Manuel Galán. En abril, cuando la Primavera hace renacer los campos y la naturaleza se reviste de Nueva, en la CASA celebramos el Mes de Paco Girón. El 13 de Abril se ordenó sacerdote, fecha que constituyó su referente más importante.
Cada día nos encontramos con más personas que abren su corazón para narrar vivencias con Paco, reconociendo haber dejado una huella de Dios en sus vidas. Para los que tuvimos el privilegio de caminar con él, es la luz que ilumina y decide un contratiempo, una demanda, un conflicto. ¿Qué haría Paco en este momento?
La Casa respira su aliento, determina perfiles, establece retos, lo recuerda en presente. Los valores de compromiso social de D. Francisco Girón y su aportación al logro de la dignidad de la persona, son objetivos prioritarios para los que asumen la responsabilidad del Centro.
Nunca hizo excepciones ni distinción, ni por razón social, raza o creencia. A todos alentaba a crecer, a vivir con intensidad. A dar y compartir. La VIDA es un acontecimiento apasionante.
Paco hacía pastoral de calle, de encuentros siempre intensos, entrañables, con mirada profunda y sonrisa de acogida, proclamando al Dios de la vida. Su pasión era potenciar las posibilidades de SER que asomaba en la mirada inquietante de cualquier joven.
Con frecuencia nos preguntan; ¿cómo va el proceso de beatificación de Paco? Y tenemos que responder que es un proyecto de la diócesis y que estamos en la confianza que las nuevas normativas que establece el Papa Francisco para estos procesos beneficiará los trámites necesarios.
Las generaciones venideras deben enriquecerse con el conocimiento y la experiencia de un hombre que amaba profundamente la VIDA y ha sido testimonio de SANTIDAD.