Rosa Mora. El manga y la animación japonesa cuenta con millones de adeptos repartidos por todo el mundo, y Huelva no permanece ajena a esta tendencia cultural contemporánea.
Como muchos otros autores, la onubense Leticia Morgado tuvo el primer flechazo con el cómic japonés al ver la mítica serie de televisión Bola de Dragón (Dragon Ball), que precisamente este 2016 cumple 30 años de su primera publicación. La serie favorita de esta joven artista natural de Lepe fue, sin embargo, tal y como explica en una entrevista concedida a este medio, Kenshin, guerrero samurái, creado por el japonés Nobuhiro Watsuki.
Lo que comenzó siendo una afición y una forma de entretenimiento durante su infancia se ha convertido con los años en la profesión de esta joven lepera licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla. Una artista que ella misma se define como polifacética puesto que realiza trabajos que abarcan desde la pintura tradicional y retratos en pastel, hasta ilustraciones, diseño de personajes para juegos de rol, portadas de publicaciones, así como cómics manga.
El 2015 fue un buen año en términos profesionales para joven artista, realizando la portada y las ilustraciones tanto de la obra El Misterio de la Caja Bethel de Concepción Perea, como de El Efecto Transilvania de Juan Ramón Biedma, publicación ésta última que fue presentada en Fnac Sevilla con la presencia de Leticia Morgado.
En estos momentos, además de atender a encargos diversos, trabaja en su proyecto más ilusionante: su propio cómic. Una historia policiaca ambientada en el siglo XIX con tintes Steampunk –género cultural nacido de la literatura futurista del siglo XIX. Huelva Buenas Noticias ha conversado con la autora.
– Toda una vida dedica al arte, ¿recuerdas tus comienzos?
– Lo cierto es que desde que tengo memoria siempre he amado el mundo del arte. Cuando era pequeña lo que más me gustaba era dibujar, me pasaba las con el lápiz en la mano. Mi madre siempre colgaba mis dibujos en la pared, algo que me hacía mucha ilusión. Incluso me dejó pintar a uno de mis personajes en la puerta de mi habitación. De hecho, aún lo conservo con mucho cariño.
– ¿Y tu pasión por el manga?
– Pues comenzó gracias a las series de Anime -Animación Manga- que emitían en televisión. Dragon Ball fue uno de mis inicios. Me vi casi todas las series que echaban, y mi favorita sin duda fue Kenshin. Recuerdo que las grababa en VHS y que les daba al stop para poder dibujar a los personajes. Poco a poco, e inconscientemente me fui enamorando del manga. Pasado el tiempo encontré en el mercado revistas especializadas como Shirase y Minami. De ese modo me puse al día en todas las novedades y amplié mi conocimiento sobre el manga. Además, como vivía en un pueblo, era muy difícil encontrar cómics manga en papel, así que tuve que indagar hasta descubrir una tienda en Huelva dónde los vendía, el quiosco Visi. Mis padres me llevaban allí eventualmente. Desde entonces, el manga pasó a ser un pilar muy importante en mi vida, y lo que empezó siendo un hobby, se ha convertido hoy en mi profesión.
– Te hemos visto firmar trabajos muy diversos.
– Así es, me considero una artista polifacética. Realizo trabajos de distinta índole que abarcan desde pintura tradicional y retratos al pastel, hasta ilustraciones, portadas para libros, diseños de personajes para juegos de rol, carteles, retratos en estilo manga y, por supuesto, cómic Manga.
– Y de todos ellos, ¿podría destacar alguno?
– En general estoy orgullosa de todo lo que he hecho. Aunque debo reconocer que tengo especial cariño a las ilustraciones y cómics manga de creación propia, puesto que así plasmo las historias y los personajes que habitan en mi imaginación. Me hace sentir como Victor Frankenstein cuando dio vida a su criatura: ¡Está vivo!
– Has trabajado para autores de reconocido prestigio, ¿no es así?
– Así es, he trabajado para varios escritores conocidos en el panorama español como son Vael Zanón y su libro El Ocaso de los Ángeles; Ahna Sthauros en La Doncella de la Sangre; Concha Perea en La Corte de los Espejos, ilustrando además para ella la portada de su folletín El Misterio de la Caja Bethel; Jesús Lopez Moya para quien ilustré su libro infantil El capitán Mondongo; y por último, Juan Ramón Biedma, escritor de novela negra muy conocido en el ámbito nacional e internacional, ganador de varios premios literarios, para quien recientemente he ilustrado y realizado la portada de la reedición de su libro El efecto Transilvania.
– ¿Autores de culto para ti?
– Pues mis principales fuentes de inspiración son autores de manga como Kaori Yuki (Angel Santuary), Ayami Koyima, ilustradora del conocido videojuego Castlevania, Yana Toboso (Kuroshitsuji), TogaQ (In These Words), o Sakimi Chan, entre otros. Por otro lado, también debo reconocer que hay múltiples autores españoles y europeos a los que admiro como Marini (Las águilas de Roma), Guarnido (Blacksad), Luis Royo, Victoria Francés, Medusa, Esther Sanz, Lehanan Aida, o Xian Nu Studio.
– Trabajas desde Lepe, ¿Sería preferible para un artista vivir en una gran ciudad o no influye especialmente?
– Lo cierto es que es preferible vivir en una gran ciudad, ya que allí es dónde se mueven los grandes eventos sobre cómic, exposiciones artísticas, y además dónde suelen estar las editoriales. Todo ello sin mencionar que es mucho más fácil hallar tiendas especializadas en arte en las ciudades que en los pueblos. Actualmente, sin embargo, gracias a internet y a las redes sociales se puede trabajar casi desde cualquier punto del planeta.
– En cuanto a proyectos actuales, ¿En qué estás trabajando en estos momentos?
– Actualmente estoy trabajando en mi proyecto de cómic llamado Black Death. Es un cómic policiaco ambientado en el siglo XIX con tintes ‘Steampunk’. Básicamente trata sobre un inspector de Policía, Edward Sanders, que está inmerso en un caso sumamente delicado, ya que debe atrapar a un criminal conocido como El Galeno. Dicho criminal tiene aterrorizada a toda la población, pues cada cierto tiempo hace desaparecer los pobres desdichados que mendigan en las frías calles de la ciudad. El Inspector Sanders debe resolver todos los misterios que envuelven al caso, y por supuesto atrapar y desenmascarar al criminal.
El título de la obra Black Death fue dado por la máscara de galeno que porta el villano, ya que antiguamente la empleaban los médicos que trataban a los enfermos de la peste, enfermedad también conocida como la «Muerte Negra”. Aunque no he tenido mucha suerte con las editoriales aún no he desistido y ciertamente me encantaría poder publicarlo y, sobre todo, que entusiasme al público. Si la cosa fuese bien, me plantearía hasta próximas entregas y nuevos casos para el Inspector Sanders.
– Y sumado a ese reto, ¿Qué aspiraciones tienes?
– Me encantaría poder vivir del arte, y saber que no he hecho la licenciatura de Bellas Artes y el máster para nada. Supongo que es lo que está pasado con la mayoría de los estudiantes de mi generación, que es complicado encontrar sitio en el ámbito laboral, y si tienes «suerte” acabas trabajando de camarero en un McDonalds. Siempre he soñado con tener mi propia escuela de arte para impartir clases de dibujo, pintura, ilustración, cómic… pero lo cierto es que hasta me haría feliz poder dar clases de pintura en cualquier taller de Ayuntamiento o centros cívicos.
Y, por supuesto, mi gran sueño sería estar sentada en algún stand de los salones del cómic firmando ejemplares de mis propias publicaciones manga o libros ilustrados. Con eso sería sumamente feliz y me llenaría de orgullo saber que por fin el esfuerzo de todos estos años ha dado su fruto.
– Mucha suerte Leticia, y gracias.