S. D. El Club Balonmano Pedro Alonso Niño de Moguer es una gran familia. En cada casa de la localidad hay alguien que ha jugado al balonmano o tiene un familiar que lo ha hecho. En no pocas ocasiones el promedio se duplica y es lo que ocurre en casa de los Cumbreras y los Rodríguez, que tendrán nuevamente a dos de los suyos jugando en el primer equipo. Se trata de Isaac y Pablo Cumbreras, pivote y extremo, respectivamente, y de Antonio José y Sergio Rodríguez, extremo y central, que han sellado su renovación.
Los cuatros tienen una opinión similar acerca de lo que significa compartir vestuario con alguien de tu misma sangre. Para Isaac tener a su hermano Pablo en el equipo es “un orgullo” que le permite “poder disfrutar junto con él de este deporte que nos viene de tradición familiar”. Es por ello que asegura que “debemos estar contentos de disfrutar de este deporte juntos”.
Para Pablo vestir de amarillo con Isaac “puede ser la mejor alegría de estar en el primer equipo. Desde chicos hemos jugado en equipos diferentes por la diferencia de dos años, y hoy día, jugamos en el mismo equipo defendiendo el mismo club”. De este modo para él es “una motivación impresionante el estar jugando y que venga tu hermano a mitad del partido y te diga: “Tranquilo, mira al portero y lanza tranquilo”.
Ha agregado que ambos son jugadores “muy diferentes, tanto físicamente como en la pista”, pero que saben “hacer lo mejor por el equipo”. Ha recordado que “muchas veces uno se pone nervioso jugando y es una alegría que pueda venir tu propio hermano en medio del partido a relajarte. Estoy muy contento de poder compartir vestuario con él”.
En los Rodríguez, Antonio José ‘Antoñito’, ha subrayado que “siempre voy a estar contento por jugar en mi pueblo y más jugando con mi hermano. Es muy emotivo y especial, además intentamos en el balonmano como en la vida aprender cosas el uno del otro”. Sergio ha opinado que “tener a un hermano jugando contigo es una experiencia insuperable, el sueño que todo hermano puede tener en mente, porque aparte de tener el apoyo de todos tus compañeros, tienes sobre todo el de alguien con el que convives desde pequeño”.
La ilusión es enorme en los cuatro para el nuevo ejercicio, en el que Isaac Cumbreras se marca en lo individual y colectivo “dar el máximo sabiendo las dificultades que nos encontraremos, ya que los equipos de la liga se ha reforzado mucho y bien. El objetivo será el de estar Lo más alejado de los puesto de descenso”.
Del nuevo técnico ha opinado que “viene con mucha fuerza e ilusión”, por lo que ha esperado que “saque de cada uno el máximo y podamos disfrutar todos juntos”. Atrás queda una temporada en la que “di lo máximo dentro de las adversidades que tuvimos durante toda la temporada y evidentemente reconozco que podría haber dado mucho más. Las circunstancias a nivel colectivo no fueron las más apropiadas y por tanto creo que cumplimos el objetivo dentro de lo que estaba establecido”.
Por su parte Pablo ha calificado como “irregular” su temporada, en la que tuvo “bastantes más minutos” que en anteriores campañas, pero también “volví a recaer en lesiones, tanto en diciembre con el tobillo derecho que tuve problemas con los ligamentos, tanto en febrero que volví a caer con la rodilla y ya tuve que estar fuera hasta final de temporada”, ha recordado.
Afortunadamente se libró de una nueva rotura de menisco y se recuperó sin tener que pasar por el quirófano, aunque es muy consciente de que “tengo que fortalecer mucho las dos rodillas y tenerlas al 120 por cien, como me dice mi padre cada día”. Al respecto ha valorado el interés puesto por el nuevo técnico, Javier Socías, en su lesión y las de sus compañeros, a los que dio planes específicos. “Su llegada ha cambiado totalmente la moral del equipo. Habla con todos y cada uno de los jugadores y quiere hacerlo lo mejor posible. Estoy deseando ponerme en sus manos y poder dar lo mejor de mí en la pista, porque puede ser una gran temporada para crecer como jugador”.
Ha agregado sobre el técnico que “ha demostrado ser un entrenador de club, con ganas e ilusión por trabajar, y a nosotros nos sube muchísimo la moral y da mucha motivación para comenzar. Lleva muchos años de balonmano y tiene que tener muchísimas cosas guardadas para enseñarnos”. Además ha resaltado que varias opiniones que le han dado sobre él coinciden en que “es muy duro”.
Mirando hacia atrás, el extremo ha dicho que se cumplió el objetivo del club pero que “nos quedamos con mal sabor de boca”, porque “todos sabíamos que se podría haber realizado una mejor temporada, pero influyó la mala suerte con las lesiones y la falta de motivación”, aunque ha expresado que “hay que estar orgullosos de lo que hicimos”.
“De la nueva temporada espero motivación, ilusión y alegría. Tenemos una edad media de 23 años, solo nos hace falta un empujoncito para comernos la pista literalmente. Saliendo a disfrutara podemos seguir creciendo y aunque el objetivo es la permanencia, siempre tenemos que mirar a más y pelear mejor por ser quintos que sextos”, ha considerado Cumbreras.
Antoñito ha señalado por su parte que la pasada temporada fue “de altibajos, que en lo personal me sirvió para coger confianza ya que el año anterior estuve con una lesión de rodilla y siempre da un poquillo de miedo. Tenía que volver a coger el ritmo de Primera Nacional”. En lo colectivo vio a un gupo “muy unido” que “en las malas y en las buenas siempre conseguimos luchar más como amigos que compañeros”.
Ahora su objetivo es “acabar físicamente bien y aportar lo máximo que pueda al equipo, que tiene que quedar lo más arriba posible y luchar cada partido como si fuera el último”. A ello va a contribuir el nuevo técnico, del que ha dicho que “no lo conozco mucho pero he jugado contra él en el equipo de los veteranos y no le gusta perder ni a las canicas. De momento ya ha estado trabajando en lo que al estado físico se refiere y ha mandado un trabajo previo”.
Su hermano Sergio Rodríguez está listo para ejercer de jugador después de hacerlo junto con Alejandro Capelo de técnico del equipo infantil del PAN Moguer, que ha sido campeón de España de Balonmano Playa, así como de la Copa Andalucía y el Circuito Arena 1000, algo que ha sido “una experiencia inolvidable. El año pasado tuve la oportunidad de poder jugar un campeonato en Roquetas y ahora ganarlo de una forma diferente dirigiendo a estos niños es increíble y hemos sentido todos una felicidad inmensa”.
Bajo su punto de vista la campaña anterior “tuvimos un grupo muy bueno, los compañeros nos apoyábamos desde el principio, pero tuvimos muchas lesiones que provocaron que sufriéramos más de un bache por el camino”.
En el nuevo ejercicio con Socías de técnico, al que ha alabado, espera “poder seguir creciendo y aprendiendo como jugador. Quiero aportar ese granito de arena que haga que el equipo siga adelante en el objetivo de ir partido a partido y quedar lo más alto posible en la tabla”.