Rosa Mora. La sobriedad y el silencio han marcado una Viernes Santo más el caminar por las calles de Huelva de la Hermandad de Penitencia y Cofradía de Nazarenos de Nuestra Señora en su Soledad, encargada de poner el broche de oro a la Semana de Pasión onubense. Puntual a su cita, cuando el reloj del campanario de la Purísima Concepción marcaba las 20.00 horas se abrían las puertas de la parroquia dando paso a la Cruz de Guía de una cofradía que destaca por el recogimiento y su respetuoso silencio, característica y sobrenombre popular por el que se le conoce. Segundos más tardes avanzaba el cuerpo de nazarenos, en torno a 120 -de una nómina de 32o hermanos- con su característica túnica negra, morrión de saga verde y cinturón de esparto.
Pasadas unos minutos las ocho de la tarde, asomaba ya por dintel de la Concepción el paso de la cofradía, que representa a la Virgen sola al pie de la Cruz. La majestuosa talla de Nuestra Señora de la Soledad es de autor anónimo del siglo XIX, donada a la hermandad por Tomás Domínguez Ortiz y Teresa Vázquez Oliveria, y restaurada en 1939 y 1942 por Antonio León Ortega y por Francisca Borrego en 2000.
Hablamos de una cofradía cuyos orígenes se remontan al seno de la Hermandad del Nazareno en 1937, protagonizando su primera salida procesional la madrugada del Viernes Santo de 1937. Fue en el año 1944 cuando se constituyó oficialmente como Hermandad de Penitencia. En 1962, alumnos del colegio Madre Dios y de la comunidad de Javieres se inscribieron como hermanos, por mediación del Padre Laraña, iniciándose así la vinculación de la cofradía con la comunidad jesuita.
En el apartado de novedades, Nuestra Señora de la Soledad ha realizado su salida procesional este Viernes Santo sobre una peana cedida a la cofradía por la Hermandad del Cautivo. Asimismo, el onubense Antonio Rivera ha sido el encargado de exornar el paso de una las grandes tallas de la Semana Santa onubense, luciendo la Virgen jacintos y rosas en color cardenal.
Una Hermandad que vuelve al templo tras finalizar su estación de penitencia al filo de la medianoche, y que cada año es la encargada de poner el broche de oroa los desfiles procesionales por la Carrera Oficial de la Semana de Pasión onubense.