Iván Llanes Díaz recala en Bangladesh donde trabaja en una central de ciclo combinado

Iván Llanes trabaja en nueva central de ciclo combinado.
Iván Llanes trabaja en nueva central de ciclo combinado.
Iván Llanes trabaja en nueva central de ciclo combinado.

Ana Rodríguez. La República de Bangladesh es el país donde reside desde hace nueve meses Miguel Iván Llanes Díaz, un onubense de 43 años que trabaja para el grupo asturiano TSK como operador de planta en una nueva central de ciclo combinado que están instalando en esta parcela del continente asiático.

Iván ha trabajado durante muchos años como operador de planta en Ence.
Iván ha trabajado durante muchos años como operador de planta en Ence.

Criado en Huelva capital, en el barrio de Isla Chica, Iván estudió en el Colegio Francés e hizo Formación Profesional en el CEIP Pintor Pedro Gómez. Técnico especialista en instrumentación y control, trabajó en el montaje y en un comercio de suministros industriales, aunque la mayor parte de su vida laboral ha ejercido como operador de planta en la fábrica de Celulosa (Ence), donde estuvo más de 16 años. De la factoría echa de menos «la gran familia que tenía entre mis compañeros. Todos pensábamos que nos jubilaríamos allí, pero cosas del destino y la política que nos quedamos parados», explica el onubense.


Festival de Cine de Huelva

Vive desde hace nueve meses en Bangladesh.
Vive desde hace nueve meses en Bangladesh.

Aunque siempre le encantó viajar, jamás pensó que llegaría a buscarse la vida fuera de Huelva, pero tras estar casi un año sin empleo se marchó de su tierra natal. Primero recaló en Blanes, Gerona, en una empresa de nailon, pero al poco tiempo le salió este trabajo en Bangladesh y aceptó la oferta. Quería probar nuevas experiencias y vivir una aventura en el extranjero, cosa que está haciendo con creces.

Vive a 90 kilómetros de la capital.
Vive a 90 kilómetros de la capital del país.

– ¿Cómo es tu actual lugar de residencia?
– Vivo en Ashuganj, a unos 90 km de Daca, la capital de Bangladesh. Es un pueblo muy pequeño, habitado por unas 50.000 personas. Aquí viven del pescado y del arroz, y ahora también de la industria energética que se está instalando con una central de ciclo combinado que ya funciona y varias por terminar. Una de ellas es donde yo trabajo, para el grupo asturiano TSK, como operador de planta. Este pueblo, al igual que el resto del país, es un caos. No hay donde tomar ni un café, el tráfico es tremendo y las calles ¡para qué contarte! Sin saneamientos, el olor es muy fuerte y la verdad que limpieza no hay. Aquí nos alojamos todos juntos en una residencia que la empresa montó.


Puerto de Huelva

Con sus compañeros.
Con sus compañeros.

– ¿Desde cuándo estás en Ashuganj?
– Vine aquí a finales de noviembre, en principio para pocos meses, pero ya llevo casi nueve y solo fui por Huelva en dos permisos de 12 días. La verdad que es muy agotador, trabajamos 12 horas diarias y a veces no descansamos en todo el mes ni un solo día. Ahora, con los últimos atentados, no salimos ni a comprar. Estamos deseando terminar y volver a casa pronto, ya que no sabemos muy bien si esta escalada de terrorismo seguirá o se cortará. Es verdad que la empresa está poniendo de su parte todos los medios para que estemos seguros, pero ya no se está a gusto aquí.

Vivir en el extranjero una temporada le hacía ilusión.
Vivir en el extranjero una temporada le hacía ilusión.

– ¿Cómo fueron tus primeros días allí?
– Mis primeros días fueron muy ilusionantes porque para mí era todo nuevo. No había trabajado nunca en una planta de este tipo y fue muy importante venir aquí para ampliar conocimientos y currículum.

– ¿Qué nivel de idiomas tenías al llegar?
– Mi nivel de idiomas era prácticamente nulo, ahora al menos chapurreo algo y para entenderme con los bengalíes me vale.

Las diferencias culturales son los bengalíes son importantes.
Las diferencias culturales son los bangladesíes son importantes.

– Me imagino que la cultura y costumbres son muy distintas a las españolas. ¿Cuáles son las principales diferencias?
– La cultura no tiene nada que ver con la nuestra, aquí son musulmanes y,ya sabes, siempre que son muy practicantes y no se saltan un rezo. Las mujeres suelen ir por la calle muy tapadas, al menos por este pueblo, en la capital es distinto.

Estar con los niños de Bangladesh le encanta.
Estar con los niños de Bangladesh le encanta.

– ¿Cómo son los habitantes de Bangladesh?
– Suelen ser bastante amables y, cuando hemos salido, es habitual que quieran hacerse fotos con nosotros. Los niños son un encanto, a veces les llevo chocolate que les traje de España y se vuelven locos (el de aquí sabe a tierra, es bastante malo).

– ¿Cuáles son los principales obstáculos que has tenido que superar en este tiempo?
– Uno de los obstáculos es el clima, que hay una humedad tremenda y ahora está también el problema del terrorismo.

Echa mucho de menos su tierra.
Echa mucho de menos su tierra.

– Cuéntanos alguna anécdota que te haya ocurrido durante tu estancia.
– Como anécdota me quedo con la experiencia con los niños, son geniales y ves la falta de todo que tienen. No es que pasen mucha hambre, porque arroz hay, pero si vieras los ojos cuando les das chucherías, crema de cacao, chocolates o zumos… se vienen detrás del coche hasta que pillan algo.

Tras su experiencia en Asia quiere tomarse unas vacaciones.
Tras su experiencia en Asia quiere tomarse unas vacaciones.

– ¿Cuáles son tus planes futuros?
– Pienso terminar aquí y buscar otro destino, pero antes tomarme unas buenas vacaciones que merecidas creo que las tengo. Intentaré seguir por el extranjero, pero no sé dónde. Si no sale nada buscaré por la zona de Barcelona. Todavía no me quiero quedar por Huelva .

Iván anima a valorar más Huelva.
Iván anima a valorar más Huelva.

– ¿Qué es lo que más echas de menos de Huelva?
– Lo que más echo de menos es a mi familia y, cómo no, la comida, ese tapeo que tenemos por Huelva no lo hay en muchos sitios.

– ¿Recomiendas a todo el mundo que viva un tiempo fuera de España? ¿Por qué?
– Recomiendo a todo el mundo que pruebe la experiencia de salir de Huelva a trabajar, así valoraremos mucho más nuestro estilo de vida, que nada tiene que ver con el de buena parte del mundo.

El onubense suele repartir chocolate entre los niños.
El onubense suele repartir chocolate entre los niños.

– Para terminar: un mensaje a los onubenses.
– Mi mensaje para los onubenses es que cuidemos más nuestra tierra, ahora se van a expropiar tierras en Doñana para almacenar gas y me apena ver que nadie sale a la calle para manifestarse, como lo hicieron por el Recre por ejemplo; que me parece muy bien que se salve y la gente pelee por el Recre, pero hay más cosas aparte del fútbol y nos quedamos demasiado pasivos. Tenemos que cuidar Huelva y dejar el mejor legado posible a los que vengan detrás.

Muchas gracias. ¡Suerte!

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