Sergio Borrero. Cuando tan sólo restan horas para que en el interior del gran Teatro resuenen los primeros compases de la “Madrugá” y le llegue el turno para enfrentarse al atril, hablamos con José Ángel González, pregonero de la Semana Santa de Huelva en este 2016. Con las prisas y el ajetreo típico de los días previos al gran evento pero la tranquilidad y las tablas propias de quien cada año lleva la Semana Santa a todos los hogares de la ciudad.
Cofrade de la Hermandad del Prendimiento y con dilatada experiencia en pregones y exaltaciones, José Ángel volverá a llevar a las tablas del Gran Teatro la voz de una generación que nuestra Semana Santa tiene algo abandonada. Será un pregón más clásico de lo que en principio pensaba, plagado de detalles, entre ellos la marcha elegida por el propio pregonero. Por vez primera sonará “La Buena Estrella” regalo de Iván Macías a José Ángel con motivo de este pregón.
A tan solo unas horas de subirte a las tablas del Gran Teatro como pregonero, ¿Cómo es la sensación?
Bueno pues esta semana está siendo muy intensa en cuanto a entrevistas, a organizar pequeños detalles de cara al pregón como son las invitaciones, detalles técnicos que hay que cerrar, la gente que va a estar conmigo ese día… Se me está pasando rápida, no estoy teniendo demasiados nervios ni agobios porque la agenda está tan cargada que apenas te da tiempo de paladear lo que tienes.
¿Cómo se recibe la noticia de que vas a ser el Pregonero de la Semana Santa de Huelva? Tu nombre no era la primera vez que sonaba…
Es una alegría inmensa y un sorpresa relativa pero sorpresa. Es cierto que los que nos dedicamos al mundo del periodismo y somos cofrades estamos siempre en la lista, pero aun así te causa sorpresa. Esa sorpresa lo primero que la digieres es en manera de gratitud, ante las personas que confían en ti. Yo lo valoro como un detalle, un reconocimiento del cariño que me tienen muchos cofrades y en este caso el presidente del Consejo y la junta de hermanos mayores. Al poco tiempo ya el cuerpo encaja y vas viendo la responsabilidad del evento, aunque realmente eso lo dejas aparcado hasta el día que te pones a escribir el pregón. Hasta que no empiezas a escribirlo no te das cuenta de lo que esto significa.
¿Tenías algo escrito o has empezado de cero?
No solo he empezado de cero si no que he empezado de cero hasta cuatro veces. El pregón que tienes en la cabeza los primeros días, cuando no te planteas escribir, solo pensar, lo tienes muy claro. Cuando te pones a escribir ya no lo ves tan claro y en mi caso entre la primera vez que me puse a escribir el pregón y la última que lo reescribí no tiene absolutamente nada que ver, ni en el hilo argumental ni en el tono ni en nada… A mi me parece muy difícil el que una persona antes de que le digan que va a hacer el pregón tenga algo escrito, porque el pregonero lo es en el año que le toca en sus circunstancias personales y cofrades y eso debe ser reflejo de lo que escribes. Si yo hubiera escrito este pregón hace un año sería totalmente diferente y si lo tuviera que escribir dentro de siete meses lo mismo.
Hablabas en la presentación que sería un pregón muy actual, ¿se ha cumplido finalmente?
Sí, lo que tenía muy claro es que quería que fuera un pregón muy actual en cuanto a que no le diera la espalda a la sociedad, que la mirara de frente, viera los problemas que ahora mismo tenemos en las hermandades y fuera de ellas. También tenía muy claro que no tuviera un hilo argumental clásico de días de salida ni que tomara la Pasión como hilo argumental. En eso también he cumplido. He cumplido en aquello que no quería que fuera.
Desde que te llama el presidente del Consejo y hasta hoy, ¿con que día te quedas?
Me quedo con todos aquellos en los que los cofrades y onubenses te paran y depositan en ti su confianza. Esos son momentos preciosos que no cambiaría por nada del mundo, sentir el cariño de la gente. Te llena de responsabilidad pero no los cambiaría. En cuanto a la elaboración del pregón me quedo con esos días en los que encontré el camino, después de muchas semanas encontré el camino de por donde tenía que llevar el pregón y durante muchos días disfruté escribiéndolo. Ese instante de la soledad en tu cuarto escribiendo de noche, ese diálogo contigo, con la Semana Santa, con la imagen o la devoción que en ese momento te inspira son para guardarlos para ti para siempre.
¿Has tenido algún referente en pregones anteriores, has hablado con anteriores pregoneros?
Yo he preguntado a todos los pregoneros amigos que he tenido por sus vivencias, por estar un poco preparado ante lo que tenía que vivir. He hablado con muchos de ellos y todos han coincidido en lo mismo, “disfrútalo desde el segundo uno que empiezas a escribirlo y hasta la frase final porque pasa muy rápido”. Creo que lo estoy intentando aplicar a mi día a día. Con el propio Obispo también tuve la ocasión de hablar, le pregunté y me quedo con sus palabras cuando me dijo “se auténtico”.
¿Has imaginado ya como será esa mañana de pregón? ¿Tienes en mente como va a ser?
Pasaré una mañana de muchos nervios que espero controlar lo mejor posible para disfrutar de ese instante. Tengo pensado como todos los domingos ir temprano a comprar churros para mis hijos, a las 10 de la mañana tengo una misa en la Cinta con mi gente más allegadas, mi hermandad y miembros del consejo. Después marcharé a casa para vestir el chaqué, que como curiosidad será el mismo que vistió Manuel Jesús Montes en 2003 cuando dio su pregón, y con mi familia tirar para el Gran Teatro. Será un día en el que intentaré apoyarme mucho en mi familia, mis hijos que con 6 y 7 años están un poco alerta de lo que ha de llegar, intentaré pegarme a ellos y vivir la mañana con la máxima naturalidad posible, porque lo que importa viene en siete días.
El año pasado fue el año de Nacho Molina, éste el tuyo, otro cofrade joven de esa generación un poco perdida para el mundo cofrade, ¿Está llegando esa renovación tan necesaria a la Semana Santa de Huelva?
Ojalá que sí. Yo lo que veo también es que hay mucha gente de esta generación que como dices los estamos perdiendo. Hay muchos buenos cofrades que ahora mismo no están en la Semana Santa de Huelva y eso también es motivo de reflexión y de preguntarnos el por qué no están, porque aportarían muchísimo. Y esas personas también aportarían muchísimo a lo que es el pregón de la Semana Santa porque darían una visión diferente de lo que es la devoción y la fiesta en la calle. Yo pienso que es una renovación obligada también porque la presencia de gente joven en las hermandades es obvia en las juntas de gobierno y eso se debe trasladar el pregón. Ojalá no seamos dos excepciones y que sea una dinámica imparable. Aun así, la nomina podría ser mucho mayor si recuperáramos esa generación que ahora mismo está alejada de nuestra Semana Santa.
Alguna dedicación en especial de lo escrito
La dedicatoria del pregón es a mi familia, porque son ellos los que han soportado los altibajos de la escritura, de la espera. Les he robado muchas horas a mi familia, mi hijo de siete año me llegó a decir un domingo “papá con quien tengo que hablar para que te quiten esa tarea del pregón”. Entonces hay cosas que quedan marcadas en el pregonero y el pregón y por eso no puede ir dedicado a nadie que no sean ellos.
¿Qué es lo que más te ha costado al ponerte ante el folio en blanco?
Encontrar el camino, como digo lo llegué a empezar hasta en cuatro veces que no tienen nada que ver entre ellas. Encontrar el camino se me hizo muy complicado. También ajustarlo al tiempo que yo creía que debe de ser el adecuado, el que yo entiendo que debe ser un pregón. Pero es complicado no dar un pregón largo cuando quieres hablar de la Semana Santa de Huelva en su globalidad. Me costó mucho trabajo encontrar el camino y ajustarlo en tiempo a lo que quería.
¿Tienen un peso especial tus titulares?
Tiene un peso especial en todo el pregón las devociones y las mías lo tienen. En mi caso yo soy cofrade activo gracias a la Hermandad del Prendimiento, a ella me debo, ella hizo lo que soy ahora como cofrade y ella es parte fundamental del pregón en momentos determinados. Después ha habido devociones sabidas, que quedan reflejadas en el pregón y devociones encontradas, que no tenía previsto tener esa relación con ella pero que después en momentos determinados me sorprendían a la hora de escribir el pregón y me daba cuenta de que realmente en mi interior sentía algo especial por estos titulares o hermandades y que hasta ahora a lo mejor no lo tenía tan claro.
Hablabas de tus titulares, de la Hermandad del Prendimiento. Se da la circunstancia de que serás el primero de sus hermanos en dar el pregón oficial…
Ha sido un motivo de alegría. El propio presidente del Consejo me decía que estaban pidiendo muchas invitaciones de mi hermandad. Ojalá que más hermanos del Prendimiento den pregones pero por ahora soy yo el primero y es normal. Tienes que participar de la alegría que esto significa para la cofradía, como ellos me han demostrado. Voy a tener mucha “afición” el domingo porque se que va a ir mucha gente del barrio, gente que no ha ido antes a un pregón de la Semana Santa, de un barrio que en ocasiones parece como muy alejado a todo esto y que están viviendo el pregón como suyo.
Hablando del Prendimiento, en estos momentos eres miembro de su junta gestora, una situación que se da en varias hermandades y a las que se unen las continuas dimisiones en las juntas, ¿en qué estamos fallando?
Aunque cada junta gestora tiene un motivo diferente al final creo que confluyen todas en una misma cuestión, en la raíz. En qué es lo que las hermandades hacen en el día a día y en qué tenemos que centrar todas nuestras energías y trabajo, que es en el culto, en fomentar la devoción a nuestros titulares y en gestionar nuestra hermandad como un lugar de encuentro con Dios. Está claro que la Semana Santa es una fiesta y la rodea otras muchas cuestiones importantísimas todas ellas y que yo valoro, desde el costal a la música. Pero yo creo que nuestras hermandades de raíz en los últimos años estamos olvidando un poco cuál es nuestra misión en la iglesia, que es dar de beber al sediento, el abrir nuestras puertas para que tenga siempre una respuesta en la oración a nuestros titulares y en fomentar esa devoción por encima de otras cuestiones paralelas a la Semana Santa, que son compatibles. Al final las devociones es muy difícil que las abandonemos, porque están grabadas a fuego en nuestra alma; pero las aficiones en un momento determinado en tu vida cambia tu situación y las abandonamos. Las devociones se llevan toda la vida y yo creo que ahí es donde las hermandades deben centrar todo su trabajo y quizás, si nos hubiéramos centrado estos años atrás en eso, no estaría pasando lo que pasa ahora, con vacíos de poder en muchas cofradías, fuera aparte de comportamientos nada cristianos que también vemos en la Semana Santa.
Has sido y eres presentador desde hace muchos años de programas cofrades, te estará resultando extraña esta Cuaresma al estar más veces del otro lado de la entrevista.
Es muy extraño sobre todo esta semana, en la que todos los medios se vuelcan en hacer entrevistas al pregonero. Lo que uno tiene es empatía, porque uno exige siempre al pregonero y ahora ya cuando te toca estar en este puesto unos sabe que lo van a reclamar en muchos sitios. Yo intento ir a todos sitios, no dejar a nadie por detrás porque se lo importante que es para un medio de comunicación hablar con el pregonero en la semana del pregón y lo importante que eso es para la Semana Santa, que los medios se vuelquen en esta semana especialmente a hablar de lo que más nos gusta, algo importante para la ciudad.
Como profesional de este mundo, ¿cómo ves la relación de las hermandades y el Consejo con los medios de comunicación, han entrado en la era de la comunicación o permanecen ancladas en el pasado?
Están a medio camino creo yo. Hay una sensación general de que las hermandades deben colaborar con los medios de comunicación y yo creo que están a nuestra disposición prácticamente para todo, pero también denoto todavía un poco de miedo, de prudencia podríamos decir a la hora de contar las cosas sin tapujos. Mostrar actos que se desarrollan en la Semana Santa, de abrir un poco las puertas a esa tradición cofrade que la gente no conoce y que creo que todavía nos cuesta dar ese paso para poder mostrarnos tal y como somos. Tenemos que ser conscientes de que lo que hacemos le importa a mucha gente y yo creo que estamos en el camino. Hemos mejorado muchísimo, yo llevo muchos tiempo trabajando en los medios y la colaboración ahora es absoluta, también los medios hemos ganado en conocimiento y responsabilidad, en saber que sumamos a la Semana Santa cuando hablamos de ella. Creo que nosotros también nos hemos adaptado a los tiempos y las hermandades van en camino.
Para terminar, ¿cómo te gustaría que fuera recordado tu pregón?
No me he planteado ese objetivo sinceramente. Yo lo único que quiero cuando acabe el pregón es que la gente se vaya para su parroquia, su casa hermandad, su capilla y se pongan a rezarle a sus devociones. Ya está, que la viva intensamente y que vaya descontando ya los días ya para el Domingo de Ramos, que disfrute muchísimo y que se inunden de todo lo bonito y lo bueno que tiene la Semana Santa. Con que la gente del Gran Teatro salga con ganas de ir a rezar a sus titulares y de verlos en las calles me voy satisfecho, no tengo ninguna predilección sobre qué van a opinar del pregón.