Mari Paz Díaz. Hacer una fotografía es todo un arte que muchas veces sólo alcanza la perfección entre los más privilegiados. Una práctica que si además se una a deportes de riesgo se convierte en algo más que especial. Una combinación al alcance sólo de unos pocos, pero cuyo resultado permiten captar imágenes de carácter único. Es lo que ha conseguido de una forma pausada y callada nuestro protagonista de hoy: Paco Hoyos.
Paco Hoyos se inició en la espeleología con tan sólo 16 años y, dos años después, comenzó a hacer fotografías de las cuevas. Hoy tiene 52 años y continúa activo, habiendo realizado un buen número de trabajos fotográficos relacionados no sólo con la espeleología, sino también con la naturaleza en general.
Entre sus trabajos más destacados en fotografía de cuevas se encuentra la edición del libro monográfico La Gruta de las Maravillas, realizado en 2005 junto a Rafael Manzano con la colaboración de la Sociedad de Excursionistas de Huelva, considerada la primera publicación existente sobre este emblemático monumento natural. Pero, además, este profesional ha colaborado en otras muchas ediciones, como ha sucedido con los libros La Sima de Cabra, Cuevas y Simas del Karst de Yesos de Sorbas, El Sistema Hundidero-Gato, Almería Subterránea, El Karst de Andalucía o La Enciclopedia de Andalucía, una obra magna de la Junta de Andalucía donde todas las fotos sobre el patrimonio subterráneo fue de su autoría.
Otros trabajos suyos han podido verse en una calendario distribuido en 2007 por la empresa GAM, difundido por la provincia de Huelva, entidad con la continuó trabajando en años sucesivos, así como en otro calendario del Parque natural de las Sierras Subbéticas editado en 2008, sin olvidar su colaboración con las guías ornitológicas ‘Rutas para ver Aves en la Naturaleza’ con imágenes de aves, así como otros folletos y postales, como los que se distribuyen en la actualidad de La Gruta de las Maravillas de Aracena.
Con todo, su trabajo está llamando mucho la atención, contando habitualmente con una gran acogida, que se ha traducido en ocasiones en la concesión de diversos premios y reconocimientos. De hecho, en la actualidad, expone en el Museo de Nerja (Málaga) la exposición titulada ‘Andalucía Subterránea’, de la Federación Andaluza de Espeleología, compuesta por 120 fotografías de 60 cuevas andaluzas. Imágenes impresas en alta calidad, que pueden visitarse desde el 4 de agosto hasta el 2 de octubre. Unas vivencias que nos desgrana Paco Hoyos en esta entrevista.
-Paco, ¿cuándo y por qué surge su interés por la fotografía?
-Surge desde muy joven. En mi grupo de espeleología siempre ha habido cierta tradición fotográfica con ánimo de documentar y divulgar esta práctica, así que con el tiempo me he ido especializando y he ido “depurando” la técnica para intentar “robar” a la cueva su imagen más bella.
-Junto a la espeleología, ¿tiene algún otro tema que le llame la atención?
-Es cierto que ahora estoy dedicado de lleno a la fotografía de cuevas, pero años atrás lo he compartido con fotos de aves, insectos, reptiles, etcétera. En general, me interesa mucho la fotografía de naturaleza. Por ejemplo, entre 2009 y 2011, he estado realizando fotos sobre lepidópteros (mariposas) de Huelva, junto a otros fotógrafos también onubenses, con el objetivo de realizar un libro, pero la crisis no permitió que encontráramos financiación para algo tan específico.
-¿Cómo se puede introducir un fotógrafo en el mundo de las cuevas?
-Inicialmente hay que empezar por ser espeleólogo. Hay que aprender las técnicas de la espeleología para poder acceder a las cuevas con seguridad y, luego, se pueden hacer los “pinitos” fotográficos. Al principio resulta difícil, puesto que en las cuevas no hay luz.
-No debe ser nada fácil hacer fotos en este entorno…
-Efectivamente, las cuevas no son un entorno favorable para la fotografía. El acceso, la humedad extrema, el frío, en ocasiones el agua, y la siempre presente oscuridad, no lo ponen nada fácil. Tienes que hacerte de un equipo fiable, cámara, trípode, mando a distancia, flashes y un equipo humano de 4 a 6 personas. La luz es la que reflejará mejor o peor las bondades de la cueva. El cómo dispongas la luz y en qué cantidad será lo que dé brillo al trabajo del fotógrafo. Al final es casi como el trabajo de un pintor, sólo que el sensor de la cámara es el lienzo y los flashes los pinceles.
-¿Ha visto alguna vez reconocido su trabajo con algún premio?
-Sí, en varias ocasiones, aunque quizás la más emotiva sea la de Villacarrillo (Jaén), donde en 2013 el Grupo de Espeleólogos de Villacarrillo me entregó un premio por la realización de fotografías de cuevas de alta calidad en el Certamen ‘Gala de los Premios de la Espeleología’.
-Por tanto, sus imágenes suelen tener una buena acogida.
-Son imágenes de naturaleza poco vistas y, por ello, suelen suscitar cierta admiración por aquello de “mágico y enigmático” que tienen las cuevas.
-¿Tienes algún otro proyecto de interés?
-Sí, el documentar con imágenes de alta calidad el mayor número de cuevas andaluzas. Ya ando por cerca del centenar, aunque el número de cavidades de Andalucía supera con creces el millar. Mucho trabajo aún por hacer.
-¿Con qué mensaje le gustaría despedir esta entrevista?
-Con la fotografía, sobre todo cuando éstas tienen calidad, arrancamos a las cuevas algo de ellas, sin llevarnos nada físico. Algo que queda para la posteridad y que no deteriora el medio. Algo que da una idea fiel de lo que hay bajo nuestros pies, para aquellas personas que tienen curiosidad, pero que no tienen la oportunidad de visitar una cueva. También me gustaría mostrar mi agradecimiento a las personas que colaboran y que han colaborado conmigo en los distintos trabajos fotográficos sobre cuevas.
2 comentarios en «Paco Hoyos, cuando la fotografía de cuevas se convierte en un arte»
Encuentro todo bastante interesante, se puede hacer una subscripcion a Huelvabuenasnoticias.
Gracias.
Maravilloso arte unido a un gran talento y la dedicadion de toda una vida a plasmar la velleza subterranea y de la naturaleza en general en fotografias. Mucho exito en lios años venideros. Me gusta conocer que hay personas dedicadas, eforsadas y valintes que hacen de lo natural una verdadera obra de arte.