María Mascareña / Psicóloga y Psicoterapeuta del Centro Kambalaya. La intersexualidad es un fenómeno que ocurre de forma natural y que consiste en que la persona presenta una discrepancia entre su sexo cromosómico (XX/XY), sus genitales (vagina y pene) y sus gónadas (ovarios o testículos), presentando características propias de ambos sexos. Esto quiere decir que la persona nace con una anatomía reproductiva o sexual que no parece encajar en las definiciones típicas de masculino y femenino (con características físicas masculinas y femeninas a la vez o bien que no son del todo femeninas o masculinas).
Ya de entrada, para los padres de un niño que nace con intersexualidad, puede causarles una gran confusión ya que, al ser un fenómeno tan poco usual (pues tiene muy baja incidencia en la población) y tan desconocida (incluso para los médicos), pueden pensar sencillamente que su hijo ha nacido deforme, confundir la situación con la transexualidad…etc. Pero, sin lugar a dudas, el mayor problema al que se enfrentan la mayoría de las personas con intersexualidad es la incapacidad de definir su identidad sexual.
Cuando un niño nace, nos vemos en la obligación legal de definir si es niño o niña, pero en el caso de las personas intersexuales existe una ambigüedad que sólo se soluciona a medida que pasan los años, que es cuando se van identificando con un sexo u otro. En muchos casos, lo que ocurre es que los padres “eligen” el sexo del bebé y lo crían en base a éste, guiados por los médicos que informan de cuál de los dos sexos es más latente. Todo esto en un contexto social lleno de imposiciones y rigidez que necesita enmarcarnos en una categoría fija y que no contempla la verdadera diversidad de las personas.
Imaginemos un niño intersexual que, al nacer, no presenta ni testículos ni ovarios pero sus genitales externos son aparentemente más similares a una vagina. Es probable que tiendan a definirlo como niña en vez de niño, pero al llegar a la pubertad, su cuerpo comienza a tener grandes cambios. Imaginemos esa chica a la que de repente le empieza a crecer bastante vello, no solo en el cuerpo sino en la cara, le ensancha y fortalece el cuerpo, le sale nuez… pues es una situación muy agobiante tanto por los cambios y la confusión que éstos traen consigo, como por las burlas y discriminación que sufren por las personas de su alrededor.
El caso es que muchas veces, esa niña durante su infancia se va dando cuenta de que algo raro le está ocurriendo, pero es un tema tan complejo, confuso y que da pie a tantos insultos y burlas, que decide callar, hasta que un médico le explica lo que está pasando y comienza a vivir siendo tal cual es.
Lo ideal sería poder dar más luz a estos casos y comenzar a normalizarlos, para ayudar a que la discriminación social sea cada vez menor y comenzar a comprender que no todo se mueve en base al género masculino o femenino. Además, para esas familiar que se encuentran en esta situación, es muy importante buscar ayuda profesional no sólo médica sino psicológica, ya que carecer de identidad sexual definida provoca mucho miedo, frustración y rechazo del propio cuerpo.
La identidad sexual es un componente importante para ayudarnos a entender quiénes somos. En manos de todos está ampliar nuestras miras y comprender que lo masculino y lo femenino no son dos conceptos aislados sino dos extremos de un mismo continuo.