Mari Paz Díaz. Nuestro nombre es nuestra principal carta de presentación, algo que nos identifica desde que nacemos y que, en ocasiones, puede marcar nuestra personalidad y nuestra vida. Así sucede no sólo con las personas, sino también con algunos espacios que conviven a diario con nosotros. Nos referimos a las calles de Huelva. Por este motivo, nos gustaría saber ¿qué es lo que marca el nombre de los lugares en los que vivimos, en los que trabajamos o a los que vamos a divertirnos? Y es que, aunque pueda sorprendernos, son muchas las motivaciones que provocan que una calle tenga ésta u otra rotulación y, en más de una ocasión, son pocas las personas que conocen su nombre oficial frente a su referencia popular.
Siendo así, hemos querido indagar en la historia de las calles de Huelva para conocer por qué se llaman como se llaman o por qué las conocemos con un nombre común que poco o nada tiene que ver con su denominación real. Para ello, acudimos a la persona que más sabe de este tema, que no es otro que el investigador Domingo Martín Gómez, autor del libro Callecedario. Diccionario histórico de las calles y plazas de Huelva, una publicación editada en 2009 por Gestocomunicación con la colaboración del Colegio de Arquitectos de Huelva, el Puerto de Huelva y la Diputación Provincial. Una obra en la que se recoge cerca de un millar de calles onubenses y que es el fruto de doce años de trabajo, un estudio llevado a cabo por parte de este onubense que quiso de este modo actualizar y completar la conocida Historia de las Calles y Plazas de Huelva (1983) de Diego Díaz Hierro.
Una edición que continúa viva por la importancia de sus revelaciones, pero también porque Domingo Martín continúa actualizándola, puesto que después de su publicación, el autor ha ido añadiendo unas 50 nuevas calles, por lo que no descarta realizar una reedición ampliada del libro. Un proyecto que si ve la luz estamos seguros que tendrá una buena acogida al tratarse de un glosario de las calles, vías y plazas de la ciudad de Huelva, ordenadas alfabéticamente, comenzando por la calle A de la barriada Reina Victoria (Barrio Obrero) y terminando en la calle Zurbarán de la barriada de El Higueral. Todo ello con ilustraciones de David Robles y Raquel González y más de 260 fotografías, procedentes de diferentes archivos, algunas de las cuales reproducimos en este artículo.
A lo largo de estas referencias se pueden encontrar todo tipo de curiosidades que nos explican el origen y el porqué del nombre de cada calle en concreto. Entre las anécdotas que nos cuenta Martín Gómez nos quedamos, por ejemplo, con la Plaza Isabel la Católica que, a pesar de que se rotuló con este nombre en 1883, es decir, hace más de un siglo, todo el mundo sigue conociéndola con su nombre popular de Plaza Niña. Tanto es así que «en diversas ocasiones se ha pedido que la plaza sea reconocida oficialmente con este nombre, al ser la forma por la que todos los onubenses suelen llamarla», explica Domingo.
Sucede algo similar con la Gran Vía de Huelva, que pocos onubenses conocen que su nombre oficial es Avenida Martín Alonso Pinzón.
O, más aún, ¿saben dónde se encuentra la calle Almirante Garrocho? Seguro que a muchos les resultará complicado localizarla, pero en seguida conocerán su paradero cercano a la calle La Fuente si les comentamos que se trata de la calle Madre Ana. Un nombre muy popular, especialmente para la Huelva cofrade, a pesar de que dejó de existir como tal en el año 1919, cuando se rotuló esta vía con el nombre de Almirante Garrocho.
Del mismo modo, les sorprenderá que la conocida Plaza Arqueológica, donde se encuentra situado el monumento a la Inmaculada Concepción, en realidad no se llama así, sino que, desde 2003, es la Plaza de la Vera Cruz.
Otras calles populares de Huelva que cambiaron de nombre hace algunos años es la actual calle José Nogales, antigua calle Los Herreros. No era algo casual, teniendo en cuenta que antiguamente era habitual citar con nombres de oficios a las calles, aquellos que predominaban en esa zona. Así sucede con ‘Tendaleras’, una calle que mantiene ese nombre tradicional en el entorno del antiguo Mercado del Carmen, un área de Huelva donde encontramos otras calles con mucha tradición, como la calle Bocas.
Por cierto, que algunas de ellas son las calles más antiguas de la ciudad de Huelva, al menos, documentalmente registradas. Así sucede con las calles Berdigón, Rico, Bocas, Palos, Rascón, Palacio y Concepción, que datan de los siglos XVI y XVII. También cuentan con una gran tradición la Plaza de San Pedro y La Merced. Este hecho se debe a que los primeros nombres que componían las calles de una población eran vox populi, puestos de manera popular según el tipo de edificio, los gremios o por algún personaje conocido de la zona. Prueba de ello lo encontramos en el hecho de que la calle Palacio se llama así por el palacio de los Medina Sidonia, del siglo XVII.
En general, hasta el siglo XVIII, el nombre de las calles procedía de algún personaje de importancia que vivía en esa calle. Así ocurre con la calle Miguel Redondo, ya que este onubense fue conocido por vivir allí, aunque después se marchó a México, donde consiguió amasar una fortuna. Luego, quiso regresar a Huelva, pero falleció al llegar a Sevilla. También ocurre con la Avenida San Antonio, que era el antiguo Callejón del Colmenero.
Otras veces, los nombres fueron puestos por el dueño de la calle, como sucede en parte de la barriada de Viaplana, cuyos propietarios, oriundos de Alosno, y donde nos podemos encontrar nombres relacionados con este pueblo, como sucede con las calles de Alosno, San Ramón, San Marcos, Nicolás Orta, Pastillo, etcétera.
Eso sí, para hallar la primera rotulación oficial en las calles de Huelva tenemos que dirigirnos a la Plaza de las Monjas, que fue nombrada el 15 de julio de 1823 como Plaza del Rey Fernando VII, haciendo referencia a la vuelta del monarca al trono. Así permanecería rotulada por el Ayuntamiento de Huelva hasta que se cambia en 1868. Y es que antes de 1823, como nos cuenta Domingo Martín, nunca se rotulaban oficialmente las calles con su nombre.
Realmente, fue a partir de 1868, al iniciarse la etapa histórica en España del Sexenio Revolucionario, cuando comienza a producirse el baile de nombres en las calles de Huelva. Una cuestión que podríamos afirmar que se produce en todo el país, dado que los cambios de gobierno se traducían en nuevas denominaciones para las calles, poniendo de manifiesto la nueva ideología del grupo o partido gobernante. Una tendencia que se impuso especialmente en esos años y que, a partir de entonces, se puede decir que ha sido una constante generalizada. Por ejemplo, en 1912, la calle Berdigón pasó a denominarse Canalejas, en referencia a este político liberal.
Más ejemplos. La conocida calle Marina se rotula con este nombre en el año 1868, sustituyendo su antiguo nombre de La Calzada, denominación que recupera en 1875. Y, curiosamente, a pesar de ser el nombre por el que todo el mundo la conoce en Huelva, no volvería a ser nombrada como calle Marina hasta más de un siglo después, hasta 1981. Porque, tras La Calzada, en 1891, fue Almirante Luis Hernández Pinzón, quien fuera capitán general de La Armada. Luego, con la llegada del Franquismo, pasa a ser General Franco en 1936 y, poco después, Generalísimo Franco. Así hasta 1981, con la democracia, cuando recupera la denominación de la calle Marina, ya que era como todo el mundo la seguía conociendo.
Pero si nos parecen muchos cambios, más aún nos sorprenderá lo que sucede con la calle Puerto, que ha sido una de las vías que más nombres diferentes ha tenido a lo largo de su historia. Hasta nueve nombres ha tenido. Calle Prim, La Victoria, Puerto Viejo, Alosno Sánchez, Cánovas, Pi y Margall, Comandante Haro o 18 de julio, que sólo lo tuvo una semana, han sido sus otros nombres. Algo similar sucede también con la calle Plus Ultra, que en otros tiempos se llamó Sagasta o General Mola.
Y es que, no cabe duda, de que el principal motivo de las permutas habidas en el callejero de cualquier ciudad se debe a los cambios políticos, especialmente si hay un cambio de régimen, como sucedió en la Restauración con la vuelta a la Monarquía (1874 – 1923), la Segunda República de 1931 –cuando a la Plaza de San Pedro se le denominó Plaza 14 de Abril y a la Plaza de la Merced como Plaza de la República- o durante el régimen franquista tras la Guerra Civil española.
Es entonces cuando las calles del centro histórico de la ciudad se bautizaron con los nombres de los generales más fieles a Franco o aparecieron referencias directas a la gestión política del Estado, nombrándose calles tan conocidas por todos como las Avenidas Italia y Alemania, entonces países aliados de Franco, a pesar de que son dos vías muy céntricas y conocidas por los onubenses, que suelen citarse casi sin darnos cuenta del origen de sus nombres. Luego, tal y como se recoge en Callecedario, «en febrero de 1981, el ayuntamiento de Huelva acordaba en pleno sustituir los nombres vinculados al régimen franquista por otros que tenían un sentido histórico para la ciudad o por nombres de personajes de cierta relevancia para la ciudad de Huelva. (…). Además se restauraron los nombres de las calles históricas del centro como la calle Bocas, Marina, Berdigón, Palacio, Ricos, Plaza de las Monjas, etcétera».
Entre los momentos que ha habido mayor movimiento en la denominación de calles en Huelva se encuentran el nacimiento de nuevas barriadas, como sucedió con El Polvorín, La Florida o José Antonio. Así sucede a inicios de los años sesenta, cuando se llenaban las calles de Huelva con los nombres de los pueblos de la provincia; en diciembre de 1970, cuando se rotulan hasta 120 nuevas vías; o en 1996, cuando aparecen nuevas calles en el mapa onubense; y a inicios del siglo XXI, cuando se registra la última de las masivas rotulaciones que hace el ayuntamiento de la capital.
En este sentido, Domingo Martín aboga que, por lo general, se mantengan los nombres tradicionales de las calles, ya que un cambio supone mucho trastorno en todos los aspectos, sobre todo en el ámbito administrativo con el coste que todo ello conlleva. Piensen tan sólo en las cartas de Correos. Además, expone el autor, que puede suponer la pérdida de identidad de una zona de la ciudad. Por ejemplo, recientemente, se ha dividido en dos la calle Rascón. Por ello, en general, la gente es bastante reacia a la hora de cambiar los nombres de las calles.
A pesar de ello, este investigador comprende el cambio de las denominaciones de algunas calles, por ejemplo cuando se produce por demanda popular. Una cuestión que sucedió con la Vía Paisajística, hoy en día, Cuesta de las Tres Caídas, al ser un punto conocido por todos por el paso de esta hermandad del Lunes Santo de la Semana Santa onubense. Eso sí, “los cambios siempre deben hacerse con criterio. No por simple capricho”, advierte Martín Gómez.
En general, son muchas las calles de Huelva que recibieron su nombre por petición popular, como sucede con el Padre Laraña, Ana María Jerez Cano, Mari Luz Cortés, Ángel Serradilla, Antonio Martínez Navarro, Joseli Carrión… En la actualidad, cualquier ciudadano puede presentar propuestas de rotulación al ayuntamiento de la capital de manera oficial, si bien, hasta hace pocos años lo más habitual eran propuestas de entidades o asociaciones, como ha sucedido habitualmente con la Real Sociedad Colombina Onubense o el Colegio de Médicos de Huelva, entre otras.
En cualquier caso, es cierto que el rotular de una forma u otra una calle es la mejor forma de homenajear a los hijos ilustres de una ciudad, como sucede en el caso de Huelva con José Nogales, Manuel Siurot, Padre Laraña, Almirante Garrocho, Miss Whitney, Padre Girón y todos los marinos que participaron en el Descubrimiento de América. Una práctica que se sigue manteniendo hoy en día, como lo demuestra el hecho de que recientemente se haya aprobado otorgar una calle a un onubense ilustre como Jesús Hermida.
Aún así, Domingo Martín reconoce que son muchos los onubenses que permanecen en el olvido, a pesar de que merecerían estar en el callejero de Huelva. Tanto es así que en alguna ocasión ha elaborado un trabajo denominado ‘100 nombres para una calle’, donde ha incluido hasta 150 nombres de gente de Huelva que han quedado olvidados de algún modo. Matías Balsera, un personaje de los años veinte de Gibraleón; Isidoro Morales, considerado el padre de la Libertad de Prensa en España; María Isabel Quiñones Gutiérrez ‘Martirio’; Elena Whishaw; Isabel Naylor o Lolita Sánchez ‘La Huelvanita’ son algunos de ellos de una larga lista.
Por último, podemos hacer referencia a las calles que han seguido una línea temática a la hora de elegir su nombre, algo muy habitual en las barriadas onubenses. Así sucede en ‘Jardines Sierra de Huelva’, donde aparecen todos los pueblos de la comarca serrana; en el entorno de la Plaza Niña, con referencias al Descubrimiento de América; citas del Evangelio en la barriada La Navidad; los marinos onubenses en Huerta Mena; nombres de ríos en Pérez Cubillas; o vírgenes onubenses en Tres Ventanas, por citar sólo algunos ejemplos.
En definitiva, como se puede comprobar en este artículo, el trabajo desarrollado por Domingo Martín es una prueba clara de que «las calles de la ciudad son una importante referencia cultural que nos ayudará a conocer el entramado histórico a través del nomenclátor, y de esta manera comprender que, si bien es cierto que la capital onubense carece en exceso de un patrimonio monumental acorde con su riqueza histórica, no debemos caer de nuevo en la ignorancia de olvidar nuestro pasado». Porque conocer el motivo de los nombres de las calles de Huelva también nos acerca a su historia, su patrimonio y la forma de ser de los onubenses. Una forma de entender el modo de pensar, vivir y actuar de la ciudad a lo largo de los años.
10 comentarios en «Los nombres de las calles de Huelva, reflejos de la personalidad de una ciudad»
Gran trabajo de Domingo en su Callecedario, libro de cabecera para cualquier consulta sobre el callejero actualizado de nuestra ciudad.
Enhorabuena y quedamos a la espera del próximo trabajo sobre tabernas y bares (que no será escaso.
Mari Paz, gracias por tu trabajo en la puesta en valor de tantos rincones de nuestra historia local.
Un buen trabajo, Domingo. Esperemos que pronto nos deleites con una segunda edición actualizada de tu magnífico y utilísimo «Callecedario».
Un excelente trabajo. Si el Ayuntamiento rotulase, junto al nombre de cada calle, quién era esa persona o a qué se debe esa denominación, se evitaría que muchas pasen desapercibidas para la mayor parte de la población.
Así se hace en otras ciudades.
Buenas noches Juan Carlos y gracias. Decirle que la propuesta para que las calles especialmente del centro de Huelva llevaran una pequeña biografía o historia fue ya solicitada hace algunos años al ayuntamiento del entonces Partido Popular y por tanto, a su alcalde Pedro Rodríguez, incluso, se le presentó un boceto de como podría ser. La primera calle que se eligió fue la Calle Tres de Agosto. La propuesta no fue secundada por el alcalde y, finalmente, cayó en el olvido. En cualquier caso, gracias por su comentario
Me parece genial la idea de Domingo y su «Callecedario».
A proósito: ¿Alguien podría decirme cómo llaman (de pitorreo) los onuvenses a la fuente de la Avda. de Andalucía elegida para celebrar los éxitos del «Recre», porque, según oí, aún no se ha estrenado?.
Lo escuché ahí en Huelva por boca de un guía y me resultó ingenioso. Estoy con mi álbum del viaje y lo he olvidado.
Gracias.
José Antonio
La fuente del burro jjj
Gracias anticipadas, mi madre nombraba mucho la calle las señas, no sé si sería así o aceñas o algo parecido, agradecería alguna pista.
Saludos.
José antonio, la fuente se estrenó de más, con varios ascensos y final de Copa del Rey incluida. No pretenderás que ganemos la Champions!
Por cierto, muy interesante la idea de la explicación de las calles en azulejo. se debería de retomar la idea con el alcalde actual. Con la colaboración de empresas sería fácil de realizar. Por último, ¿para cuando una calle o plaza que recuerde a Al Bakri, rey de la taifa de Huelva-Saltés?
¿Alguien conoce el origen del nombre de la Plaza del Punto?