Redacción. El Centro de Recuperación y Gestión de Medio Marino (CREA-CEGMA) ‘Marismas del Odiel’ ha logrado rehabilitar cinco linces ibéricos en sus casi cinco años de funcionamiento. La Delegación de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio ha registrado esta cifra con la puesta en libertad hace unos días de ‘Litio’, un ejemplar que llegó a las instalaciones veterinarias de Huelva con una infección.
Todos los ejemplares de esta especie en peligro de extinción recuperados en Marismas del Odiel son machos adultos que procedían del campo. “Las diferentes infecciones y dolencias que sufrían los incapacitaban para sobrevivir por sí mismos en libertad”, ha afirmado la delegada de Medio Ambiente, Rocío Jiménez, quien ha visitado hoy las instalaciones. ‘Litio’ procedía del área de reintroducción de Portugal, aunque fue avistado en condición física deficiente en las inmediaciones del Embalse del Sancho, en el término municipal de Gibraleón. Tras su rehabilitación ha sido liberado en la localidad lusa de Mértola.
Las áreas de reintroducción de Guarrizas, en Jaén, y de Badajoz fueron en 2013 los destinos respectivamente de ‘Jabalcuz’ y ‘Fronde’, que superaron sendas infecciones en el CREA de Marismas del Odiel. Ambos procedían del Espacio Natural de Doñana.
‘Durillo’ y ‘Huerto’, en cambio, se encuentran en centros de cría en cautividad porque sufrieron amputaciones y la suelta en libertad es inviable. “No obstante, son magníficos reproductores de altísima valía genética”, ha apuntado Rocío Jiménez. Se han adaptado perfectamente a la vida en cautividad, tanto en el Acebuche en el caso de ‘Durillo’ como en La Olivilla, en Jaén, para ‘Huerto’. La mayoría de los cachorros de estos ejemplares con origen en el Espacio Natural de Doñana ha sido o será próximamente soltada en áreas de reintroducción.
“La rehabilitación de ejemplares de esta especie da cuenta del éxito del CREA-CEGMA de Marismas del Odiel desde su apertura en enero de 2012”, ha defendido Jiménez. En cualquier caso, la recuperación de mamíferos representa solo un 2 por ciento de la actividad en el centro, que atiende a especies protegidas. El 90 por ciento se corresponde con aves y el 8 por ciento restante con reptiles.
Desde su puesta en marcha, el CREA-CEGMA de Huelva ha ingresado más de 2.000 especies protegidas. Más de la mitad, en torno al 55 por ciento, se han recuperado o reinsertado en el medio natural. Otros ejemplares que por sus lesiones no pueden ser devueltos al campo son cedidos a entidades colaboradoras de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio para ser incorporados a programas de educación ambiental, a zoos o centros de cría en cautividad.
Por otro lado, el CREA-CEGMA Marismas del Odiel, único centro mixto de la Red Andaluza de CREAs, desarrolla un programa de educación ambiental, cuyo principal objetivo es concienciar sobre los problemas que actualmente sufren el medio ambiente y la fauna protegida. Se centra en establecer el tipo de relaciones y acciones que los hombres establecen con la naturaleza, consecuencia en muchos casos del declive y la desaparición de las especies. El centro promueve los valores y actitudes que deben llevarse a cabo para paliar y mejorar la protección de la fauna protegida, así como el conocimiento de la manera de proceder ante el hallazgo de animales accidentados. En el periodo 2012-2016 se ha recibido a más de 1.600 alumnos de Primaria y Secundaria procedentes de diferentes colegios e institutos de la provincia de Huelva.
“Se cumplen, por tanto, los objetivos clínicos y también educativos y divulgativos, indispensables para la Reserva de la Biosfera de Marismas del Odiel”, ha destacado la delegada territorial de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio.
La superficie total del recinto del CREA-CEGMA de Marismas del Odiel es de 13.000 metros cuadrados. Fue inaugurado en 2012 con una inversión pública de unos 2,7 millones de euros y forma parte de la Red Andaluza de Centros de Recuperación de Especies Amenazadas. Dispone de equipamientos como las piscinas para la fauna marítima y una sala de usos múltiples que permiten la celebración de exposiciones y de los talleres divulgativos, además de zonas restringidas como los recintos y voladeros para las aves en proceso de recuperación, la sala de cuarentena o el área clínica.