Rosa Mora. A pesar de su juventud, son varias las obras que destacan ya en la trayectoria de Álvaro Deudero. Te quiero, papá (Ediciones de la Torre), novela que ha visto la luz recientemente, llega precedida de El Peso de la culpa, publicada cuando el onubense tenía 23 años de edad, y Retazos de soledad, ópera prima de Deudero, que se abría hueco con tan sólo 17 años en el siempre complejo mercado literario.
En cuanto a la poesía, el onubense ha formado parte de la obra conjunta La generación del fin del mundo, y espera poder publicar su propio proyecto en lo que a este género se refiere, titulado La necesidad urgente de los besos.
Apasionado del cine y formado en la prestigiosa Escuela del reconocido maestro de actores y director teatral Juan Corazza, Álvaro Deudero se ha embarcado en varios proyectos relacionados con el séptimo arte. En esta línea, ha escrito junto a Javier Albalá el guión del largometraje En tus huesos afilo mis dientes, y pendiente está 800 músculos, «proyecto de película muy independiente que está a medias aún», nos explica.
También por la música se ha sentido atraído desde muy joven este artista que ha compartido los sencillos que dan forma a su maqueta en plataformas digitales.
Huelva Buenas Noticias ha conversado con Álvaro Deudero en relación a su última novela Te quiero, papá. Entrevista en la que también hemos abordado otros los proyectos de los que el onubense ha formado parte.
– ¿Cómo surge la idea de realizar este libro?
– Nace como necesidad de expresar un asunto familiar personal (trasformado en la ficción). Escribo normalmente en forma de catarsis para expresar aquello que me va ocurriendo y ordenarme al hacerlo. Siempre tuve conflictos para relacionarme con la gente e hice de la escritura mi manera de compartir al mundo un trozo de mí. Este libro, muy personal (aunque no esté basado en hechos reales), ni siquiera pensé en publicarlo, pero aquí está.
– Estudiaste Arte Dramático, ¿Cuáles eran tus expectativas?
– Mis expectativas eran vivir. Nunca quise dedicarme a nada concreto, aunque siempre estuve interesado en todo lo artístico sin saber muy bien por qué. Cuando de pequeño me preguntaban qué quería ser de mayor siempre respondía algo diferente o no respondía nada. Nunca tenía una expectativa clara y determinada (y por eso me acompaña constantemente una sensación de haber perdido mucho tiempo, aunque no sea así). Mi expectativa siempre ha sido vivir. Dar un paso y luego otro, recorrer el camino y en él, conocerse a uno mismo y a lo que le rodea, sanar lo insano y aprender a amar la vida sin juicios.
– ¿Qué historia nos cuentas en esta novela?
– Esta historia trata sobre un chico que siente la necesidad de reparar un error que cometió su padre. Habla del perdón y de la sanación familiar a través de aceptar que venimos de donde venimos y de quienes venimos. Cuando uno acepta su origen, puede comenzar realmente a crecer. Hay que regar la raíz para que el árbol crezca.
– Te quiero, papá, ¿a qué responde el título?
– En un principio, esta novela iba a llamarse Guerrero, porque el personaje protagonista desarrolla durante la trama la subpersonalidad del guerrero que todos tenemos dentro. El título cambió porque sentí que esta novela es, en realidad, una declaración de amor hacia la figura de el padre. En mi caso, hacia el mío, obviamente. Pero en general, es una declaración de amor hacia el padre, cometa los errores que cometa. Todos nos enfadamos con nuestros padres porque no son como queremos que sean. Llega un momento en la vida en la que nos convertimos en adultos y vemos que nuestros padres cometieron errores cuando aún no lo eran. Unos errores son más graves que otros, pero el amor entre un hijo y un padre y un padre y un hijo no debería ser juzgados por esos errores.
– ¿Cuáles han sido tus fuentes de inspiración para crear estos personajes?
– Supongo que mi inspiración ha sido mi propia experiencia vivida. Como ya he dicho, esta historia es bastante personal. Una especie de cierre de una etapa en mi vida. Lo cual no significa que el personaje sea como yo. Ni que sus padres sean como los míos. Siempre me da mucho placer coger algo real y transformarlo hasta que se desvanezca la línea que separa lo real y lo ficticio. En definitiva, la imaginación ha sido mi mayor inspiración, siempre mezclada con ramalazos de realidad. Una jefa que tuve, el camarero del bar de la esquina, un antiguo amigo de la infancia. Todo aparece de repente, suma y toma otra forma en mitad del proceso de escritura.
– ¿Cómo ha sido el proceso hasta encontrar una editorial?
– Ésta es la tercera novela que publico y cada una la he publicado con una editorial diferente. La primera me pilló muy joven y fue una de esas editoriales que te cobran por publicar y que no le aconsejo a nadie. Por suerte, recuperé el dinero invertido con las ventas. La segunda editorial, Huerga y Fierro, y ésta con la que publico ahora, Ediciones de la Torre, me llegaron a través de contactos y amistades, y sobre todo, gracias a llamar a muchas puertas, escribir y escribir y ser insistente con: “soy escritor, puedo enviarte lo último que he escrito.”
– ¿Dónde es posible hacerse con el libro?
– Puede comprarse a través de internet, tanto en Amazon como en la página de la editorial. También puede comprarse en la Casa del libro, Fnac, Corte Inglés y otras librerías de España.
– Ésta no sido tu primera novela, ¿Qué destacarías de las anteriores?
– Tal vez lo que más diferencia esta novela de las anteriores sea mi edad y mi manera de mirar el mundo a través de ellas. Retazos de soledad la escribí con 17 años y El peso de la culpa con 23. Veo el paso del tiempo, o más bien, de mi tiempo, a través de lo que escribo. Las dos primeras novelas eran más oscuras y tenían una perspectiva más pesimista de la vida. Te quiero, papá tiene más luz y madurez. O al menos eso creo y espero.
– ¿Te gustaría invitar a los onubenses a que se acerquen a esta novela?
– ¡Por supuesto! Yo soy de Cádiz, pero he vivido en Huelva desde los tres años. Creo que es una ciudad en la que hace falta apoyar a todo lo que tenga que ver con el arte y la cultura.
– Además de en proyectos literarios, en estos años te has embarcado en trabajos de diversa índoles, ¿Cuáles destacarías?
– Durante años he estado embarcado tanto en la música como en el cine y el teatro, además de la escritura. Donde más proyectos he tenido ha sido en la música. Hay un par de maquetas rulando en internet: ‘Idiosincrasia’ y ‘Sorrymyenglish’. He escrito también varios guiones de cine y obras de teatro, pero por unas cosas u otras, no las he llegado a dirigir todavía.
– Y respecto a la película 800 músculos… ¿Será pronto una realidad?
– ‘800 músculos’ es un proyecto de película muy independiente que está a medias aún. Tal vez pueda retomarlo en un tiempo o tal vez no. En este momento tengo otras prioridades en la vida. El cine es un mundo costoso y complejo.
– ¿Aspiraciones profesionales?
– Mi mayor aspiración en la vida es seguir escribiendo, empapándome de arte en todas sus vertientes, viajando y viviendo la vida lo más plena y conscientemente que pueda. Y, con alguna extraña fórmula, hacer de ello mi profesión.
– Muchas gracias, Álvaro.
