Mari Paz Díaz. Natural de Almonte, Daniel Malagón Periánez es Licenciado en Ciencias Físicas por la Universidad de Sevilla, carrera que finalizó en el año 2010 después de un paréntesis en el que estuvo en Granada. Tras estos estudios, este onubense descubrió su pasión por la investigación, de ahí que decidiera dirigir sus pasos hacia este apasionante mundo, que tantas satisfacciones le está reportando. Una decisión en la que fue clave la figura de un profesor, que le orientó en este campo, pudiendo dar rienda suelta a sus inquietudes. Entonces tenía 27 años, cuando le surgió la oportunidad de hacer unas prácticas durante unos meses en el Centro de Investigación Tecnológica e Innovación de la Universidad de Sevilla (Citius). Su línea de investigación fue la física de microondas o microscopía electrónica, una tecnología que abre la posibilidad a resolver muchas incógnitas en el campo molecular.
Esta experiencia en el Citius le sirvió para certificar que quería dedicarse a la investigación profesionalmente hablando. Por este motivo, Daniel comenzó a buscar la posibilidad de alguna beca para continuar por este camino. Sin embargo, ante las dificultades de conseguir su deseo en España, miró en el extranjero. Finalmente, logró recalar en el año 2012 en la Universidad de Cardiff, en Gales (Reino Unido), donde realizó una estancia de ocho meses a través de un programa de iniciativa privada, un tiempo en el que estuvo participando en varios proyectos, además de perfeccionar su inglés.
Según explica a Huelva Buenas Noticias, «mi experiencia en Reino Unido fue muy gratificante, porque tuve la oportunidad de participar en proyectos de un interés enorme. Por ejemplo, estuve inmerso en el diseño de un nano robot con forma de mariquita, cuyo objetivo era detectar células cancerígenas y de otras enfermedades en el cuerpo humano por medio de un nanoscopio más pequeño que una célula, que era inyectado en la sangre del paciente para que pudiera destruir las células malas antes de que produjeran más daño. En concreto, yo me encargaba de diseñar la patita del robot, mientras que en otros países de Europa se realizaban otras partes del cuerpo. Además, también estuvimos realizando estudios para hacer un traje similar al de Spiderman, con el que se podría subir por las paredes».
A su regreso a España, este almonteño recibió la oferta de una beca de investigación de cuatro años de duración para la realización de su Doctorado en el Departamento de Física de la Universidad de las Islas Baleares, en Palma de Mallorca. «Eso fue en 2012, por lo que ahora me encuentro en la fase de escritura de la tesis, con el objetivo de terminarla lo antes posible», nos aclara este onubense de 34 años, cuyo estudio se enmarca dentro de la línea titulada ‘Los efectos de la radiación sobre dispositivos electrónicos de última generación’.
Esta beca, además, le abrió la posibilidad de colaborar con la Universidad de Sevilla, en trabajos de Física en el acelerador de partículas, así como en otras ideas dirigidas a la prevención y curación del cáncer. Siendo así, en 2013 estuvo en la capital hispalense para realizar un Máster en ingeniería electrónica, en microelectrónica, diseño y aplicaciones de micro/nano sistemas. Todo ello mientras hacía el Doctorado en el Centro Nacional de Aceleradores (CNA), situado en La Cartuja, donde llevó a cabo el primer experimento realizado en España con neutrones rápidos o neutrones que se encuentran a alturas superiores a nueve kilómetros de altitud, altura de los vuelos comerciales comunes.
Para Malagón, «se trató de un experimento de una gran magnitud, donde pudimos probar neutrones rápidos con energía superior, que sólo se encuentran en la atmósfera a partir de nueve kilómetros. Quería hacer una prueba con microchip de mi tesis en España y, como era la primera vez que se hacía, invitaron a ciertos científicos de interés para que lo observaran. Dio la causalidad que, después, uno de ellos se puso en contacto conmigo para que pidiera una ayuda con la finalidad de llevar este estudio a Suiza. Así que presenté un proyecto y me lo aprobaron para marcharme cuatro meses a Ginebra».
Efectivamente, su experimento en Sevilla fue tan destacado que, desde la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN), con sede en Ginebra (Suiza), invitaron a Daniel Malagón para que continuara indagando con estos neutrones en sus instalaciones, donde se reproducen las condiciones exactas de los modelos que son imitados en La Cartuja, en Sevilla.
«Mi experiencia durante estos cuatro meses en Suiza ha sido muy positiva, porque he tenido la oportunidad de realizar este llamativo ensayo. En una primera fase, tuvimos que adaptarlo todo a laboratorios más grandes y complejos, para luego obtener los datos de la exposición de estos chips que se suelen utilizar en tecnología aeronáutica o aeroespacial, de ahí que necesitáramos realizar esa exposición nuclear en ambientes radioactivos. El resultado obtenido se está analizando en estos momentos, pero las reseñas recogidas van en la línea de este tipo de dispositivo, que es muy sensible a la radiación y que, en un futuro, puede cambiar los mecanismos que utilizamos ahora en aeronáutica, como los teléfonos móviles, los satélites o la navegación de los aviones, donde, con este experimento, se podrían evitar errores debido a la exposición a la radiación, evitándose así accidentes en el vuelo», según nos dice. En concreto, el proyecto permite detectar los efectos de la radiación en dispositivos electrónicos que operan en ambientes con niveles de radiación muy altos. Por tanto, es una línea de investigación de enorme interés por sus aplicaciones en la vida real.
Tras su paso por Suiza, este físico onubense se encuentra ahora pasando unos días de vacaciones en Almonte, ya que no venía a casa desde hacía unos ocho meses, por necesidades de la investigación. Un tiempo que está aprovechando para la redacción de su tesis, «analizando los datos y estudiando la posibilidad de desarrollar proyectos alternativos, puesto que, además de la línea general, se pueden crear otras muchas herramientas que abran nuevos caminos. No en vano, cualquier disciplina necesita de un buen análisis de datos».
Es más, de cara al futuro, Daniel Malagón no descarta poner en práctica en la provincia de Huelva otro proyecto que desarrolló en Francia, con el que puede aportar una solución a los problemas hídricos de Doñana. Se trata de un plan que presentó en Francia el pasado mes de noviembre de 2015, a través de la beca ‘Doctoriales transfrontalières’ para la formación en desarrollo de empresas, aplicando los conocimientos adquiridos durante el Doctorado. Fue una iniciativa que realizó en la ciudad francesa de Alenya y que obtuvo el primer premio al proyecto más viable en relación al problema de la escasez de agua y su potabilidad.
Se trata de «una idea que presenté en noviembre del año pasado en Francia, que ganó un concurso a nivel internacional. Lo presenté conjuntamente con otras personas de diferentes nacionalidades, es decir, que fue un trabajo colectivo, aunque básicamente, seguía otro programa que hice anteriormente en el OTRI. Con él, se trata de ofrecer una forma de explotación de los recursos hídricos con un menor impacto ambiental, por lo que creo que podría aplicarse para solventar el problema de los recursos en Doñana, una cuestión que debe solucionarse. Creo que podría mostrarlo aquí en Huelva, tal y como lo he hablado con Francisco José Pérez Díaz (Capea) de ACFAL, porque puede favorecer mucho nuestro entorno con una línea distinta», afirma Malagón, que añade que «si pudiéramos movilizar a las instituciones, como el ayuntamiento o el Parlamento, podría ser una opción interesante. Para mí sería un placer poner a disposición de todos mis conocimientos científicos para mejorar mi tierra».
En cualquier caso, lo más inmediato en su trayectoria profesional será la presentación de la tesis en Palma de Mallorca, para lo cual «primero tengo que mandarla a tres investigadores internacionales para que le den el visto bueno. El tema principal gira entorno a un estudio estadístico de las interacciones entre la radiación y los dispositivos electrónicos, teniendo en cuenta cuestiones como que los dispositivos son cada vez más pequeños (nano electrónica), lo que está generando la posibilidad de que aparezca una radiación parasitaria que puede dar lugar al error y que acabe rompiendo el dispositivo. En definitiva, nos acercamos al límite de la electrónica cuántica, una ciencia bastante nueva».
Una lectura de tesis tras la que Daniel Malagón no sabe a ciencia cierta hacia dónde dirigirá su futuro. Pero, lo que tiene claro, es que será dónde le permitan desarrollar sus conocimientos, sea en España o fuera. Por ello, para finalizar, a este onubense le gustaría «transmitir una motivación especial para todos aquellos que deseen dedicarse a la investigación, que sepan que es posible, independientemente de lo que le digan. Una vez que se acaba la carrera, si de verdad quieres, se puede hacer algo diferente y ampliar tus conocimientos si diriges tus pasos hacia este campo».
1 comentario en «El físico almonteño Daniel Malagón lleva un experimento pionero hasta la Organización Europea para la Investigación Nuclear de Suiza»
Enhorabuena !! animo …espero que salga muchos como tu Daniel