Mari Paz Díaz. Con diez años comenzó a estudiar saxofón en el Liceo de la Música de Moguer, de la mano de Iván Macías, su director, y Jesús Núñez. Fue entonces cuando la moguereña María Domínguez Ramos se enamoró de este instrumento que luego fue perfeccionando en otros centros, como los Conservatorios Superiores de Córdoba y Sevilla. Todo ello con el objetivo de finalizar el Grado Superior en Interpretación de Saxofón en el año 2015 en el Conservatorio Superior de Música ‘Manuel Castillo’ de Sevilla, junto a profesores como José Antonio Santos Sala, Alfonso Padilla y Juan Jiménez.
Una formación que ha ido complementando con otras actividades musicales, recibiendo clases magistrales en diferentes lugares de España y Europa de la mano de saxofonistas de la talla de Andrés Gomis Mora, Mariano García, Juani Palop, Javier Alloza, Marcus Weiss, Arno Bornkamp, David Vincent, Alexandre Doysi, Johan van der Linden, Otis Murphy, Lars Mlekusch, Chien-Kwanlin, Lars Niederstrasser, Jean-Denis Michat, Kyle Horch o Willem van Merwijk. E, incluso, recibió música de cámara por parte de Michael Thomas, Pablo Rus y Joseph Colom.
Unos estudios que, a pesar de su juventud, le ha permitido colaborar habitualmente como saxofón solista con diferentes orquestas, así como realizar numerosos conciertos por España y Europa.
Un amor por la música que se ha convertido en una forma de vida. Por este motivo, no dudó en marcharse a Ámsterdam para estudiar un Master en saxofón clásico junto al prestigioso saxofonista holandés Arno Bornkamp, una estancia de dos años que finalizará el próximo mes de junio de 2017, tal y como nos cuenta en esta entrevista.
-María, ¿cómo te iniciaste en el mundo de la música?
-Se debe a mi madre. Aunque no es profesional, tiene una musicalidad que asombra. Creo que siempre nos ha transmitido este amor a mis hermanas y a mí desde pequeñas. Recuerdo coger la guitarra de ella para preguntarle cómo se tocaba y enseñarme unos acordes.
-¿Por qué el saxofón?
-Realmente aún no sé por qué, pero creo que es un instrumento muy vinculado a mi personalidad. He llegado a probar otros como el clarinete, la guitarra, el piano e, incluso, estudié contrabajo durante dos años. Pero siempre me quedé con el saxo. Lo considero un instrumento moderno -ya que fue inventado en 1840 por Adolph Sax, de ahí su nombre-, pero que, a la misma vez, conserva unas cualidades infinitas.
-Ahora te encuentras estudiando en el Conservatorio de Ámsterdam. ¿Por qué elegiste este centro?
-La elección se debió a mi profesor, Arno Bornkamp. Es su lugar de trabajo, donde imparte las clases, y es por eso por lo que me decidí a venir. Lo conocí en Córdoba, donde estuve recibiendo unas clases magistrales con él en el curso 2011-2012. Y, desde entonces, lo seguí a todas partes. Lo aprecio mucho como persona y como músico. Siempre tuve claro que me encantaría estudiar con él. Por eso, ahora me encuentro en Ámsterdam cumpliendo mi sueño, trabajando con él y entablando una gran amistad que perdurará para siempre.
También he de decir que el Conservatorio y la ciudad me atraen mucho. Está considerado uno de los mejores conservatorios del mundo -llegan músicos de todas partes. Y la ciudad es un lugar ideal para escuchar a las mejores orquestas y músicos.
-¿Cómo te sientes en Ámsterdam? ¿Es muy diferente a la vida de Huelva?
-Aunque el primer año fue duro, cada vez me voy sintiendo mejor. Me voy adaptando a la cultura, el idioma, el clima, el nivel de trabajo…, así como el ser independiente para todo. Para mí es totalmente diferente, se trata de otra cultura.
Por lo general, la gente trabaja de 8.00 horas de la mañana a 18.00 de la tarde. No conciben las comidas como nosotros. Para ellos, el almuerzo es un sándwich a media mañana y la cena suelen hacerla cuando nosotros tomamos la merienda. El clima es totalmente diferente. Nosotros somos afortunados en Huelva y Andalucía en sí. Son pocos los días de sol en Ámsterdam y muchos los de coger la bici lloviendo, diluviando o nevando, con viento o sin él. Extraño de Huelva el clima, el olor a mar y el estilo de vida, pero, en especial, a la familia. La importancia que tiene la familia en nuestra tierra.
-¿Cuál es tu objetivo?
-Mi prioridad aquí es la de estudiar y mejorar como músico y persona, aunque, para un músico, no todo es estudiar. Intento estar activa dando conciertos, haciendo pruebas a orquestas o de cualquier otro tipo, concursos nacionales e internacionales, cursos, masterclass, etcétera.
-Por ahora, ¿has ganado algún reconocimiento?
-He recibido la máxima distinción por la Associated Board of Royal School of Music en el 8º Curso de Interpretación de Saxofón y, desde el año 2009, colaboro habitualmente como saxofón solista con la Orquesta Joven de Andalucía (OJA). También, actualmente, lo hago con la National Jouth Orchestra from Holland (NJO).
Entre los galardones que he recibido se encuentra el primer premio en viento en el Concurso de Jóvenes Intérpretes del Conservatorio Superior de Música ‘Rafael Orozco’ de Córdoba en el curso 2011/2012 y una Mención de Honor en el Concurso de Solistas realizado en el Conservatorio Superior de Música ‘Manuel Castillo de Sevilla, en 2013-2014.
-¿Qué te gustaría hacer cuando finalices el posgrado?
-Todavía no tengo nada claro. Mi prioridad ahora es disfrutar y aprender mucho este año. Y todo se irá viendo, aunque este país me atrae mucho. Me encantaría seguir estudiando y mejorar mi holandés y francés. También tengo pensado seguir estudiando musicología o hacer un segundo master en música de cámara. Porque mi idea es continuar mi trayectoria con los grupos de cámara que tengo por aquí, como el IlussTrio o el Boehm Saxophone Quartet.
-¿Tienes algún otro proyecto?
-Acabo de finalizar un gran proyecto en el Muzikzommer 2016 (NJO), en el que tocaba como solista en una de las obras más relevantes para saxofón, ‘La Création du Monde’ de D. Milhaud. Hicimos una gira por varias ciudades de Holanda. Por otra parte, con ‘IlussTrio’, -Trío para violín, saxofón y piano-, hacemos conciertos por toda Holanda, como sucede con el ‘Boehm Saxophone Quartet’, con el que también tenemos programadas varias citas. Por último, entre otras actividades, me gustaría participar en varios concursos de saxofón este año.
-¿Dónde te gustaría trabajar en el futuro?
-Es una pregunta muy difícil de responder, ya que aún no sé de mi futuro. Ante todo, me gustaría que fuese en un sitio que me hiciera sentir bien por el ambiente, el clima y por la gente. Además, también pienso mucho en Andalucía, en mi familia.
-¿Sigues manteniendo relación con el Liceo de la Música de Moguer?
-Siempre la mantendré. El Liceo me ha dado mucho. Moguer en sí. El pueblo siempre me ha apoyado y valorado. Y lo sigue haciendo. Es una relación recíproca.
-¿Qué piensa tu familia y tus amigos de tu aventura?
-Mi familia siempre me ha apoyado. Al principio tuvieron miedo, pero pronto me comprendieron y me apoyaron incondicionalmente. Saben cuáles son mis metas y siempre están y estarán conmigo. Tengo suerte de la familia y amigos que tengo, pero en especial de mis padres.
-¿Con qué palabras te gustaría finalizar?
-Humildad, pasión, trabajo y sacrificio. Ese es mi mensaje para todos aquellos que tienen metas en la vida.
