperativa almonteña.

En esta línea, muy pronto Raigal volverá a abrir camino en su sector gracias a un proyecto de I+D+i que esperan poner en marcha en breve. Se trata de la iniciativa bautizada como ‘Wine & Berry’, pues su idea es desarrollar un vino y un espumoso de fresa, el cual será el primer paso para desarrollar posteriormente otros caldos a partir de frutos rojos producidos en la provincia de Huelva. Para llevar a cabo esta interesante propuesta, la Cooperativa cuenta con la colaboración de la Fundación Caja Rural del Sur, un grupo de investigación de la Universidad de Huelva liderado por Rafael Beltrán y María de los Ángeles Fernández, Driscoll’s y SVZ Almonte. Asimismo, además de obtener un mosto de zalamea fermentado con frutos rojos y elaborado de manera natural, el objetivo es también analizar los subproductos resultantes de esta fermentación conjunta para su aprovechamiento comercial.

Tejares blanco.
Tejares es un vino blanco de mesa.

Este nuevo empuje de la Cooperativa es, en parte, fruto de la renovación llevada a cabo en su consejo rector y equipo de dirección hace dos años y que ha dado lugar a mejoras en diferentes niveles, desde la búsqueda de nuevas formas de financiación, a cambios en la gestión, las aplicaciones informáticas, la estrategia de envasado o la ampliación de redes comerciales. En este último aspecto, cabe destacar el acuerdo que Raigal ha alcanzado con la cadena El Corte Inglés, estando presentes sus productos en 27 centros comerciales de la misma pertenecientes a 15 provincias españolas.

«Estamos trabajando para crear una red de distribuidores en el mercado nacional a través del canal Horeca y negociando con grandes superficies para colocar nuestros productos en sus lineales», explica Luis Bermúdez. Asimismo, este 2016 la SCA Virgen del Rocío también ha realizado su primer intento de internacionalización al llevar a cabo la primera exportación de vino embotellado a Senegal con muy buenas resultados.

Pero por ahora el consumo principal de estos vinos lo acapara la provincia de Huelva. Con la campaña ya finalizada, Raigal indica que este año la cosecha ha alcanzado 1.040.000 kilos de uva, que darán aproximadamente unos 700.000 litros de vino. Serán, como siempre, caldos llenos de naturalidad, de gran calidad, de aromas y sabores característicos y, lo más importante, con cuyo consumo los amantes del vino contribuirán a mantener vivo un paraíso en la tierra como es Doñana.

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