Rafael Núñez. Peluquería Canina inaugura una nueva editorial en Huelva. No es casualidad que un autor joven como Enrique García Bolaños sea quien tenga ese honor. Bolaños ha sido antologado en varias ocasiones, participado en todas las actividades literarias que ha sido invitado. No es un autor que salga de la nada, ha hecho kilometros leyendo, escuchando y aprendiendo de todo el mundo sin prejuicios.
García Bolaños en Peluquería Canina se acerca a tres formas de entender la poesía: social, culturalista y de la experiencia. Tres de los grandes ríos que se han dado en el ámbito poético hispánico en los últimos 40 años. Al menos en uno de los dos casos el propio García Bolaños no lo buscaba pero él mismo ha confesado, que este era el libro que quería hacer. Recuerdo especial se merece el prólogo de su amigo Francisco Mulet, uno de esos autores onubenses, que podrían ir más allá de Chucena sin miedo a volver apaleado.
El título del libro llama la atención de propios y extraños, en sí el nombre del poemario es una metáfora de lo que la sociedad hace con el individuo. Lo sujeta con normas, lo ata con leyes, lo esclaviza con obligaciones y luego, si hay suerte, lo premia con algún derecho o algún bien de consumo. Por ello, Bolaños intenta de ir trazando un recorrido lírico entre la experiencia, las injusticias sociales y el encuentro con la cultura.
Hagamos un breve repaso por los tres tipos de poesía que el autor se atrave ensayar. Los poemas de la experiencia podría ser el rancho, ayamonte, sobre aviso o Aurora. Estos tienen en común un fuerte componente vivencial. Poemas como Trivial tiene un remoto eco a un poeta muy del gusto del autor, comparese con poemas de El gallo de Bagdad (1991) o Bar adentro (1997) de Fernando Beltrán. Otros poemas como Ayamonte rechinan puesto que el lector curioso nota que quizá no haya sido todo lo depurado que debía. Además de no encontrarse en el lugar más propicio.
En cuanto a los poemas culturalistas, el autor escoge referentes de su mundo más cercano. El Rock and Roll, las leyes de la termodinámica, en este caso nos referimos a Clausius- Clapeyron, que se trata de una forma de calcular un tránsito entre fases, de ahí que el poema empiece con la palabra nada y finalice con la palabra todo, el resto de la interpretación se la dejo al lector curioso. También se acerca a Isaack Asimov y cambia la Marilyn de los novisimos por Sally Grosman, aquella bella mujer que acompañaba a Dylan en esa famosa portada.
El poemario alcanza su zenit con la prosa poética en la que el autor muestra una gran cantidad de recursos e imaginación. El poemario tiene una parte crítica y desagradable cargada de bilis y desazón contra la España que nos ha tocado sufrir. Es un buen inicio, un inicio con muchos caminos que recorrer, tiene frescura necesaria para hacer pasar un buen rato al lector curioso. Por ello esperaremos sus nuevos trabajos con los brazos abiertos. Eso si, sin prisas, por favor.