Jesús María García Hueto. Bajo una idea de Manuel Coello Hueto, el pasado sábado día 4 se reunieron en Cádiz un buen número de familiares que con el apellido Hueto habían decidido encontrarse de nuevo después de muchos años. Se da la circunstancia que había muchos de ellos que ni siquiera se conocían sin que existiera razón ni motivo para ello. Este apellido Hueto aparece en Cartaya en el siglo XIX de la mano de Santiago Hueto que llega a la localidad procedente de Logroño como Notario echando sus raíces en dicha localidad onubense desde donde se extiende sobre todo en las provincias de Sevilla Cádiz y Huelva. Se da la circunstancia que el apellido, en esta familia, está prácticamente perdido al llevarlo algunos de segundo y la mayoría de cuarto pues el hijo de Santiago Hueto, JoséMaría tuvo ocho hijos tan solo de ellos dos varones y estos tuvieron hijas solamente.
Santiago Hueto Careaga es el que se encarga de enraizar en Cartaya el apellido Hueto, al venir destinado como Notario a esta localidad. Sus padres eran Manuel Antonio Hueto Oñate, natural de Santo Domingo de la Calzada (La Rioja) y Josefa Careaga García de Tejada, natural de la capital riojana.
Casó en matrimonio canónico con Josefa Varea de los Ríos, natural de Villamartín (Cádiz), hija de Pedro Tomás Varea, (Grazalema-Cádiz) y de Mª Salud de los Ríos (Villamartín – Cádiz)
De este matrimonio, además de Santiago, Catalina y Pedro, nació José Mª Narciso Isidoro Telesforo de la Santísima Trinidad HUETO VAREA que enlaza matrimonialmente el día 14 de febrero de 1874 con Magdalena de la Cruz Álvarez (11.06.1850), vecina de Cartaya e hija de los igualmente Cartayeros Felipe de la Cruz Domínguez y Mª del Valle Álvarez Barrera.
De este matrimonio finalmente nacerán dos varones, Santiago y Felipe y seis hembras: Magdalena, Josefa, Salud, María del Valle, Concepción y Carmen Hueto de la Cruz. De donde descienden en mayor o menor número los padres y madres de los primos hermanos y en segundo grado que el sábado tuvieron la dicha y la oportunidad de reencontrarse, o algunos incluso de encontrarse por primera vez, en Cádiz, con el firme propósito adquirido de seguir cultivando estos encuentros sucesivamente.
Santiago y Felipe, a los que le hubiera correspondido la legitimidad de perpetuar el apellido HUETO, tan sólo tuvieron hijas: Magdalena Hueto Martínez por parte de Santiago y Magdalena y Mª Dolores Hueto Flores por parte de Felipe. El resto de hijas de sus hermanas llevarían el apellido HUETO en segundo lugar.
En la actualidad tan solo los descendientes de Nena hija de Santiago y los de Nena y Loli las hijas de Felipe llevan, hasta extinguir, este blasón. (Datos estos proporcionados por el experto en Genealogía y Heráldica, Antonio Nieto Hueto)
De todas formas, el hecho de la pérdida del apellido Hueto, no fue inconveniente alguno, mas bien lo contrario para poder reunirse todos los que pudieronacercarse hasta la tacita de Plata donde se celebró la convivencia, que estando prevista en un principio realizarla en Cartaya, pero ante el delicado estado de salud del único miembro de la familia que lleva este apellido de primero Lola Hueto Flores, se decidió celebrar la reunión en la capital gaditana para que no tuviera que desplazarse y pudiera asistir.
Hasta allí se desplazaron 34 familiares celebrándose una Eucaristía en la Capilla del Colegio Marianista de San Felipe Neri que fue oficiada por el sacerdote cartayero y miembro de la familia José Ramos Ramos quien en una sentida homilía recordó el lazo de unión tan grande de los antepasados y alabó la feliz idea de reunir a todos los primos, recordando la importancia de la fuerza de la sangre de esta familia Hueto, en la que destaco que aunque se pierda el apellido nunca se perderá el amor de la familia que crearon nuestros padres, abuelos y tatarabuelos. Al término de la misa y en un local privado, se celebró una comida de hermandad en la que se vivieron momentos de emoción recordando vivencias familiares realizadas por los presentes, así como anécdotas de sus antepasados. Ya en los postres la parte gaditana de la familia amenizó la fiesta con canciones propias de Cádiz tanto de Carnaval, comoHabaneras, como de otros palos de las zonas de donde provenían parte de los convocadosanimandose la fiesta al final por parte de onubenses y sevillanos con algunos fandangos de la tierra.
Finalizada la jornada los Hueto en unas despedidas sentidas y felices por el encuentro, aunque con lágrimas de alegría por la celebración del mismo, quedaron emplazados para celebrar la siguiente a poder ser dentro de este año, pero ya en el lugar de origen de la familia que se centra en la localidad onubense de Cartaya. Alto les queda el listón para los onubenses después del esfuerzo realizado por los gaditanos, pero no cabe la menor duda que lo importante es reunirse la familia y que acudan los que por circunstancias personales no pudieron hacerla en esta de Cádiz.