Miguel Mojarro.
En otra publicación definimos la Cultura como aquello que los hombres (Las personas) creamos, desarrollamos y conservamos, al servicio de lo que nos gusta, lo que nos interesa o lo que necesitamos.
En este sentido, la literatura, la cocina, las edificaciones, los parques, … y el dominó, son elementos culturales atribuibles a la presencia del hombre en la Tierra. En sus pueblos. En sus barrios.
Los casinos, en tanto que son entidades fundadas para servir las necesidades del asueto de los hombres, son cultura en sí mismo. Creados con fines mercantiles, desarrollaron en paralelo funciones de placer, de relaciones y de ocio. Son hijos de la necesidad, de la conveniencia y del placer: Cultura en su más pura acepción.
Pero, precisamente por su condición de fundamento, se les puede exigir que sean coherentes y alberguen o acojan en su seno otras formas de cultura, manifestaciones humanas que colaboren en la doble función de los casinos: Satisfacer la demanda del ocio y ser sede de otras ofertas complementarias.
Los casinos de Huelva, algunos, han caminado por estos derroteros desde hace algún tiempo. Pero pocos de ellos han convertido La Cultura en el plato principal de su oferta a los socios. Se cuentan con los dedos de una mano los casos. Parecía que no se percibía el valor de La Cultura como único medio de supervivencia y de recuperación de un protagonismo que siempre ha tenido.
Algunos ejemplos están surtiendo efecto y se está extendiendo la actividad de manera satisfactoria, aunque insuficiente aún.
Hoy traemos a estas líneas dos casos, cada uno de ellos diferente y peculiar. Dos ejemplos, serrano uno y del llano otro, que colocan en sus puertas el cartel de amantes de La Cultura, sin rubor, con gallardía y fieles a su vocación de servidores del asueto más digno.
Pero no es bueno confundir la cultura con la feria. Aunque las actividades culturales puedan tener algo de componente lúdico. Esto lo han entendido bien dos casinos, Aroche y Beas, que han creado una estructura global, con ingredientes de todos los aspectos que componen sus afanes culturales.
Aroche y Beas, Beas y Aroche, que han concretado su actividad casinera en días amplios, para que cada cual elija tema y momento. Y para que los que no son paisanos, tenga un pretexto para desplazarse a estas dos localidades, que tienen casinos para ver y calles para pasear.
Basta con mirar lo que han ofrecido estos dos casinos ejemplares, para que su propuesta se esparza por los alrededores y las lejanías. Y para que en días de clima favorable, se sucedan actos y convocatorias, celebraciones y eventos, que vistan de Cultura casinos que siempre fueron su sede.
Beas y Aroche, Aroche y Beas, son solamente ejemplos actuales. Sin contar, de momento, con lo que otro casino (Corrales) tiene previsto para fechas no lejanas. Y más, … .
Cultura, que no feria (Que también), al servicio de los socios, de la localidad y del patrimonio. Que también el Patrimonio es socio de todos los casinos.
Grupo Azoteas
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1 comentario en «Cultura y casinos. Dos ejemplos: Aroche y Beas»
Y mucha razón tiene D. Miguel, no es bueno separar Casino de cultura, aunque ahora haya que determinar el tipo de expresión cultural que resulta más apropiado, para ir atrayendo al ciudadano a este recinto del saber y del ocio que siempre los caracterizaron.