Ana Rodríguez. Dejar una impronta, crear un sello, ser extraordinario… ¿a quién no le gustaría? ¿La marca personal se hace o se nace? Sobre estos temas mucho tiene que decir la onubense Yolanda Sáenz de Tejada Vázquez, una de esas personas de energía envolvente que ha construido a base de imaginación y originalidad un camino que ahora enseña a otros a descubrir y recorrer.
Decir que Yolanda es escritora o que está considerada una de las grandes poetas contemporáneas sería quedarse muy cortos. Ella es creatividad, perseverancia e ilusión, cualidades que materializa en sus facetas de empresaria, conferenciante, formadora y comunicadora.
En su niñez, su sueño era convertirse en diseñadora de moda, de hecho, dio los primeros pasos para ello estudiando en Madrid estilismo y especializándose en diseño de moda y joyería, pero las circunstancias de la vida la llevaron por otros derroteros. Uno de ellos fue el de la literatura, un ámbito en el que se ha convertido en toda una autoridad, hasta el punto de tener un Certamen Internacional de Poesía, el de El Bonillo (Albacete), que lleva su nombre.
Su primera aventura en este sentido tuvo lugar entre los años 2007 y 2008, cuando vio la luz Poesía en el palacio, una antología de grandes autores que pasaron por un ciclo que la onubense diseñó y coordinó durante dos años para la cadena Hospes. A éste siguieron otros versos, como los que recoge en Tacones de azúcar (2008), su primer libro de poesía, Premio Internacional Sial 2008; Pócker de reinas. Cuatro mujeres, cuatro poetas (2009); Farmapoemas (2009), poemas para curar; ¡¡Corre, Edith Napoleón!! (2010), junto con Noemí Trujillo, sobre la violencia contra las mujeres; Talla G, dedicado a familiares de enfermos de anorexia; Poemas desde mi ombligo (2010) o Diario de un desembarco.
Palabras siempre comprometidas, es su instrumento para sacudir conciencias, pues Yolanda es una defensora a ultranza de los valores, de la bondad del ser humano y una persona implicada en diversas causas sociales, como el papel de la mujer, lucha por la que recibió el Premio ‘Mujer motivadora 2015’, otorgado por la Consejería para la Igualdad y el Bienestar Social y Diario Jaén.
El interés de Yolanda por ahondar en el ser humano para sacar su esencia y buscar explicación a su naturaleza le ha hecho adentrarse en otro tipo de libros, como los de autoayuda, educación parental o coaching, viendo la luz los títulos El camino del sueño (2008), para enseñar a dormir mejor; ¡A jugar! (2008), también de autoayuda pero dedicado a padres y educadores para que enseñen buenos hábitos a los niños; ¡Socorro! Quiero ser todas las mujeres que viven en mí; El per-verso libro de las carencias del alma, junto a Juan Carlos Cubeiro; o Errores y horrores de una mamá primeriza (2012), una colección de historias de mujeres en las que busca la solución científica a los problemas de los padres.
Su prolífica obra se completa con textos de literatura infantil, como The secret sun y la puerta de Vandelvira y novelas como Cada gota de tu vida, la historia de cuatro amigas que deciden realizar un juego sexual propuesto por una de ellas, un libro que está catalogado como el primer representante en España del nuevo género denominado ‘erotismo para mamás’ o ‘porno para mamás’.
Pero la vida de la onubense ha sido muy intensa. A raíz de su actividad literaria montó la editorial La Luna es Mía Editoras, junto a Noemí Trujillo, aunque también lleva adelante una empresa de marketing. Y es que, con los años, Yolanda se ha convertido en una experta en comunicación humanística, imagen y marca personal creativa, con gran experiencia en técnicas de liderazgo de empresas innovadoras. En esta línea, ofrece conferencias sobre mujer y liderazgo, emprendimiento, creatividad y habilidades personales, así como talleres orientados a la necesidad de humanizar las redes sociales y a cómo comunicar aplicando el protocolo y la positividad mediante la palabra escrita.
Asimismo, Yolanda diseña y coordina proyectos formativos a medida a través de su Laboratorio de Alas, imparte clases de protocolo femenino en una escuela internacional de negocios en Madrid, Aliter, y es CEO de una iniciativa orientada a la comercialización del ibérico con poesía denominada Tu experiencia ibérica.
La guinda a su pastel profesional la pone su compañía propia de espectáculos, ‘Taconeando poemas’, en la que fusiona sus versos con el flamenco, y su compromiso con la igualdad, que la han llevado a colaborar con diversas asociaciones y a poner en marcha proyecto de utilidad social ‘Versos como Azadas’, con el que contribuye a erradicar el estigma de la enfermedad mental.
Hablamos con la polifacética onubense, que ha estado recientemente en su tierra, para conocerla un poco mejor:
– Antes de Semana Santa estuvo en Huelva en el marco del curso ‘Crea tu marca y deja tu esencia’. ¿Qué tal fue todo?
– Sí, estoy muy feliz de haber estado en mi tierra y en una Universidad tan actual y tan humanista como la sede de de la UNIA en La Rábida. Y, sobre todo, estoy muy orgullosa de haber dirigido este curso cuyo objetivo ha sido que nuestra marca personal sea creativa y elegante. Ellos son los que seleccionan proyectos y es un lujo que hayan apostado por el mío.
– Quienes la conocen dicen de usted que es una mujer única, que marca la diferencia. ¿Tener este sello personal es algo innato o se puede aprender?
– Es un halago infinito que digan eso de mí pero siempre contesto que todos somos únicos y que hemos de trabajar nuestras diferencias, en lugar de intentar parecernos a los demás. El sello personal está dentro de nosotros, pero hemos de ponerlo en valor. Primero, detectando nuestras fortalezas y trabajando lo que podemos mejorar y después, poniéndola en valor y visualizándola porque si no, es como si no existiéramos. No basta con que seamos, hay que ser buenos y mostrarlo al mundo. Si tú no te encargas de mostrar tu marca, otros lo harán por ti y al final serás lo que ellos quieren que seas.
El factor común de todos mis proyectos es que tu intervención personal y profesional en el mundo ha de ser para mejorarlo; por eso mis cursos van enfocados a la marca personal humanista. Nos interesan las personas, las emociones y, después, lo que hacen.
– ¿Están la veracidad y la ética reñidas con la creación de una marca personal o pueden convivir?
– Por supuesto que no. Es más, han de convivir porque si no, tu marca personal no es válida, no le interesa al mundo. La próxima revolución que tendremos será la de los valores. O los introducimos como hábitos y los trabajamos, o no interesaremos a nadie. Nos hemos de diferenciar por nuestros valores.
– Por otro lado, una de sus principales facetas es la de escritora, ¿en qué está trabajando actualmente?
– En abril publico el libro número 17. Es de poesía, estoy muy feliz porque es una pequeña historia de amor poetizada. Se llama Alquiler de humedades y es diferente a los demás. Aparte, antes de finales de año, publicaré seguramente uno relacionado con la mujer y con los buenos hábitos en salud y alimentación. Me apasiona el mundo femenino y sobre él llevo estudiando los últimos años. Siempre digo que las mujeres son mis musas, por algo doy clases de protocolo cotidiano femenino en Aliter, una escuela de negocios en Madrid experta en mujer y liderazgo.
– ¿Cómo nació en usted esa inquietud por la poesía?
– Fue un efecto de serendipia maravilloso. Estaba en un momento profesional muy intenso con una empresa familiar y leí un poema de Ángel González. Estaba un maravilloso libro de Miguel Munárriz que siempre recomiendo: Poesía para los que leen prosa. Fue un efecto devastador lo que consiguió en mí ese libro, ese poema. Era de tal belleza que supe que yo quería escribir así (ojalá lo consiga). Desde ese momento comenzó en mí un proceso de búsqueda activa de poetas y de poesía como una obsesión. Era tan feliz… sentía tanto mientras descubría la poesía que ya no pude dejarlo y me dediqué casi en exclusiva a ello. Comencé a escribir sin pensar en publicar hasta que Javier Rioyo me insistió en ello. Desde ese momento, mi objetivo ha sido no solo escribir, algo que hago por necesidad, sino acercar la poesía al mundo. La poesía en general.
– ¿Cuál es su máxima cuando se pone ante la hoja en blanco?
– Ciertamente tengo siempre tantos proyectos que no suelo empezar desde cero. La suerte que tengo es que presento proyectos a las editoriales y les interesa y cuando los presento, ya los he trabajado en el cerebro y en el corazón. Siempre tengo ideas para escribir y las voy guardando en el teléfono o en el ordenador. Soy muy organizada con el sistema de trabajo y eso hace que mi rendimiento sea mayor. Tengo una carpeta a la que llamo “olla a pasión” donde siempre hay bocetos de poemas, de artículos, de libros…
– ¿Qué le aporta el público infantil, entre el que tanto éxito tiene?
– No sé lo que les aporto yo pero ellos me aportan muchísimo a mí. Siempre los quiero cerca porque son los que hacen que el mundo sea más sencillo, más inocente. Todos nacemos creativos hasta que nos lo amputan y eso es terrible. Lo que yo quiero con los niños es que ellos se sientan libres y me ofrezcan su talento y, de esa forma, aumentar su autoestima. Nos olvidamos de la dignidad de los niños constantemente con nuestras palabras y con nuestros actos. A mí me dan lecciones sobre empatía y supongo que los niños necesitan lo mismo, alguien que los escuche en su lenguaje.
– No todos los autores tienen un certamen que lleva su nombre… ¿cómo surgió esta posibilidad?
– Pues no, la verdad es que me pasó algo muy divertido. Me llegó un mensaje de un mexicano muy ilusionado que me decía: “qué alegría me ha dado descubrir que usted no está muerta…” Claro, la mayoría de los certámenes llevan el nombre de poetas que ya no viven y él había visto mis fotos en las redes y estaba apenado, pensando que había fallecido tan joven, así que se alegró muchísimo al ver que todavía estaba produciendo.
La primera vez que llegué a El Bonillo (Albacete), fue como ganadora de un certamen de relato breve. Empecé con un poema y a partir de ese momento, la persona que organizaba el certamen, José García, comenzó a leerme y en tres años me invitó a ser la madrina de ese certamen. Después ese certamen se quitó y se creó el de poesía que lleva mi nombre.
Comencé a trabajar la poesía con las mujeres del taller literario y hasta el día de hoy, en el que por sexto año, al Certamen Internacional de Poesía Yolanda Sáenz de Tejada se presentan más de mil personas y el alcalde, siempre que tiene la ocasión, dice que yo llevé la poesía al pueblo.
Eso es el premio más hermoso que puede recibir un escritor.
– Cuando era pequeña, ¿a qué quería dedicarse? ¿cómo han evolucionado sus sueños en este sentido hasta el día de hoy?
– Yo siempre quise ser diseñadora de moda, siempre. Pero todos los diseños los acompañaba de literatura que expresaban emociones. Es lo que estudié en Madrid: estilista con especialidad en diseño de moda y joyería. Yo era de esas niñas apasionadas por algo que, con 14 años y 40 grados en Andalucía, se iba a clases de corte y confección con señoras mayores porque me encantaba diseñar. No he dejado de hacerlo. Tengo un estudio de marketing y es lo mismo: diseño imágenes corporativas emocionales para las empresas y es lo que he hecho con ‘Tu Experiencia Ibérica’. Diseñar emociones, da igual en la ropa, en un pack de jamón o en un libro.
– ¿Con qué causas está comprometida?
– Con la justicia y la verdad. Siempre, siempre, intentando aportar belleza y, sobre todo, con la igualdad de la mujer.
– Usted apuesta por humanizar la tecnología, ¿cómo puede hacerse? ¿Cuáles son sus propuestas en este sentido?
– Las personas educadas son mucho más aceptadas por los demás porque se ocupan de agradar. Simplemente hemos de llevar esas buenas maneras a las redes sociales. Agradecer, saludar y, sobre todo, tener en cuenta que detrás de cada pantalla de ordenador o teléfono hay una persona, no una máquina.
– ¿Cuáles son los principales consejos que da a la empresas cuando les enseña liderazgo? ¿Qué es necesario para ser un líder?
– A mí me gusta más la palabra inspirador que líder. Cada día has de trabajar porque tu equipo mejore pero siempre de forma individual, además de colectiva. El líder intenta que su equipo lo mejore a él mismo. Esa es la mejor forma de trabajar creciendo.
– Uno de sus últimos proyectos es ‘Tu experiencia ibérica’. ¿Tiene que ver el ibérico con la poesía?
– Por supuesto: “Carne trémula que se convierte en pasión…”. La poesía tiene que ver con todo en la vida. La poesía es belleza y hemos de abusar de ella siempre en nuestros comunicados para que el que los reciba sea más feliz. Por eso acabo de estrenar, como socia, el proyecto de ‘Tu Experiencia Ibérica’, donde he diseñado toda la estrategia de marketing y negocio para la comercialización de cerdo ibérico.
Aplico siempre belleza (el packaging es bellísimo, delicado y excelente de calidad) y verdad (el producto es magnífico, viene directamente de una ganadería de Huelva, la de mis socios).
El departamento que más éxito está teniendo es el de regalos de empresa, porque nuestro leitmotiv es que nosotros no ofrecemos ibéricos solamente, sino momentos personales hermosos. Si a ti te regalan una agenda en un congreso, no la compartes al llegar a casa, pero si te regalan un pack de ibéricos, estás deseando de llegar y compartirlo con los tuyos.
– Aunque es de Huelva creo que vive en Madrid desde hace años, ¿echa de menos su tierra? ¿viene a menudo?
– Siempre digo que soy de Huelva, es mi tierra y de donde me siento. La familia de mi madre vive aquí y ellos son mi norte. Siempre digo que uno es del lugar que más lo quieren y por eso me siento de aquí, aparte de haber nacido. Viajo habitualmente a Sevilla, Madrid, Linares y a El Bonillo, en Albacete, de donde también me siento. Vengo a menudo a Huelva pero mucho menos de lo que deseo porque cuando vengo aquí me voy plena de amor, que es lo que necesito para que mis trabajos lo expresen.
– ¿Cuáles son sus próximos proyectos y objetivos?
– La verdad es que ahora, con ‘Tu Experiencia Ibérica’ tengo muchísimo trabajo porque en regalos de empresa estamos teniendo muchísima aceptación y es muy creativo diseñar a medida del cliente. Me ocupa muchísimo tiempo y la creatividad la tengo siempre a flor de piel.
Pero, sobre todo, lo que me apasiona es impartir conferencias y cursos de formación donde estoy desarrollando muchos proyectos que me encantan. Independientemente, siempre estreno proyectos nuevos relacionados con los valores y la humanización de la empresa. Y, por supuesto, la utilidad social que forma parte de mi vida. Sentirme útil para las personas y colaborar en que este mundo sea más bello y más justo es una de mis máximas.
Muchas gracias Yolanda