A.R.E. La revista nacional de moda y belleza Telva ha publicado en su sección de Viajes un reportaje de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche en el que hace un repaso por los principales encantos de los municipios que componen esta zona de la provincia onubense.
Para ir haciendo boca, al principio del texto su autora, Isabela Muñoz Ozores, afirma: «te doy mi palabra, la Sierra de Aracena y Picos de Aroche es un paraíso que merece la pena descubrir«. Tras su visita, la periodista quedó encantada y eso se refleja en el texto, que elogia monumentos, tradiciones, establecimientos y delicias gastronómicas que la profesional ha podido disfrutar en tierras onubenses.
A través de sus palabras, Muñoz hace viajar con la imaginación al lector a la Plaza de Aracena, donde empieza su recorrido literario. Un ágora tan lleno de vida como lo está el casino Arias Montano, con sus curiosos jubilados jugando a las cartas. Además de la Gruta de las Maravillas, el Museo del Jamón, el Cabildo Viejo y el castillo, con su particular torre del homenaje, Aracena también merece la pena por delicatessen como las que sirve Confitería Rufino desde 1875, regentada ya por la sexta generación de confiteros, y tan famosa que hasta «le dedicaron un pasodoble».
En Alájar, la periodista se deleitó con la contemplación de la Peña de Benito Arias Montano, con la ermita de la Reina de los Ángeles, las cuevas de Las Lapas y la particular forma de vida de los vecinos de la aldea de El Calabacino.
Continuando con su paseo serrano, Muñoz recoge su encuentro con Linares de la Sierra, con sus plazuelas, la Fuente Nueva, el abrevadero y el lavadero y con las excelencias para el paladar que cocinan en el Restaurante Arrieros, donde dan buena cuenta de la variedad micológica que puede encontrarse en el entorno de Aracena con las primeras lluvias de otoño.
A unos kilómetros, la mezquita de Almonaster la Real y el Castillo de Cortegana rivalizan en belleza, pero es finalmente Jabugo, y su perfume a jamón, el que termina centrando el desenlace de esta travesía serrana. Tras observar a los cerdos atiborrarse de bellotas en la dehesa y luego conocer el proceso de crianza y producción de este manjar, la periodista no tiene problemas en afirmar que en nuestra provincia se encuentra la catedral del ibérico, el jamón «más pijo del mundo», cuyo deleite bien merece un paseo por estas tierras del sur de España.