Antonio José Martínez Navarro. Deseamos que estos apuntes biográficos sirvan de ilustración a los muchos seguidores que, aún sigue teniendo y recordando a Capi. Algo que venga a llenar un hueco en la literatura deportiva de la lucha libre y pueda ser, asimismo, origen de otros panegíricos que completen una galería de luchadores que pasaron por nuestra ciudad y que el público aficionado al viril deporte del músculo espera con impaciencia. Pero, vayamos sin más dilación a la biografía de un maestro por excelencia de la lucha libre americana y campeón en su categoría de Andalucía, de España y de Europa. Nos estamos refiriendo al gran Capi, hombre muy querido por los aficionados onubenses y vencedor en ciento y un combates.
En un lugar de Andalucía cuyo nombre es Huelva, hace ahora ochenta años, vivía una familia en la calle Nueva, frente a la Ermita de la Soledad, compuesta por su padre Eugenio Gil Morales y su madre que respondía al dulce nombre de Dolores. Sus apellidos eran Gil Gómez.
El nombre y apellidos del que sería gran luchador era José Gil Gómez, ya que era hijo natural, y vio la primera luz en nuestra capital el día 29 de noviembre de 1928 en la calle Nueva, exactamente frente a la Ermita de la Soledad.
Cuando el futuro luchador tenía cuatro años de edad su familia se traslada a vivir a Sevilla instalando o adquiriendo un estanco en la célebre calle Sierpes. Después pasaron los años: corría el de 1946 y José Gil se había convertido en un muchacho espigado de cuerpo, pacífico, ojos alegres, cabello moreno y muy ágil en sus decisiones…Pero, no dilapidemos el tiempo y acerquémonos a su etapa como asiduo visitante del ring. “Capi” comenzó a luchar muy joven como aficionado, aún no se conocía mucho en España la lucha libre americana. “Capi” practicaba diversos deportes y mientras realizaba sus cotidianos ejercicios, presenciaba cómo otros amigos se daban “leña” sin que él apreciara nada especial en la lucha. Un día se fijó más que de ordinario y otro saltó al cuadrilátero dispuesto a amular las glorias de los grandes campeones de lucha libre.
Estas primeras actuaciones, sin una preparación física adecuada para este tipo de lides, fueron muy celebradas. Y con el tiempo fue adquiriendo las facultades físicas y técnicas que le preparaban para efectuar un combate de lucha libre. Y siendo él muy joven debutó frente a un rival veterano: en las sienes de Capi” había noche y en las de su rival “madrugas”, pero venció.
A partir de estas fechas pelea en Sevilla en el campo de deportes “La Trinidad”, propiedad de los Salesianos. En estos combates se convierte en ídolo de los amantes de la lucha libre en Sevilla. Son años de mucho entrenamiento en Sevilla, con muchos sacrificios pero repletos de éxitos deportivos. Los contratos se firmaban muy a menudo, ya que en las fiestas de los diversos pueblos y de la propia capital el boxeo o la lucha libre eran un atractivo más.
En el diario “Odiel” del miércoles 12 de enero de 1955 se le comunicaba a los amantes del deporte que Capi era el nuevo campeón de España de lucha libre al haber vencido a Soria por puesta de espaldas:
<<Tenemos un nuevo campeón de España de los semi medios de lucha libre. Y es de Huelva, el gran estilista Capi que en Sevilla acaba de arrebatar el título a un consagrado, Soria, después de ponerlo de espaldas en el tercer asalto.
Por cierto que Soria, al terminar la lucha dijo: “Capi no sólo me acaba de arrebatar el título, sino que esta noche me ha retirado de la lucha. Es un gran campeón.
Enhorabuena al paisano Capi, que en el ring hace gala siempre de su nobleza y deportividad>>.
En la noche del sábado 23 de julio de 1955 “Capi” ponía su título de campeón en juego. Al designado para luchar contra él no lo vería nada más que en el pesaje y en la radio y en ninguno de los dos lugares citados se hablaría del combate, a no ser las manifestaciones orales de cada uno de los luchadores ante el micrófono. Al día siguiente el diario “Odiel” se hacía eco de la gran velada en la que el número sobresaliente fue el de los silletazos:
<<La ausencia de este “deporte” desde hace buen espacio de tiempo y las novedades que el promotor Sr. Astur ofrecía en un programa que sobre el papel colmaba exigencias, hicieron que a la Plaza de Toros acudiera público en proporción estimable.
Había dos o tres presentaciones a la puesta en juego de un título español y esto, francamente, fue por limpio, por más deportivo, lo realmente notable. Porque a Malco el Maldito –aquí bien recibido siempre- estábamos acostumbrados, así como a sus marrullerías, que encontraron, esta vez, dura réplica en Soria II- Abrieron éstos la velada, encaminada hasta el punto de intervenir los médicos, con triunfo para Soria por puesta de espaldas.
Luego, la pelea que habría de agradar por su nobleza, por la agilidad de los combatientes. Se resolvió para Capi a los 17 minutos al abandonar Ariza. Antes, a los 8, estuvo de espaldas Ariza.
Aranda y Lacoma, dos campeones de La Rioja el primero y de Cataluña el segundo, pusieron aquello al rojo vivo. .El catalán por excesivamente sucio, hasta predisponer al público en favor del riojano, bueno y correcto luchador. Descalificado Lacoma en el segundo asalto, quedó vencedor Aranda.
No gustó el combate siguiente entre Blak Salem y Galán. La maravilla negra solo tuvo de tal la habilidad para echar doble llave de pies. Fueron los que menos se pegaron. Venció Blak, por puesta de espaldas en un alarde de rapidez, cuando no se aguardaba.
Y, por último, la tragicomedia en que fueron actores principales Poissard y el ”prehistórico hombre de las cavernas” que es King Kong, un personaje que si no fuera tan infantil, a simple vista resultaría terrorífico. ¡Y hasta se enfadó con el público, exteriorizándolo con unos saltitos graciosos! Ambos estuvieron más tiempo fuera que dentro del ring y como traca final, nos ofrecieron el número de las sillas, con intervención de los espectadores. Hubo descalificación de King, reto por parte de Poissard para una revancha, y anuncio, para el día 30 de figuras, figuras>>.
Dos semanas más tarde en el mismo escenario volvieron a pelear grandes campeones de la lucha libre. Detengámonos en el combate del onubense:
<<…Luego Capi y Aranda, dos luchadores de casi idénticas cualidades, animaron el ambiente, sobre todo al apreciarse en los primeros segundos una clara puesta de espaldas de Capi que sin embargo vencía en el cuarto a su contrincante con la protesta unánime del público hacia el árbitro Sr. Álvarez que, ciertamente, no actuó con la fortuna que era de esperar…>>.
Muchos de los luchadores continuaban en el ring hasta los cuarenta. Hasta esa edad se podía actuar con pleno dominio de sus facultades, pero finalizando la década de los años cincuenta cuando contaba con 28 o 29 años de edad, “Capi” decide dejar el deporte competitivo. Había luchado en casi toda España: Sevilla, Córdoba, Huelva, Álava… En nuestra capital peleó en el Velódromo, en el Cine Colón…, y viendo que en nuestra capital se necesitaban gimnasios decide instalar uno, en un amplio piso que alquilaron en la Alameda Sundheim, limítrofe al Punto. “Capi” estuvo unido en su esfuerzo con LLinares, muy amante también del deporte. As, el jueves 17 de noviembre de 1960 el diario “Odiel” informaba sobre el proyecto de ambos deportistas:
<<El “Capi” está montando un gran gimnasio en Huelva. Espera inaugurarlo dentro de breves días. El “Capi”, el gran luchador de lucha americana, campeón de Andalucía que tanto se distinguió en los cuadriláteros y elevó el nombre de Huelva, su ciudad natal, está montando un espléndido gimnasio en nuestra ciudad.
Como animador de su obra y entusiasmos, ha encontrado otro magnífico deportista, LLinares, que fuera muy destacado jugador del C. D. Pescadería, hombre que goza también de general prestigio en la exportación de pescados y mariscos.
Y entre los dos han tomado a su cargo la tarea, cumpliéndola con tal exigencia y detalles, que su instalación causará verdadero asombro, no sólo por la modernidad de las instalaciones sino por lo que ha de suponer para los deportistas en orden a la educación física y desarrollo del músculo.
De su enclave, en la Alameda Sundheim, así como de otros detalles, hablaremos próximamente>>.
Tres días más tarde, domingo 20 del citado mes y año, el diario “Odiel” comunicaba a sus lectores que la juventud deportiva onubense tenía ya su gimnasio:
<<A las siete y media de la tarde de ayer, quedó inaugurado el nuevo gimnasio que en la Avenida de Sundheim han montado, con modernísima instalación, dos reconocidos deportistas: el magnífico luchador de lucha americana Capi y el futbolista –y armador de buques de pesca, LLinares.
El local es espléndido y alegre en verdad. Y no se ha escatimado detalle en su instalación; algo, en una palabra, con exigencia para la educación física de la juventud deportiva que, a buen seguro, encontrará en las enseñanzas de Capi y LLinares el medio más adecuado para el adiestramiento y preparación física en cualquiera de sus manifestaciones porque se inclinen.
A la hora expresada, ante numerosa concurrencia, el local fue bendecido por el canónigo don Gregorio Martínez, secretario del Obispado y, después, los concurrentes, fueron delicadamente obsequiados con un buen servicio aperitivo>>.
1 comentario en «El gran luchador onubense Capi»
Muy buenas noches, gracias por esta publicación, soy sobrino suyo, y esta genial y os doy las gracias, pero ha fallecido el 20 de Marzo 2017.
Gracias de todo corazón