Redacción. La volatilidad del mercado de divisas ha empezado a propagarse en las últimas semanas, puesto que, por decisión específica de la Reserva Federal, se ha visto interrumpido el concepto del flujo de la política monetaria bidireccional. La volatilidad estaba bajo control, llegándose hasta la reunión de la Reserva Federal en diciembre, y recibió la ayuda de la primera subida de tipos de interés en 9 años, a cargo de la Reserva Federal. Después, el mercado se acomodó a la idea de que la Reserva Federal buscaría otra subida del 4 en los tipos de interés a lo largo de 2016, pero ahora esto no parece probable, por lo cual se ha generado esta volatilidad.
Hay dos tipos de volatilidad, asociados con el mercado de divisas: la volatilidad implícita y la volatilidad histórica o actual. La volatilidad implícita es la cantidad de volatilidad que los traders creen que estará asociada con un índice o pareja de divisas, usándose este número para ayudar a ponerle precio a opciones dentro de los mercados de capitales. La volatilidad histórica es el cambio real en el precio de un instrumento subyacente y la fluctuación de dicho instrumento a lo largo de un determinado período de tiempo.
Después de la reunión de la Reserva Federal en diciembre, los traders estaban convencidos de que el banco central estadounidense continuaría con el proceso de aumento de los tipos, en un esfuerzo de normalizar la política monetaria. Desde los inicios de la crisis financiera, la Reserva Federal ha tenido tipos a niveles inusualmente bajos, estando la meta de la tasa de interés de fondos federales a cero. Lo que la mayoría no creyó fue que los descensos continuados en la producción económica de Asia y Europa generarían miedo a que el mercado de capitales caería en caso de que la Reserva Federal siguiera siendo restrictiva.
Aún a pesar de la devaluación del yuan chino en agosto de 2015, la Reserva Federal siguió adelante con su política de ajuste. Muchos creyeron que en la Reserva Federal habría una pequeña ventana de maniobra, y que si dejaban escapar esta oportunidad, se quedarían con pocos recursos, si la economía estadounidense empezaba a flaquear.
En unos pocos meses, parece que la visión de muchos de los presidentes de la Reserva ha cambiado. Todo empezó con el cambio de la distribución de puntos que la Reserva Federal usaba para tratar los tipos de interés en los años venideros. En un principio, después de la reunión de diciembre del FOMC, la distribución de puntos de la Reserva Federal tenía una previsión de cuatro reajustes de 25 puntos base a lo largo de 2016. En su reunión de marzo, la Reserva Federal cambió su decisión y redujo el número de tipos de interés previstos, restringiéndolo a dos subidas de tipos de interés de 25 puntos base.
El cambio en su previsión reintrodujo la volatilidad en los mercados de divisas. Con anterioridad a esta débil predicción sobre los tipos futuros de la Reserva Federal en marzo, los mercados estaban conformes con la espera y se apagaron un poco. Después de las afirmaciones de la Reserva Federal, el dólar empezó a descender, lo cual condujo a un aumento en el valor de la mayoría de sus divisas contrarias. La volatilidad se produjo especialmente en el caso del yen, que empezó a remontar y que ahora ha generado algo de pánico en el Banco de Japón.
La volatilidad se genera con el flujo bidireccional relativo a la actuación de los bancos centrales. El mercado parecía estar seguro de que la Reserva Federal estaba en modo de ajuste, mientras que el Banco de Japón, el Banco Central Europeo y el Banco Popular Chino estaban en modo de holgura. Las débiles declaraciones de la Reserva Federal convirtieron sus intenciones en una pregunta que generó volatilidad en los mercados de divisas.
A partir de ahora, los mercados estarán en alerta máxima, pendientes de los comentarios de los bancos centrales, para ver si tienen planeado alterar la volatilidad en el mercado de divisas. Con mucha probabilidad, la Reserva Federal será el punto de partida, y mientras los traders empiezan a centrarse en la reunión de junio en lugar de la reunión de mediados de abril, la cual ahora parece que puede descartarse.