Redacción. Tras la bienvenida a cargo de la concejala de Comunicación, Eva Rodríguez, el director del archivo Diego Ropero-Regidor comenzó su presentación dando a conocer algunos de los deslindes de nuestro término municipal, desde la primera referencia documental que data del año 1264.
A lo largo de estos siete siglos y medio los conflictos entre los concejos de las villas de Palos y Moguer fueron frecuentes, y se firmaron varios documentos para delimitar los respectivos términos municipales, entre los que destaca el firmado en 1481, una “concordia” que fijaba el deslinde y sus respectivas mojoneras. De éstas, las que discurrían por la franja costera fueron de nuevo revisadas en el siglo XVIII, y posteriormente en los años 1839 y 1884, hasta que en 1935, se practicó el deslinde y el amojonamiento de la zona marítimo terrestre en las playas de El Picacho y Casa Fidel (hoy Mazagón) en una época en que los montes de propios de la zona estaban siendo repoblados por la denominada Quinta División Hidrológica Forestal.
El 7 de febrero de 1935 se reunieron en el muelle embarcadero de la Casa del Vigía, de la barra del Puerto de Huelva, los técnicos y representantes de los Ayuntamientos de Palos y Moguer para proceder al amojonamiento “mediante estacas” de la línea límite de la zona marítimo terrestre en la playa de El Picacho, de acuerdo con los trabajos que habían comenzado el año anterior. De las estacas referidas a puntos fijos que podemos admirar en el documento expuesto en el archivo, destacamos las que hacen referencia a los “Pabellones” pertenecientes a la Quinta División, al muro que discurre paralelo al mar de la Casa del Vigía, propiedad de la Junta de Obras del Puerto de Huelva y a la Casa Cuartel de Carabineros de El Picacho
Una vez delimitada y amojonada la zona marítimo terrestre en la playa de El Picacho, se realizó análoga operación en la playa denominada de la Casa de Fidel, estando presente en la redacción del documento el entonces alcalde accidental de Moguer Antonio Conde Muñoz.
El documento del mes ocupa un lugar de privilegio en la sala de consultas del Archivo Histórico de Moguer, donde puede ser admirado hasta finales de junio.