Rosa Mora. Según datos de la Confederación Estatal de Personas de España, en nuestro país conviven actualmente algo más de un millón de personas con alguna dificultad en su audición. Una discapacidad que en muchas ocasiones se ha denominado invisible, al no tener estas personas un síntoma visible de ella.
A pesar de que la investigación, el desarrollo tecnológico y, sobre todo, la mayor concienciación –en base a una difusión del conocimiento- de los ciudadanos está posibilitando una mejor integración de este colectivo en la sociedad, el acceso de las personas sordas a la educación, el empleo o la cultura, entre otros campos, continúa encontrándose con innumerables barreras.
Así nos lo cuenta la protagonista de la historia que hoy presentamos, la onubense Patricia Pacheco. Natural de Isla Cristina, la joven de 37 años, mamá de Carlota -una pequeña de 18 meses- trabaja en el departamento de Recursos Humanos de la Delegación de Educación en Huelva. Llegó a la Administración Pública hace ya nueve años tras superar las oposiciones y conseguir una de las plazas de auxiliar administrativo, siendo su primer destino en Huelva el Centro del Profesorado.
Patricia se define como una persona cariñosa, testaruda, trabajadora, luchadora y familiar. Una persona enormemente valorada por sus compañeros de trabajo que este 2016 la convirtieron –gracias a un gran número de votos- en una de las profesionales nominadas al premio al Empleado Público del Año, organizado por el sindicato CSIF-Huelva y este mismo diario digital, Huelva Buenas Noticias.
Patricia Pacheco confiesa sentirse en la actualidad enormemente feliz. Felicidad que comparte con su marido Jorge, su hija Carlota y con una familia y amigos por los que siempre se ha sentido inmensamente arropada. En su vida, no obstante, reconoce que también lo ha pasado mal, sobre todo, a su paso por centros escolares donde no recibió la atención que su deficiencia auditiva requería.
“La educación entonces no era como ahora. Me encontraba apartada del resto de niños. Recuerdo cómo algunos profesores me ponían a hacer punto y a perder el tiempo. Los planes docentes contemplaban incluso que debía repetir cursos como si tuviera un problema de comprensión. Todo cambió, sin embargo, cuando mis padres me mudaron al colegio V Centenario. Al principio sentía mucho miedo y ansiedad ya que no estaba acostumbrada a tratar con el resto de niños ni a trabajar con los libros. Fue entonces cuando empecé a estudiar en serio, ya que con 14 años -y por la dejadez de mis antiguos profesores -mi nivel académico era más atrasado que el de los otros niños”, nos cuenta la onubense. “Aunque a día de hoy la situación ha cambiado -añade Patricia- las familias con niños con problemas de audición siguen encontrándose con muchos obstáculos. Las ayudas públicas son escasas y el coste económico recae sobre las familias, que deben hacer frente al pago de especialistas médicos como logopedas, clases particulares…”.
Patricia estudió Secundaria en el IES La Marisma, matriculándose posteriormente en un centro de formación administrativa donde comenzó a prepararse en Derecho Administrativo. Consecutivamente accedió a la Diplomatura de Relaciones Laborales en la Universidad de Huelva, donde siempre contó con el apoyo de una compañera que le ayudaba con las notas de clase y apuntes.
Su siguiente reto fue prepararse las oposiciones para auxiliar administrativo, un camino que emprendió junto a una preparadora, antigua profesora de la UHU. Y así fue como hace ya nueve años se cumplía uno de sus sueños, trabajar en la Administración Pública. Lejos de conformarse con su puesto actual en el servicio Recursos Humanos de la Delegación de Educación en Huelva, Patricia se encuentra preparándose la promoción interna al Grupo C1.
Como ella misma indica, sus aspiraciones son “seguir avanzando en mi carrera profesional, aprendiendo y compartiendo experiencias con amigos, compañeros y familia”. En esta línea, palabras especiales dedica siempre a sus padres, “el apoyo de mi madre ha sido fundamental, ya que desde pequeña se preocupó por mi educación y porque me integrara con el resto de las personas».