Pablo Bravo Alfaro, de Huelva a Japón a través de una beca de investigación del Ministerio de Cultura japonés

Pablo Bravo vivió los primeros seis años de vida en Japón.
Pablo Bravo vivió los primeros seis años de vida en Japón.

Mari Paz Díaz. Pablo Bravo Alfaro es un joven de 25 años que, aunque en su DNI no aparezca que nació en Huelva, la mayoría de su vida en España se ha desarrollado en Huelva, por lo que siempre se ha sentido un onubense más, amante de esta tierra desde pequeño. Y eso que su historia no es nada convencional. Porque cuando tan sólo tenía siete meses de vida, sus padres se marcharon a vivir a Japón, país en el que estuvo hasta los seis años de edad. Luego, en marzo de 1997, su familia decidió volver y se instaló en Huelva, sobre todo debido a que sus abuelos paternos -su padre era de Aroche- vivían aquí. Por todo eso, «soy y me siento onubense», asegura.

Siendo así, su vida escolar también se desarrolló en Huelva. En concreto, sus estudios de Educación Primaria, Secundaria y Bachillerato los hizo en el Colegio Colón de los Hermanos Maristas de Huelva. Luego, no tuvo muy claro qué estudiar al llegar a la universidad, porque siempre quiso hacer un Grado en Estudios de Asia que estaba empezando en Madrid y en Barcelona, pero le pareció que ambas ciudades estaban demasiado lejos de casa. Así que, aunque durante su etapa escolar estuvo enormemente interesado en la Historia y las Humanidades, al final, se decantó por el camino científico, y acabó eligiendo el Grado en Matemáticas en la Universidad de Sevilla.


Festival de Cine de Huelva

Una de las clases del  Grado en Estudios de Asia Oriental.
Una de las clases del Grado en Estudios de Asia Oriental. / Foto: universia.es.

La experiencia no fue buena, por lo que después de pasar dos años perdidos, y estar pensando en regresar a Huelva con sus padres, leyó la noticia de que iban a implantar el Grado en Estudios de Asia Oriental (GEAO) en la Universidad de Sevilla. Así que ilusionado de nuevo ante la posibilidad de estudiar lo que realmente era su vocación, cambió de carrera y, tras cuatro años, se graduó en la primera promoción del GEAO.

Estuvo un año en la Sophia University japonés.
Estuvo un año en la Sophia University japonés.

Además, en su tercer año de carrera recibió una beca de la Universidad de Sevilla para un programa de intercambio con universidades japonesas, y estudió durante un año en la Sophia University de Tokio. Incluso, mientras estudiaba allí, recibió una oferta de trabajo de una agencia de viajes japonesa que iba a abrir una oficina en Barcelona, así que cuando se graduó se mudó a la ciudad condal para trabajar como guía turístico, asistente e intérprete para los turistas japoneses que venían a España. En Barcelona ha estado trabajando hasta el pasado mes de febrero, cuando volvió a Huelva para despedirse de la familia y de los amigos. El motivo era que este mes de abril ha iniciado una nueva vida en Tokio después de que el Ministerio de Cultura japonés le haya concedido una beca de investigación. Beca de la que nos habla en esta entrevista.


Puerto de Huelva

Convocatoria de becas del Gobierno japonés.
Convocatoria de becas del Gobierno japonés.

-Pablo, acaban de concederte una beca del Ministerio de Cultura japonés. ¿En qué consiste?
-Se trata de la Beca para Graduados del Monbukagakusho -o Beca Monbusho de investigación, como también es llamada a menudo. Es una beca del Ministerio de Educación, Cultura, Deporte, Ciencia y Tecnología japonés (Monbukagakusho), cuya convocatoria sale cada año para las diferentes modalidades. En concreto, la de Graduados está enfocada a personas menores de 35 años que se hayan graduado en la universidad y que deseen realizar una estancia de investigación, un máster y/o un doctorado en alguna universidad japonesa.
Esta Beca para Graduados cubre el billete de avión (ida y vuelta al finalizar el período de estudio), costes académicos y una asignación mensual para los gastos de la vida diaria en Japón. La duración es variable, según el proyecto del becario, siendo el mínimo dos años (como estudiante investigador), pudiendo añadir otros dos años para el máster, y tres para el doctorado, por lo que puede llegar a una duración máxima de siete años. Por todo ello, es una beca bastante codiciada y normalmente suelen presentar la solicitud entre 300 y 400 personas, de los cuales este año la Embajada de Japón en España ha seleccionado a ocho becarios.

Su padre y él fueron recibidos hace unos días en la Residencia del Embajador de Japón en España.
Su padre y él fueron recibidos hace unos días en la Residencia del Embajador de Japón en España.

-Gracias a esta beca, tu padre y tú habéis estado en un encuentro en la Embajada japonesa en Madrid. ¿Cómo fue la experiencia?
-Sí, hubo una reunión en la Embajada del Japón en Madrid para que los becarios nos conociéramos, y para que nos informaran de las cuestiones más prácticas de la beca y la vida en Japón. Tras la reunión en la Embajada, nos dirigimos a la residencia del Embajador y allí tuvo lugar una recepción en la que participamos tanto becarios como antiguos becarios del Monbusho. El Embajador no pudo estar presente debido a que tenía que asistir a otro acto, pero en su lugar estuvo presidiendo el Ministro de la Embajada de Japón.
Fue una experiencia muy interesante y enriquecedora, ya que pudimos hablar con las personas que nos han precedido en el panorama investigador nipón, y pudimos conocer su experiencia como becarios. Además fue muy emotivo, puesto que mis padres pudieron asistir también al acto. Mi padre vino en calidad de antiguo becario del Monbusho, siendo la primera vez que padre e hijo han recibido esta beca en España, en los 53 años de historia de la misma.

Su padre, natural de Aroche, consiguió esta misma beca cuando él era un bebé.
Su padre, natural de Aroche, consiguió esta misma beca cuando él era un bebé.

-¿Cómo te sientes siendo uno de los ocho elegidos por la Embajada de Japón en España?
-Conseguir esta beca era mi sueño desde pequeño. Hace 25 años mi padre recibió la Beca del Monbusho para investigar en la Tokyo University of Fisheries con un proyecto sobre microzoología marina, llegando a estudiar un máster y a doctorarse. Durante esos seis años desarrollamos la vida familiar en Tokio con total normalidad: mi madre también estudió un máster en la misma universidad, mi hermano pequeño nació allí, y yo asistí a la guardería como cualquier niño japonés. Cuando mi padre finalizó el doctorado volvimos a Huelva, y esto me provocó un sentimiento de nostalgia hacia el lugar donde había vivido mi primera infancia. No recuerdo cuando tomé esta determinación, pero desde que tengo uso de razón he tenido como objetivo regresar a Tokio con la misma beca que disfrutó mi padre. Ahora que vuelvo al que fue mi primer hogar y esto me produce una sensación indescriptible. Es difícil de explicar con palabras.

Durante toda la primavera estará estudiando en la Tokyo University of Foreign Studies.
Durante toda la primavera estará estudiando en la Tokyo University of Foreign Studies.

-¿Cuándo y dónde vas a disfrutar de tu beca?
-El viaje a Japón lo he hecho precisamente este viernes 1 de abril y el semestre de primavera estaré en la Tokyo University of Foreign Studies en un curso especial para becarios, que se centra en el estudio del idioma japonés. Tras estos primeros seis meses, desde el semestre de otoño, estaré en la Sophia University, comenzando mi investigación y preparando el examen de acceso al máster.
Mi proyecto de investigación tendrá una duración de siete años, siendo el objetivo final escribir una tesis doctoral sobre la Misión Jesuita en Japón durante la segunda mitad del siglo XVI. Más concretamente será sobre los dos últimos viajes que hizo al archipiélago el Padre Visitador Alessandro Valignano (a finales del siglo XVI y principios del siglo XVII).

Su proyecto de investigación trata sobre la presencia Jesuita en Japón en el siglo XVI. / Foto: historiajaponesa.com
Su proyecto de investigación trata sobre la presencia Jesuita en Japón en el siglo XVI. / Foto: historiajaponesa.com

-¿Qué han valorado de tu perfil?
-Lo más importante para conseguir la Beca del Monbusho es tener un proyecto sólido y que sea atractivo para el Gobierno japonés. Normalmente es bastante más sencillo justificar un proyecto de ciencias debido a sus posibles aplicaciones prácticas, aunque este año entre los ocho becarios tenemos paridad de proyectos de Letras y Ciencias. En mi caso, al ser un proyecto de Historia, han valorado la importancia de estudiar este primer encuentro entre la Península Ibérica y Japón, ya que los primeros contactos entre Europa y Japón fueron a través de los mercaderes y misioneros españoles y portugueses a mediados del siglo XVI.

Se trata de un periodo histórico bastante desconocido. / Foto: www.radio.cz
Se trata de un periodo histórico bastante desconocido. / Foto: www.radio.cz

El período en el que se centra mi investigación fue la etapa más oscura de la Misión Jesuita en el archipiélago, debido a que desde finales del siglo XVI se comenzó a perseguir el Cristianismo en Japón, llevando esto a una dinámica social y política que desembocó en el cierre de las fronteras niponas -el aislamiento relativo de Japón hacia el exterior duró algo más de dos siglos. Este episodio de la Historia de España concerniente a la Misión Jesuita suele ser bastante ignorado, por lo que me pareció un tema interesante que puede ayudar a acercar a España y a Japón.
Otro punto a valorar ha sido el nivel del idioma. Al presentar un proyecto de Humanidades, se asume que el becario debe tener conocimientos avanzados de japonés para poder desarrollar su investigación. El año que estuve estudiando en la Sophia University me valió para coger algo de soltura con el idioma, aunque todavía tengo que esforzarme para poder llegar al nivel necesario para cursar un máster completamente en japonés.

En una visita a Tokio junto a su familia.
En una visita a Tokio junto a su familia.

Por supuesto, también fue un punto a favor el haber tenido una experiencia previa en Japón, tanto en mi infancia como durante el año como estudiante de intercambio. Precisamente, la Sophia University es una institución jesuita, y cuenta con una biblioteca que recoge los diarios originales de los misioneros que estuvieron en Japón en el siglo XVI. Durante la estancia pude contactar con el profesor Kawamura Shinzo, quien será mi tutor en el doctorado, al cual tengo que agradecer la ayuda que me dio para poder terminar de perfilar el proyecto, así como la carta de recomendación que escribió cuando solicité la beca.

-¿Qué te gustaría hacer después de la beca?
-Me gustaría poder dedicarme a la investigación histórica y a la docencia universitaria. En España aún queda mucho camino que recorrer en cuanto a los Estudios Japoneses, así que me gustaría poder aportar un granito de arena desde la perspectiva de la Historia de Japón. Claro que, tal y como está la situación de la Universidad en España, poder trabajar de esto aquí puede ser algo difícil. Creo que tras siete años en Japón podré decidir si quiero seguir viviendo allí o si, por el contrario, es el momento de volver. El futuro dirá.

No sabe si en el futuro volverá a España o se quedará a vivir allí. / En el foto, en la ceremonia del te japonés.
No sabe si en el futuro volverá a España o se quedará a vivir allí. / En el foto, en la ceremonia del té japonés.

-¿Tienes algún otro proyecto?
-Creo que siete años en el futuro es lo suficientemente lejano como para intentar ver más allá. Aún estoy indeciso entre si quiero vivir en España o si quiero quedarme en Japón tras la beca. Aquí tengo familia y amigos, y la tierra tira, pero allí tengo también amigos que están deseando que llegue, y gente a la que tengo mucho cariño. Además, me he llegado a sentir más “en casa” en Tokio, que aquí. Es extraño, ya veremos lo que pasa tras estos siete años.

-¿Algún mensaje a los jóvenes onubenses?
-Perseverad. Si algo os gusta de verdad y os queréis dedicar a ello, esforzaos al máximo, y que no sea la presión social a vuestro alrededor lo que os impida cumplir vuestros sueños. Si tenéis la oportunidad, salid fuera y experimentad. Merece la pena, de verdad.

Agradece enormemente el apoyo que ha recibido de su familia.
Agradece enormemente el apoyo que ha recibido de su familia.

Además, me gustaría agradecer a todos los que en mi camino me han animado a seguir adelante. A los profesores de la carrera y a los de Los Maristas, que me han moldeado como al barro y me han hecho como soy. A mis amigos y a mi familia, por estar siempre ahí. A mis padres, Pepi y Rafa, por darme la oportunidad y creer en mí. Y, por último, a mi hermano Sergio por estar siempre apoyándome sin necesidad de palabras. ¡GRACIAS!

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