Poesía joven: entre lo uno y lo diverso

La poesía onubense vive un buen momento.
La poesía onubense vive un buen momento.
La poesía onubense vive un buen momento.

Rafa Núñez. Si hablamos de poesía a cualquiera se le viene a la cabeza aquellos textos del instituto. Algunos los digirieron mal y se alejaron de ellos. Otros vieron un camino abierto y decidieron adentrarse en sus más recónditos callejones. La Poesía como tal, esa que evoca nombres centenarios y seculares, se ha alejado del gran público. Gran parte de la misma no solo se ha distanciado de la gran masa lectora, sino que ha apartado a los lectores de poesía actuales. Me refiero a los lectores no especializados; ni eruditos, ni filólogos, ni académicos.

Por tanto, la Poesía –tradicional, podríamos decir– se ha convertido “en un lujo cultural por los neutrales que, lavándose las manos, se desentienden y evaden”. Los planes de estudios alejan a los estudiantes de Horacio, Virgilio, Eliott, Vallejo…Y ni hablar de Góngora o cualquier otro autor que reclame del lector su atención plena. Por todo ello, la poesía actual ha tomado derroteros muy distintos. Vivimos en un momento de grandes y muy distintas voces.



Las voces talentosas se caracterizan por haber leído y releído, adorado y aprendido a la perfección el canon literario desde principio a fin. Esas voces son expertas y recitan de memoria versos, estrofas y poemas. Saben adivinar hasta la última referencia, conocen todos los recursos de la retórica y desde luego son voces que pertenecen a esos mundos sutiles machadianos.

El segundo gran grupo de voces se ha extendido gracias a las redes sociales. Se han distanciado del canon, no lo han leído completo, ni tienen intención. Se conforman con ir conociendo las últimas novedades y siempre buscando un lenguaje transparente, poco profundo, traslúcido. Su gran virtud se encuentra en que han sido capaces de llamar la atención a la palabra, a una lengua que todos entienden y comparten. Desde luego en un país como en el que vivimos, donde se venden muchos libros, pero se lee poco y mal; que un grupo de poetas consiga llamar la atención de muchos lectores es un gran logro. ¿Quién sabe si esos lectores que empezaron con una línea clara de poesía llegan a leer y recitar de memoria Las Soledades de Góngora? Sin ser ilusos, debemos darle tiempo al tiempo. Ni Literatura ni el canon se hicieron en un día. En un mundo en el que se vive aprisa, deberíamos celebrar que alguien aprecie una palabra y disfrute de su sonido, por muy simple que sea.


Puerto de Huelva

El lunes 11 de julio a las 21.30 horas, en el 1900 Company Bar en la calle Garci- Fernández, 10, se celebrará un recital de poesía que congregará esa gran multitud de voces, estilos y sensibilidades. Esta semana comienza un curso en la UNIA titulado: Los poetas del siglo XXI. Joven poesía española en la era digital. Este curso contará con la presencia de poetas como: Fernando Valverde, Raquel Lanseros, Elvira Sastre, Adriana Moragues y Sara Búho. Sus voces líricas son tan distintas, que es un buen ejemplo de la cantidad de sensibilidades que comparten el escenario poético nacional e internacional. El recital del que hablamos vendrá después de la primera sesión del curso. Este recital ha surgido como algo espontáneo, sin mayor complicación que las ganas de compartir voces, experiencias y palabras. Además contará con jóvenes autores onubenses, todos aparecidos en la Antología de poesía joven Onubense editada por Niebla el pasado octubre. Sus nombres van siendo habituales del panorama provincial, algunos de los participantes como Enrique García Bolaños ha publicado muy recientemente Peluquería Canina en la editorial Versátiles. Por otro lado, Manuel Anarte ha dado a la imprenta su poemario Lo que pasa cuando abandonas mi almohada, en este caso con Niebla. Aurora Revólver pronto cederá al lector sus versos en su opera prima, que se llamará De Contrabando en Versátiles. Rafael Núñez y Alejandro Vázquez Bellido todavía afilan sus versos antes de que la imprenta los haga propiedad del lector.

No hay que olvidar tampoco el gran momento que vive la poesía en Huelva. Dos editoriales pequeñas haciendo y generando movimiento cultural o como le gusta decir a Rafa Pérez: “industria editorial”. Su colección de poesía recoge algunos nombres importantes para las letras de esta ciudad. Por otra parte, José Ángel Garrido y Mar Domínguez han levantado otra pequeña fábrica de sueños que se llama Versátiles.

Si nos referimos a los autores que han propiciado este encuentro, tenemos voces muy notables dentro de nuestro panorama. Por un lado, tenemos a autoras como Elvira Sastre, Adriana Moragues y Sara Búho, que realizan una poesía con la que es fácil comunicar. Se acompañan de música, palabras y la cercanía de quien quiere comunicar y llegar al lector –o espectador–. Además arrastran una gran multitud de público, llenan salas y son referencias importantes dentro de su registro.

Por otro lado, encontramos a Fernando Valverde y Raquel Lanseros, que pertenecen a otra generación. Ambos se han consolidado en otro registro de poesía. Fernando Valverde ha sido distinguido con numerosos reconocimientos, entre ellos ha sido considerado por más de 100 críticos de universidades como Harvard, Oxford, Columbia y Princeton el poeta más relevante en lengua española nacido después de 1970. Además ha recibido un gran número de premios.

Raquel Lanseros, galardonada entre otros premios con el Adonais en 2005, ha sido traducida a múltiples lenguas, ha publicado como Valverde en editoriales como Visor. Siendo ambos figuras consolidadas y con voces diversas de las anteriormente mencionadas.

La poesía como la vida se abre camino por rincones que la mente humana no puede llegar a esperar. La existencia de tantos registros, tan diversos, distintos y variados solo es sinónimo de una débil salud de hierro de nuestras letras. La poesía, parafraseando a Adriana Moragues, ha pasado por el portal del gran público, ha mirado para atrás; pero ahora consigue ver a su gran amor: los lectores. Sin embargo, eso no quita que, como diría Sara Búho, algunos “veneremos la existencia por encima de todo amor” de la palabra precisa juanramoniana. Nadie puede asegurar que “el aleteo de una mariposa” –en palabras de Elvira Sastre– no cause que un lector que hoy se aferra a esa poesía, acabe leyendo los poemas mas complejos y canónicos. La poesía es un misterio, que descontextualizando a Fernando Valverde “no conoce la lluvia ni los árboles pero ya es un bosque” tan difícil de penetrar, que necesita un Virgilio que lleve al lector al cielo final de la excelencia poética. Raquel Lanseros ha soñado con “un fin heroico y con todos los planetas alineados”, en ese gran maremágnum, que es la poesía actual y la poesía joven en concreto.

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