Rosa Mora. A la pregunta de si se imaginaba residiendo en el extranjero, el joven natural de Punta Umbría, José Luis Mariano, responde claro: “mi carrera tenía un cero por ciento de paro cuando comencé a estudiarla, ni siquiera me planteaba salir de Huelva”. Las circunstancias, sin embargo, cambian, y hay que saber adaptarse a ellas. Y eso fue precisamente lo que José Luis y su pareja Inma –también onubense, de Cartaya- se vieron obligados a hacer a finales de 2013.
Ante la ausencia de oportunidades laborales en nuestro país, emigrar se erigía entonces como una buena opción para desarrollarse profesionalmente. Así, tras barajar distintas posibilidades, José Luis e Inma pusieron rumbo a Bélgica. Concretamente residen en Amberes, considerada desde hace siglos una de las ciudades comerciales más importantes del norte de Europa, y actualmente la segunda localidad más poblada de Bélgica por detrás de Bruselas.
La presente no está siendo la primera estancia en el extranjero de José Luis. Tras finalizar sus estudios de Ingeniería Química en la Universidad de Huelva, el joven puntaumbrieño vivió durante seis meses en Irlanda con la finalidad de perfeccionar su inglés. La experiencia de ahora es diferente, llegó a Bélgica hace más de tres años y, nos confiesa, no sabe si se reunirán las circunstancias idóneas que le permitan volver de forma indefinida.
Huelva Buenas Noticias ha conversado con José Luis Mariano.
– ¿En qué momento y por qué decidiste trasladarte a Bélgica?
– Dos años después de acabar la carrera y ante la falta de ofertas laborales, tanto con mi titulación como sin ella, mi novia y yo decidimos buscar suerte en el extranjero. Hicimos un estudio de mercado y nos decidimos por Bélgica y más específicamente Amberes.
– Cuéntanos, ¿Dónde trabajas actualmente?
– Trabajo en Katoen Natie, una empresa multinacional de logística y distribución, como soporte técnico informático.
– En lo que al idioma se refiere, ¿Dominabas el neerlandés?
– No tenía ni idea de neerlandés, tampoco pensaba que sería tan complicado, y por supuesto aún no lo domino.
En mi empresa el inglés es el idioma predominante, ya que es una de las empresas con el mayor número de nacionalidades del mundo, aunque es de origen belga. Por suerte aquí el trilingüismo es lo normal -Neerlandés, Francés e Inglés-, raro es quien no hable también Alemán o algún otro.
– ¿Estaba en tus planes trabajar fuera de España?
– No mientras estudiaba. Mi carrera tenía un 0 por ciento de paro desde sus comienzos, por lo que quizás ni siquiera me planteaba salir de Huelva. “Pero cuando estaba haciendo mi proyecto fin de carrera ya se había inventado el contratar a estudiantes con becas y a los 6 meses cambiarlo por otro (obviamente si quieres)”.
– Resides en Amberes, ¿Es una ciudad agradable para vivir?
– Estoy muy contento donde vivo, siempre hay algo que hacer o algún evento. Mi estilo de vida ha cambiado totalmente, me desplazo principalmente en bicicleta, existen carriles bici en prácticamente todas las calles y entre todos los pueblos al menos a uno de los lados.
– ¿Algún rincón favorito?
– No especialmente, como he dicho el moverme en bicicleta me ha abierto un mundo de posibilidades, y prácticamente todos los fines de semana nos planteamos una ruta por una rivera, visitar algún pueblo o similar.
– ¿Cómo es tu día a día?
– Pues me levanto a las 06.45 horas desayuno muy tranquilo y a las 07.30 horas salgo para el trabajo, donde empiezo a las 08.oo horas. Trabajo de 08.00 a 16.00 horas con un descanso de media hora para comer, oficialmente es a las 12.00 horas pero como español que soy, no puedo comer tan temprano. Cuando llego a casa pues duermo la siesta [ríe] es broma, aquí no es posible, bueno práctico, ya que las tiendas y prácticamente todo, cierra a las 18.00 horas así que hago algunas compras y o damos una vuelta en bicicleta, nos tomamos una cerveza -existen más de 370 tipos de cerveza belga- o hacemos alguna actividad. Los viernes juego al baloncesto con un grupo internacional de amigos de Facebook.
– ¿Qué es lo que más te ha llamado la atención de la vida en Bélgica?
– Tienen algunas peculiaridades la verdad, por ejemplo en los cruces puedes tener el semáforo en verde y sin embargo si vas a cambiar la dirección, es muy probable que debas ceder el paso. Las bicicletas tienen, en ausencia de lo contrario, preferencia sobre todo, personas en calles peatonales, o cualquier situación de tráfico, a todos los efectos los ciclistas pueden considerarse como tranvías.
– ¿Algún aspecto al que te haya sido complicado adaptarte?
– Sí, la recogida de la basura. Aquí es semanal, así que debes quedarte con tus desechos hasta el día de recogida.
Aquí el impuesto de desechos se cobran en las bolsas. Solo puedes poner la basura en unas específicas bolsas para plásticos o restos. La bolsa de restos es bastante cara -es como cobran el tratamiento de desechos, en España es dependiendo del consumo de agua-, con lo que te obligan a separar los plásticos, el papel y los vidrios que se depositan aparte.
– ¿Qué valoras de forma más positiva tu experiencia en el extranjero?
– Viajar siempre ha sido algo muy positivo, porque no paras de descubrir en el amplio sentido de la palabra, conoces a mucha gente,… así que vivir en el extranjero es prácticamente estar constantemente descubriendo y aprendiendo.
– Y tu familia, ¿Qué pensó cuando tomaste la decisión de marcharte?
-Pues tanto a mi familia como a mi pues nos dio bastante pena, que después de estudiar no nos quedaran más opciones que marcharnos al extranjero, pero lo comprendían completamente, después de verme constantemente buscando algo y no encontrar nada.
– ¿Qué echas más de menos?
– Obviamente la familia y amigos. Aunque yo no me imagino como sería en el pasado, ahora mismo entre WhatsApp, Skype y teléfono fijo, prácticamente hablamos diariamente con ellos.
– ¿Está en tus planes volver a Huelva?
– No, al menos a corto plazo, tendrían que darse una serie de circunstancias muy positivas para que volviéramos, tal vez y solo tal vez, como jubilado.
– ¿Cuáles son tus aspiraciones a corto plazo?
– Mejorar mi holandés y probablemente estar un poco más organizado pensando en el futuro, ya que mi situación es bastante más estable que cuando llegue o empecé trabajando aquí.
– ¿Qué mensaje mandarías a los onubenses?
– Mi mejor consejo es que lo intenten lo peor que te puede pasar es aprender alguna palabra en otro idioma. La más mínima cosa te puede dar un nuevo punto de vista que te alegrará mucho haber conocido. Aunque quiero “advertir” que es también muy importante que tengan las ideas claras de qué es lo que buscan con esta experiencia, y que por supuesto no puede ser tener a la familia y a los amigos cerca, tener el maravilloso tiempo como el que hace en Huelva, poder comer jamón o gambas de Huelva a precio normal, bueno estas ya no tienen un precio normal [ríe]. Si eres capaz de prescindir de estos “pequeños” detalles, una experiencia en el extranjero no debe faltar en el diario de tu vida.