A.R.E. Compartir con los demás aquello que tenemos es una buena manera de aportar nuestro grano de arena para que este mundo sea un lugar un poco mejor. Esta semana hemos podido ver un ejemplo de esa generosidad en nuestra provincia, donde la Asociación de Empresas de Turismo de Naturaleza de Doñana (Atena Doñana) ha puesto en práctica por cuarto año consecutivo una iniciativa solidaria cuyo objetivo es que cinco familias de la zona con escasos recursos, entre otros problemas, puedan disfrutar de unas minivacaciones con todos los gastos pagados.
Una propuesta que supone un enorme regalo para esas familias, normalmente con dos o más hijos, que de otra manera no habrían tenido la oportunidad de pasar unos días fuera de casa y desconectar de su día a día, aunque sólo fuera durante unas jornadas.
La Asociación de Empresas de Turismo de Naturaleza de Doñana puso en marcha esta iniciativa desde el mismo año de su creación, 2013. Fue entonces cuando empresarios de la zona, tras varias experiencias similares fallidas, decidieron unirse para establecer sinergias y promocionar el destino Doñana bajo una imagen común y una voz única. «Es una Asociación creada por los empresarios para los empresarios y gestionada desde la transparencia, sin que prevalezca el interés privado. Todo lo que hacemos es por el bien común», apunta su presidente, Bernardo Torre Valle.
La Asociación actualmente la forman una quincena de negocios, entre los que se engloban, además de los tradicionales de actividades turísticas, empresas de alojamientos y restauración, una variedad que permite crear crear paquetes completos que ofrecer al visitante que acude a Doñana para conocer su entorno.
Como pone de relieve Bernardo Torre, las empresas de Atena son sostenibles, considerando el ámbito social una de las patas en las que debe apoyarse esa sostenibilidad: «queríamos devolver a la sociedad lo que ésta nos da. Crear algo que favoreciera a personas de nuestro entorno».
Así surgió la idea de poner en marcha estas vacaciones solidarias en las que, por unos días, estas personas son tratadas como clientes VIP y pueden beneficiarse gratuitamente de los servicios que ofrecen los negocios de la Asociación. Una semana de vacaciones con todo incluido en la que disfrutar de la belleza de los rincones de un entorno como es Doñana.
En cuando a la selección de las familias agraciadas, ésta se realiza de manera independiente a la entidad organizadora, pues son los Servicios Sociales de los ayuntamientos correspondientes (principalmente el de Almonte, ya que la mayoría de empresas llevan a cabo su actividad en este municipio) y también las asociaciones de vecinos, los que eligen, en funciones de unos determinados criterios, quién debe beneficiarse de la iniciativa. «Nosotros creamos el programa, lo organizamos y coordinamos las actividades y demás, pero no decidimos a qué familias les tocarán estas vacaciones pagadas», explica Bernardo Torre.
Cada año se selecciona a cinco familias con problemas de diversa índole -entre 18 y 20 personas en total-, la mayoría de ellas de Almonte, aunque cada edición se introduce una de alguna de las localidades limítrofes, como son Hinojos, Rociana del Condado, Bollullos par del Condado y Sanlúcar de Barrameda. Se intenta que las escogidas tengan dos o más hijos, ya que la iniciativa también va destinada, y muy especialmente, a los menores, a que desconecten de su día a día.
Las familias escogidas este 2016 se han alojado esta semana en El Rocío, en concreto en el Camping La Aldea, en unos bungalows de primera categoría, y han degustado exquisitos platos en diferentes restaurantes, todos ellos establecimientos de restauración pertenecientes a los miembros de la Asociación.
Juan José es uno de los padres que se han beneficiados de la iniciativa en esta cuarta edición. Natural de Almonte, ha podido pasar estos días junto a sus dos hijos, una niña de 15 años y un niño d 13, en el entorno privilegiado de Doñana. «El primer día nos hicieron un recorrido por el Acebrón y el Museo del Rocío. Nos explicaron todo y quedamos encantados, porque no es lo mismo ir y verlo a que alguien te vaya contando qué es cada cosa. Al día siguiente recorrimos Doñana en 4×4 y el conductor nos fue hablando del Parque, vimos gran variedad de animales. Y otro día dimos un paseo en coche de caballos«, comenta el almonteño, que reconoce que tanto él como sus hijos se lo han pasado genial y han disfrutado mucho.
En relación a las actividades, Bernardo Torre comenta que en las primeras ediciones se incluían algunas más, pero desde 2015 recortaron porque «las familias acababan muy cansadas, así que ahora les damos más tiempo libre para que disfruten, por ejemplo, de la piscina o puedan dormir la siesta».
La última noche, Atena organizó, como cada año, una cena de clausura que se celebró el pasado 7 de septiembre y a la que asistieron los empresarios aglutinados en la entidad, así como las familias y representantes municipales. Un momento para intercambiar impresiones y agradecer su solidaridad a los impulsores de la iniciativa directamente. «Se han portado todos genial con nosotros y les animo a seguir con este proyecto», afirmaba Juan José.
En este sentido, Bernardo Torre reconoce que están muy contentos con los resultados que están obteniendo: «vamos a seguir haciendo esto mientras podamos. Hacemos un evento al año y lo hacemos cada vez mejor, pero queremos buscar alguna colaboración más que nos permita hacer otra semana más al año y traer más gente, aunque lo ideal sería que ninguna familia lo necesitara».
Aunque geográficamente estas personas sólo se desplazan unos 15 kilómetros, el salir de sus casas por unos días les permite desconectar de sus problemas. Un pequeño respiro que un año más ha sido posible gracias a la solidaridad de los empresarios de Turismo de Naturaleza de Doñana.