Redacción. Hace unas fechas, el guitarrista cordobés-onubense, Antonio Dovao Hidalgo, ha presentado –de manera muy modesta, como es él- su último trabajo en solitario denominado ‘El Legado’, dedicado a once maestros de la guitarra, ya fallecidos, en el que se recogen nueve toques o “palos” del flamenco. Este es el motivo por el cual lo traemos hoy aquí a este periódico a través de esta entrevista.
Con respecto a su biografía, Antonio Dovao es diplomado en Música por la Universidad de Huelva, con más de de una veintena de años como guitarrista flamenco por distintas zonas de Europa y Norte de África. En todo este tiempo se despierta en él el deseo de construirse su propia guitarra por su relación con distintos guitarreros andaluces, como ha sucedido en tiempos pretéritos con algunos artistas del flamenco.
-Háblanos del disco que acabas de presentar.
-En primer lugar, he de decir que se trata de una grabación con nueve temas de distintos estilos y maneras de tocar la guitarra de antaño. Aunque parezca fácil, en realidad no es así porque hay que ser un poco osado para intentar meterse en el pellejo de los once grandes a los que me refiero. En segundo lugar, quiero decir que los temas están grabados en modo gramófono y en modo digital, ya que de esta manera se puede comprobar la diferencia entre las grabaciones del siglo pasado y el actual. Y en tercer lugar quiero subrayar que he preferido no tener ninguna clase de acompañamiento –con lo que esto conlleva en la guitarra actual– porque así el aficionado puede comparar aquella época con esta.
-¿Nos puedes hacer una síntesis de los temas?
-Empiezo por soleares dedicadas a los Maestros Patiño, Diego del Gastor y Javier Molina.”El Brujo” en las que creo que de los tres hay algo que se distingue. (Este es el único tema dedicado a varios artistas, ya que me hubiera gustado dedicarle a cada uno el suyo, pero no ha podido ser, y lo lamento). En la granaina dedicada a D. Ramón Montoya, se me ponen los pelos de punta nada más que en pensarlo. La seguiriya dedicada a Sabicas, me transporta a otro mundo. Las bulerías dedicadas a Manolo de Huelva me recuerdan su toque sencillo, que no lo es, y “su golpe”, que tampoco es fácil. Las alegrías dedicadas a Niño Ricardo me recuerdan que fue el auténtico “creador” del flamenquismo. La guajira dedicada a Pepe Martínez, me recuerda que fue – para mí – el guitarrista con el toque más puro, limpio y suave del siglo XX. Los tientos dedicados a Esteban de Sanlúcar, se deben a su fácil ejecución y gran dominio en el compás. Los tanguillos dedicados a Mario Escudero me hacen recordar a Ramón Montoya y Niño Ricardo, de los que fue alumno. Y el abandolao a Manuel Cano, se debe a que su guitarra era poesía pura.
–Entre la guitarra de concierto y la de acompañamiento, ¿con cuál te quedas?
-Sin duda alguna, me quedo con la de acompañamiento. Puede que se deba a que desde pequeño es lo que he escuchado en mi casa, y también porque me he formado con gente como Eduardo Rebollar, José Luis Postigo, Niño de Pura o Fernando Moreno, que no son cualquier cosa. Me gusta el cante por encima de todo, y lamento no poder ni entonar cualquiera de sus “palos” porque no dispongo de esa “gracia o don”, pero, eso sí, lo estudio en profundidad todos los días, porque creo que ahí está el arma más adecuada para el guitarrista de acompañamiento: saber lo máximo sobre el cante flamenco.
En cambio, para estar en concierto, preparando y ensayando al máximo las piezas que vayas a interpretar se puede decir que tienes el camino libre, o sea, que la única barrera que te queda por librar es el público, y no hay toro que lidiar. Por el contrario, en el cante sí que tienes un “miura”, que no es otro que el cantaor con su tono, con su estilo y con su compás, y, además, el público. Espero que se me comprenda y no se tergiverse lo que digo, ya que es así, más o menos, si se me acepta la comparación.
-¿Cuál es tu opinión sobre el flamenco actual, tanto en el cante como en la guitarra?
-En mi opinión, en las últimas décadas, se ha producido más avance en la guitarra. Esto es lógico por los adelantos de las ciencias de la comunicación y el sonido, lo cual resulta extraordinario para todos los profesionales que se dedican a la música. No obstante, creo que la guitarra actual va muy deprisa en todo, es decir, como si fuera a máxima velocidad y sin mirar para atrás, que viene a ser lo mismo que no mirar en su interior. De ahí que crea e insista en que hay que tocar con el “corazón”, ya sea con más o con menos velocidad o con más o con menos técnica por la sencilla razón de que la técnica y la velocidad, sorprenden… En cambio, lo otro llega….
-¿Cómo van las actividades de tu asociación ‘La Cavaera’?
-Es obvio que estamos atravesando una época muy difícil y en lo que se refiere a las artes se acusa mucho más, sin duda alguna. Sé lo que digo porque en mi familia estoy rodeado de artistas y muy buenos, y todos estamos más o menos lo mismo. La Cavaera, de la que soy su técnico, tampoco se libra de esta situación tan difícil e injusta por dos causas o motivos:
El primero reside en que los que nos dedicamos a la formación del folklore y del flamenco, no estamos reconocidos o valorados como se debiera. Por ejemplo: en la TV andaluza encontramos programas de coplas y sevillanas casi todos los días. En el toreo también hay promoción y ayuda, cosa que no criticamos. En cambio, del cante flamenco o la guitarra no hay nada, cuando en cualquier parte de Andalucía das una patada y salen artistas por doquier.
En segundo lugar, y me pasa a mí con la extraordinaria gente que me acompaña en las distintas actividades que realizamos, que personajes como el mismo Juan Fernando González y otros – a los que estoy muy agradecido – aguantan la situación sólo por la gran afición que tienen por el flamenco. Eso sí, medio-sobrevivimos gracias a algunas ayudas que recibimos del Ayuntamiento y la Diputación, a los que estamos muy agradecidos. En fin, la gente que forma ‘La Cavara Flamenca’, lo único que pretendemos es atraer aficionados al flamenco, puesto que hacerlos es otra cosa.
Por último, no quiero terminar esta entrevista sin darle las gracias a todos mis colaboradores y a todos los aficionados que compren mi disco. Así como comunicar que todas las clases se retoman en septiembre.