Redacción. Con un pregón que emocionó al público que llenó el teatro cartayero, Jose María Palma abrió el sábado los actos de la Semana Santa de la localidad por todo lo alto. Durante cerca de una hora y media, el joven cofrade cartayero, hasta muy poco hermano mayor de la hermandad de la Virgen del Rosario, ofreció una exaltación muy personal, hecha “desde el corazón” y desde lo más profundo de sus vivencias cofrades, en la que hizo un emotivo recorrido por cada uno de los aromas y las texturas que caracterizan a la Semana Mayor de la localidad, sin dejar de detenerse los momentos que protagoniza cada una de las cofradías que procesionan en la localidad.
Y poco a poco fue desgranando Palma los recuerdos de su Semana Santa, desde el “olor a cidra” y a “limón rallado” que siempre ha impregnado las casas cartayeras por estas fechas, por tratarse de ingredientes fundamentales de la tradicional torta de pascua de la localidad; hasta “las noches de frío invierno limpiando plata en casa de mi amigo Manolito Ponce, para que el palio de mi Virgen de la Amargura siempre fuera reluciente”. Y con un guiño a la nostalgia, convirtió la suya, en la Semana Santa de todos los presentes, recordando a aquellos cartayeros que pusieron su granito de arena para que esta tradición perdurara. Especialmente emotivo fue, en este sentido, su recuerdo a “Esperancita”, Rafael Jaldón, Juan Galán, … y especialmente a Fernando Álvarez Galán, el imaginero local autor de las tallas de la Virgen de la Esperanza y el Cautivo, y al que rindió un sentido homenaje, acompañado por el aplauso unánime del público.
Y de sus recuerdos cofrades de la infancia, pasó el pregonero a realizar un intenso recorrido por los distintos cultos de la Semana Santa cartayera, deteniéndose en la Borriquita del Domingo de Ramos; en la Esperanza y el Cautivo del Miércoles Santo; y en su hermandad de toda la vida, la Veracruz del Crucificado y la Amargura del Jueves Santo; sin dejar de lado la de Nuestro Padre Jesús Nazareno y Nuestra Señora de los Dolores, en la ‘Madrugá’; ni la Sacramental del Viernes Santo. Finalizó su recorrido por la procesión de gloria de la Virgen del Carmen, que cada Domingo de Resurrección anuncia la buena nueva por las calles de la localidad.
Y todo ello en un pregón con un marcado carácter mariano, en el que tampoco faltaron referencias muy emotivas a la Virgen del Rosario, por la que el pregonero desveló su pasión; agradecimientos a su familia, a la que achacó su devoción y su espíritu cofrade, a la Unión de Cofradías, que este año preside la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y Nuestra Señora de los Dolores, “por la confianza que han depositado en mí”; a sus compañeros/as del Centro Cultural y de Radio Cartaya, “porque ponen el corazón en todo lo que hacen”; y a los músicos que lo acompañaron y arroparon en el escenario. Es este el caso del Grupo de Cuerda Viviocuerd, vinculado a la Hermandad de la Sagrada Cena de Huelva; y de la Banda del Ateneo Musical cartayero, que dirigida por Manuel Orta, ofreció su tradicional concierto cofrade.
Además del aplauso incondicional del público, recibió el pregonero sendas placas conmemorativas por parte de la Unión de Cofradías, y del alcalde de Cartaya, Juan Miguel Polo, que destacó “el excelente pregón y los momentos de emoción que Jose Maria Palma nos ha brindado esta noche”. Por cierto que el primer edil resaltó igualmente “el trabajo que realizan las hermandades de la localidad por cuidar nuestra Semana Santa, un esfuerzo encomiable y digno de elogio, ante el que les ofrecemos el apoyo y la colaboración del Ayuntamiento”. En los mismos términos se dirigió a la Banda del Ateneo Musical cartayero, que estrenó dos marchas compuestas por su director y por uno de los miembros de la misma.