La pesca de ballenas, una actividad desconocida de la Huelva de los años veinte

Plaza de despiece del Rey Alfonso, 1924. Los trozos del grueso tocino eran depositados directamente en las calderas a través de las bocas de cubierta. En Los balleneros en Galicia (Siglos XIII al XX), de Felipe Valdés Hansen (2010). Foto cedida por Antonio L. Andivia-Marchante.
Imagen de una ballena que apareció en aguas de la ría de Huelva en 2014.
Imagen de una ballena que apareció en aguas de la ría de Huelva en 2014.

Mari Paz Díaz. ¿Caza de ballenas en Huelva? Seguro que ésta ha sido la pregunta que muchos lectores se han hecho cuando han leído el titular de este artículo. Y es que no deja de ser sorprendente que estos grandes mamíferos fueran objeto de los pescadores noruegos en aguas onubenses no hace tanto tiempo. Sin embargo, a pesar de que hoy nos pueda parecer increíble, distintos estudios han puesto de manifiesto esta realidad de la Huelva del siglo XX.

Una investigación dirigida por Juan Manuel Campos.
Una investigación dirigida por Juan Manuel Campos.

Así lo ha demostrado un proyecto de investigación sobre el patrimonio histórico de Marismas del Odiel llevado a cabo por la Universidad de Huelva, con el nombre de ‘Patrimonio Cultural y Natural en la Reserva de la Biosfera Marismas del Odiel”. Dirigido por Juan M. Campos Carrasco, Catedrático de Arqueología de la Universidad de Huelva, se trata de una interesante iniciativa que se lleva a cabo después de documentar algunos aspectos de la historia de este territorio marismeño hasta ahora sólo parcialmente conocidos.


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En algunos cabezos de Huelva todavía pueden encontrarse restos de cetáceos.
En algunos cabezos de Huelva todavía pueden encontrarse restos de cetáceos.

A modo de curiosidad, también podemos recordar que todavía hoy puede apreciarse en algunos cabezos de Huelva restos fósiles de ballenas y de conchas de varios millones de años de antigüedad. Restos que pueden verse, por ejemplo, a escasos centímetros de la acera de la calle San Sebastián en recientes derrumbes de la ladera, encontrándose los restos de una ballena en el antiguo Cabezo del Pino, convertido en la actualidad en la Plaza de la Capitalidad.

El Paraje Natural Marismas del Odiel.
Este proyecto de investigación se enmarca en un estudio sobre patrimonio centrado en el Paraje Natural Marismas del Odiel.

El punto de inicio del proyecto de investigación de la Onubense surgió a raíz de La provincia de Huelva y sus regiones naturales (1925), de Felipe Ortega González, maestro entonces de la Escuela Normal de Huelva, donde aparece la cita ‘Otra industria se ha iniciado en Huelva: la ballenera’. A pesar de los escasos datos aportados en esta edición sobre esta actividad, los investigadores Julián Sobrino, Enrique Larive y Antonio L. Andivia-Marchante, encargados en el proyecto de estudiar las actividades industriales en el Paraje Natural, comenzaron a buscar más datos sobre este tema, especialmente en documentos con base científica e histórica que pudieran aportar conclusiones fidedignas.


Puerto de Huelva

El investigador Antonio L. Andivia Marchante nos cuenta las principales conclusiones del estudio.
El investigador Antonio L. Andivia Marchante nos cuenta las principales conclusiones del estudio.

Una cuestión que nos ha parecido de sumo interés, de ahí que hayamos querido difundirla en HBN. Divulgación que es posible gracias al historiador Antonio L. Andivia-Marchante, autor de las principales ideas aportadas en este reportaje, de ahí que llamemos la atención sobre el hecho de que su testimonio y fotografías hayan sido las fuentes básicas para desarrollarlo.

La caza de ballenas había desaparecido en España en el siglo XVIII. / Foto: www.ub.edu
La caza de ballenas había desaparecido en España en el siglo XVIII. / Foto: www.ub.edu

En cuanto al estudio de investigación de la Onubense, según apunta Andivia-Marchante, “la pesca de ballenas en España, prácticamente desaparecida desde fines del siglo XVIII tras el largo periodo de absoluto dominio vasco de las aguas del Atlántico norte, fue restablecida a principios de los años veinte por los grandes balleneros noruegos, quienes venían impulsando su industrialización desde mediados del siglo XIX con la incorporación de los cazaballeneros a vapor y el desarrollo del arpón-granada, entre otras innovaciones técnicas. Al contrario de lo que cabría esperar, no fueron los caladeros del cantábrico donde inicialmente fijaron su interés, sino en el Golfo de Cádiz, donde una serie de aisladas expediciones norteamericanas a lo largo del XIX habían demostrado que era una zona especialmente frecuentada por el rorcual común”.

Imagen de los restos de la ballenera que existió en Getares (Algeciras). / Foto: http://www.turismocampodegibraltar.com/
Imagen de los restos de la ballenera que existió en Getares (Algeciras). / Foto: http://www.turismocampodegibraltar.com/

Pero, ¿cuándo comienza a practicarse la caza o pesca de ballenas en Huelva? Parece ser que la primera ballena de la que se tiene noticia en esta nueva etapa en el Golfo de Cádiz “se cazó el 11 de abril de 1921, no en Huelva, sino en la ensenada de Getares (Algeciras), donde la pionera ‘Compañía Ballenera Española’ estableció una moderna factoría terrestre. A pesar de su nombre, se trataba de una empresa de iniciativa y capital noruego, una filial que permitía salvar todo escollo administrativo con la inclusión en su consejo de administración de influyentes políticos andaluces de la época”, apunta este investigador onubense.

La caza de ballenas fue una práctica habitual en el mundo durante los años treinta. / Foto: taringa.net
La caza de ballenas fue una práctica habitual en el mundo durante los años treinta. / Foto: taringa.net

Una etapa en la que parece reactivarse este tipo de actividad de forma genérica, y no sólo en España, hasta el punto de que se calcula que durante la década de 1930, más de 50.000 ballenas fueron sacrificadas cada año en el mundo.

La pesca de ballenas en Algeciras fue modelo para otros puntos del litoral. / En la imagen, costa de Getares. Foto: eltiempo.es
La pesca de ballenas en Algeciras fue modelo para otros puntos del litoral. / En la imagen, costa de Getares. Foto: eltiempo.es

De hecho, tal y como se recoge en el proyecto desarrollado por la Onubense, la factoría de Algeciras fue un éxito, siendo imitada a partir de entonces por otras firmas, como sucede con la compañía ‘A/S Corona’, propiedad de la armadora noruega ‘H. M. Wrangel & Co’. de Haugesund, que crearía la filial ‘Sociedad Española Corona’. La empresa nació con buen pie, puesto que fue apoyada por Alfonso XIII a través de Cipriano Roque Careaga Cortina, empresario vinculado entonces a la minería onubense. Y es aquí donde encontramos la conexión con Huelva, dado que parece una figura clave para que la caza de ballenas se practicara en Huelva.

La factoría flotante Rey Alfonso en Vigo, junio de 1925. En Chimán, la pesca ballenera moderna en la península ibérica, de Álex Aguilar (2013).
La factoría flotante ‘Rey Alfonso’ en Vigo, junio de 1925. Ver en Aguilar Vila, Álex (2013): Chimán. La pesca ballenera moderan en la península ibérica. Universidad de Barcelona. / Imagen cedida por Antonio L. Andivia-Marchante.

Según recoge Antonio Luis, “Careaga era uno más de los testaferros que mediaban en la complicada maraña de participaciones empresariales del rey, quien no aparece en ningún documento, pero cuya implicación es clara para algunos autores como González Echegaray (González Echegaray, Rafael (1978): Alfonso XIII. Un rey y sus barcos. Santander), que se refiere a él como “auténtico inspirador personal de la operación”. El mismo nombre con el que rebautizaron al buque factoría que fondeó en el puerto –’Rey Alfonso’– representa un inequívoco tributo al papel jugado por el Borbón”.

La Isla Saltés también estuvo relacionada con la pesca de ballenas en Huelva. / Foto: Archivo del Puerto de Huelva.
El entorno de la Isla Saltés también estuvo relacionado con la pesca de ballenas en Huelva. / Foto: Archivo del Puerto de Huelva.

La primera vez que esta actividad llega a Huelva se produce a raíz de la Real Orden de 24 de mayo de 1924, a través de la cual se autoriza a Careaga a fondear durante un año en el Puerto de Huelva. En concreto, se realizaría en la zona del Cabezo de los Prácticos, primer punto del fondeadero entrando por la barra y, por tanto, el más alejado de la ciudad. En concreto, según apuntaba a HBN el investigador onubense Juan José García del Hoyo, «durante algunos años, hubo una factoría ballenera, tanto en Saltés como frente a ella en la costa palerma del estuario».

Detalle del plano del puerto de Huelva que Felipe Ortega incluyó en su obra La Provincia de Huelva y sus Regiones Naturales: estudio geográfico siguiendo un método analítico-sintético (1925). Imagen cedida por Antonio L. Andivia-Marchante.
Detalle del plano del Puerto de Huelva que Felipe Ortega incluyó en su obra La Provincia de Huelva y sus Regiones Naturales: estudio geográfico siguiendo un método analítico-sintético (1925). Imagen cedida por Antonio L. Andivia-Marchante.

Tras obtener la autorización, Andivia-Marchante continúa comentando que “la nueva empresa se escrituró en el Registro Mercantil de Madrid el 4 de agosto de 1924 con un capital de un millón de pesetas representado por mil acciones, quedando el Consejo de Administración constituido por Cipriano R. Careaga como presidente, su hermano Constantino como secretario y Juan Carlos Andressen y Nielsen como consejero”.

La noticia apareció en el diario onubense 'La Provincia', si bien sus posteriores capturas tendrían repercusión incluso en la prensa nacional.
La noticia apareció en el diario onubense ‘La Provincia’, si bien sus posteriores capturas tendrían repercusión incluso en la prensa nacional.

La noticia tuvo repercusión en la prensa de la época, ya que en el diario La Provincia de Huelva aparecía la información de la llegada al Puerto de Huelva el 13 de noviembre de 1924 del barco ‘Rey Alfonso’, que se destinaría a la caza de ballenas. La embarcación procedía de Vigo, donde a inicios de junio había comenzado su primera campaña en aguas españolas, si bien, había sido construido en Newcastle, en 1897, como buque mixto de carga y pasaje, siendo transformado posteriormente en buque factoría. ‘Rey Alfonso’ tenía ocho mil toneladas de registro bruto, 135’6 metros de eslora por 16 de manga, 38 calderas para transformar la grasa en aceite y una completa fábrica de guano, la primera que se instalaba en un barco de estas características. Pertenecía al tipo de buque factoría de primera generación, es decir, no contaba con rampa para el izado de los cetáceos, por lo que al ejemplar se le extraía la grasa en tiras cortadas siguiendo una espiral. Entonces, mediante cabestrantes y brazos de grúa, se elevaba hasta la plaza de despiece en popa, donde la grasa era troceada y depositada en las calderas. Este sistema obligaba a trabajar en aguas abrigadas y tranquilas, lo que explica que las campañas invernales las hicieran en Huelva, tal y como recogen los investigadores onubenses.

Plaza de despiece del Rey Alfonso, 1924. Los trozos del grueso tocino eran depositados directamente en las calderas a través de las bocas de cubierta. En Los balleneros en Galicia (Siglos XIII al XX), de Felipe Valdés Hansen (2010). Foto cedida por Antonio L. Andivia-Marchante.
Plaza de despiece del ‘Rey Alfonso’, 1924. Los trozos del grueso tocino eran depositados directamente en las calderas a través de las bocas de cubierta. En Los balleneros en Galicia (Siglos XIII al XX), de Felipe Valdés Hansen (2010). Foto cedida por Antonio L. Andivia-Marchante.

Todo ello pone de manifiesto que la infraestructura necesaria para pescar ballenas no era nada simple. Y, de hecho, en los lugares en los que se practicaba se produjeron algunas quejas de los vecinos debido a la suciedad y el mal olor que provocaba el procesamiento de los cetáceos, ya que hasta este momento sólo se utilizaba la capa de grasa que cubría al animal, mientras que todo lo demás era arrojado al mar.

Puerto de Huelva.
Puerto de Huelva.

Unas quejas que obligaron al Gobierno a promulgar una Real Orden, también en 1924, para regular la nueva pesca con carácter provisional hasta que la experiencia se conociera lo suficiente para reglamentarla de forma definitiva, legislación que obligaba a los concesionarios a transformar en guano la mayor parte de los despojos. Por este motivo, el lugar elegido por la factoría en el Puerto de Huelva era ideal para estas exigencias, puesto que no sólo tenía una salida inmediata al mar, sino que, además, evitaba cualquier tipo de molestias al estar alejada de las inmediaciones de Huelva. Quizás por ello, según el estudioso Álex Aguilar, el barco, cuando trabajaba en esta costa, no acostumbraba a poner en marcha los desecadores para producir el guano.

La producción era destinada a Noruega e Inglaterra.
La producción era destinada a Noruega e Inglaterra.

Durante los tres primeros días de faena, en la Costa de Huelva se cazaron seis ballenas, algunas de 25 metros de largo. Unas capturas que tuvieron una enorme repercusión en la prensa, y no sólo onubense, puesto que “de ello dan cuenta diarios de ciudades tan dispares geográficamente como Oviedo, Valencia, Córdoba y Santa Cruz de Tenerife, lo cual nos habla del interés que suscitaba la nueva industria en la prensa nacional”, recoge Andivia. Toda la producción era remitida a Inglaterra y Noruega.

Portada del libro Aguilar Vila, Álex (2013): Chimán. La pesca ballenera moderan en la península ibérica. Universidad de Barcelona. Una publicación que pone de manifiesto la importancia de Galicia en esta actividad. De hecho, tras Huelva, la actividad se trasladó a Vigo.
Portada del libro Aguilar Vila, Álex (2013): Chimán. La pesca ballenera moderan en la península ibérica. Universidad de Barcelona. Una publicación que pone de manifiesto la importancia de Galicia en esta práctica. De hecho, tras Huelva, la actividad se trasladó a Vigo.

Las operaciones en Huelva terminaron al iniciarse el mes de abril de 1925, cuando la estación flotante regresó a Vigo, aunque la empresa ‘Sociedad Española Corona’ obtuvo una nueva licencia a finales de ese año, 1925, para volver a operar en España. En el caso de Huelva, la segunda temporada de pesca de ballenas fue más corta que la anterior, al desarrollarse desde fines de enero hasta inicios de abril de 1926. Sin embargo, “según La Voz de Galicia (03/04/1926), esta expedición fue decepcionante, capturándose tan sólo veintitantas ballenas. Parece ser que tras regresar a Vigo las cosas mejoraron un poco y pudieron salvar la campaña, aunque Careaga y Andressen consideraron que no merecía la pena continuar con la aventura española habida cuenta de los magros resultados que habían obtenido a lo largo de los tres años de balleneo”, explica el estudio que se está llevando en la Onubense.

Puerto de Vigo. / Foto: rtve.es
Puerto de Vigo. / Foto: rtve.es

En general, es difícil saber una cifra exacta de capturas realizadas en el litoral onubense, debido a que “todas las fuentes consultadas arrojan datos conjuntos para Vigo y Huelva, calculándose en torno a los 1.200 cetáceos entre ambos litorales. Lo que sí parece claro para algunos especialistas es que entre la factoría de Algeciras y el ‘Rey Alfonso’ diezmaron la población de cetáceos del suroeste español, que no se recuperaría hasta pasadas tres décadas, cuando se inició el segundo y último episodio de la pesca industrial de ballenas en España”, concluye Antonio Luis Andivia-Marchante.

El cazaballenero Corona II con una captura amadrinada al costado. / Foto: En web skipshistorie.net Cedida por Antonio L. Andivia-Marchante.
El cazaballenero ‘Corona II’ con una captura amadrinada al costado. / Foto: En web skipshistorie.net y cedida por Antonio L. Andivia-Marchante.

A este respecto, podemos añadir que otros historiadores gaditanos se han hecho eco de la pesca de ballenas en el Golfo de Cádiz, como sucede con Mariano Vargas, en su libro Cazadores de ballenas en el golfo de Cádiz, así como el investigador de Algeciras Antonio Torremocha, que ha estudiado la pesca de ballenas en la zona en un capítulo de un libro dedicado a la historia de la Autoridad Portuaria Bahía de Algeciras. En estas publicaciones podemos conocer datos que muestran historias muy similares a la onubense, como sucede con la factoría ‘Ballenera del Estrecho’, que cerró definitivamente en 1963, habiendo llegado a emplear a un centenar de personas.

Puerto de Algeciras.
Puerto de Algeciras.

Es más, en Cádiz todavía pueden encontrarse las ruinas de una ballenera en Getares, una planta dedicada a la comercialización e industrial de estos cetáceos, como hemos podido comprobar en las fotografías. Este edificio fue construido por la empresa ‘Compañía Ballenera Española’ -creada en 1914 por socios noruegos. La entidad llegó a cazar en seis años hasta 3.609 rorcuales y 345 cachalotes. Como en Huelva, esta entidad cesó su actividad en los años veinte ante la caída del número de cetáceos en el mar, volviéndose a recuperar esta práctica también dos décadas después, esta vez a través de la empresa ‘Ballenera del Estrecho’, un proyecto en el que estaban implicados un armador de Málaga y uno de Algeciras.

Este año apareció una ballena varada en la playa de Punta del Moral y numerosos voluntariados ayudaron para devolverla al mar.
Este año apareció una ballena varada en la playa de Punta del Moral y numerosos voluntariados ayudaron para devolverla al mar.

Incluso, podríamos añadir que todavía hay onubenses que recuerdan cómo se comercializaba la carne de ballena en Huelva, que podía ser adquirida en ocasiones en el mercado. Afortunadamente, estas historias pertenecen al pasado, dado que, en la actualidad, las empresas ligadas a delfines y ballenas se dedican al avistamiento y conservación de estos bellos animales marinos, con mucho menos impacto para el medio ambiente.

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