Sergio Borrero. Espléndido pistoletazo de salida a la Semana Mayor de Huelva el vivido en la mañana del Domingo de Pasión en el Gran Teatro. El periodista y comunicador José Ángel González fue el encargado de ponerse tras el atril en un pregón actual y con mucho mensaje, que a tan sólo siete días de que se abran las puertas de la Mayor de San Pedro, llamó al onubense a vivir y disfrutar su Semana Santa.
Tras los sones de la marcha “Madrugá”, tocada por la Banda Sinfónica Municipal de Huelva, tomó la palabra Antonio González, presidente del Consejo de Hermandades para presentar al pregonero. El máximo dirigente de los cofrades reconoció que José Ángel estaba en su mente como pregonero de la Semana Santa de Huelva desde antes de presidir el Consejo y destacó las cualidades humanas, cofrades y comunicativas del orador para dar paso a la marcha “La Estrella Sublime” y ceder la palabra al periodista.
Los cofrades que se dieron cita en el coliseo onubense pudieron disfrutar del pregón de un cofrade del Prendimiento que vio crecer su Hermandad desde sus primeros pasos, de un padre de familia que intenta inculcar la devoción y el cariño por nuestros titulares a sus hijos, de un amante de su ciudad y sus tradiciones, de un recreativista de corazón, lugar en el que bajo el chaqué colocaba un pin con el escudo del Decano. Pero sobre todo se pudo disfrutar del pregón de la Semana Santa de Huelva, de un cofrade comprometido.
Ya ante el atril, con la cruz de guía de la Hermandad carmelita presidiendo el acto, no quiso comenzar su exposición sin pedir a los asistentes primero rezar un Padre Nuestro, para proseguir con los primeros versos dedicados a su devoción, María Santísima de la Estrella. Una Buena Estrella que le acompañaría a lo largo de todo el pregón, guiando sus pasos y su recorrido por la Semana Santa onubense. Una estrella que también estaba con él en el escenario, en los gemelos que abrochaban su camisa.
José Ángel ha querido aportar algo de novedad al pregón sin salirse de un escrito de líneas clásicas. Los sones “Las Saetas del Silencio” de un trío de capilla daban paso a su disertación que dio comienzo con la Resurrección y en la que quiso poner siempre por encima a la devoción sobre la afición a todas las actividades accesorias que rodean la Semana Santa. La ayuda prestada en cada barrio por las hermandades en estos tiempos de crisis y el compromiso del cofrade con la iglesia de Huelva estuvieron presente también en el pregón, en el que dedico prosa y lírica a cada una de las devociones de la ciudad.
Sus vivencias de niño disfrutando de la Hermandad del Calvario o la Esperanza por Miguel Redondo, dieron paso a sus primeros recuerdos con su Hermandad del Prendimiento, con el nacimiento de la cofradía en aquel local comercial que ocupaba la Parroquia del Carmen, su barrio o la llegada del Señor. Quiso tener unas palabras de agradecimiento a todos esos cofrades mayores, emblemas en cada una de sus cofradías que en los momentos más difíciles supieron sacar adelante la Semana Santa de Huelva para que nosotros, los cofrades de hoy en día podamos disfrutar y vivir la mayor de las Fiestas.
No quiso olvidarse de sus compañeros de profesión, para quienes tuvo palabras de elogio y gratitud, por llevar a través de las ondas la Semana Santa a cada rincón, a las personas que lo pasan mal, que sufren doblemente por sus dolencias y por no poder salir a la calle a ver pasar sus cofradías. Por llevar nuestras hermandades a cada rincón donde haya un onubense lejos de su tierra por motivos laborales.
En el Año Jubilar de la Misericordia, el pregón de la Semana Santa de Huelva sirvió también como altavoz para pedir misericordia. Misericordia por todos los que están padeciendo la situación actual, misericordia a los gobernantes que miran hacia otro lado ante la crisis de refugiados. Misericordia por todos los cristianos perseguidos aun hoy día por el mundo, y ante los mal llamados tolerantes que no son capaces de tolerar el sentir de la gran mayoría de la población española.
Terminó como empezó el pregón, con el solo de la marcha “Silencio Blanco” interpretado por músicos de la Banda de la Merced, con una llamada al cofrade para disfrutar de su Semana Santa y con un gran teatro puesto en pie para ovacionar a un pregonero que terminó su discurso alejado del atril, en mitad del escenario, recibiendo el cariño de la Huelva cofrade.
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