Sergio Borrero. La iglesia conventual de Santa María de Gracia a media luz sirvió de inigualable escenario para que la saeta se hiciera protagonista en esta noche de Cuaresma. El público onubense llenó los bancos del templo e incluso el atrio de entrada al mismo para deleitarse con el cante por saetas de las tres maravillosas voces.
Acompañaban a los organizadores del acto, Andrés Fuentes, director de El Corte Inglés de Huelva y Javier Chaparro, director de Huelva Información, la corporación municipal con el alcalde, Gabriel Cruz, a la cabeza así como el vicario para la Celebración de la Fe, D. Emilio Rodríguez, el presidente del Consejo de Hermandades, Antonio González y el hermano mayor de la Buena Muerte, Juan Antonio Prieto, anfitriones del acto.
A los sones de las “saetas del silencio”, interpretados por el ensamble de la Banda Sinfónica Municipal de Huelva dio comienzo la XXIII Exaltación de la Saeta. Bajo la atenta mirada de las Madres Agustinas, Eduardo Sugrañes se dirigió al ambón para presentar al exaltador de este año. No quiso dejar pasar la ocasión de agradecer la acogida de las madres en su casa, templo en el que ya se realizó esta exaltación en tres ocasiones, con anterioridad en los años 1997, 2003 y 2004. Este año volvía a la casa de la Hermandad de la Buena Muerte para conmemorar junto a ella el centenario fundacional de la Hermandad.
La reponsabilidad de exaltar este año el rezo cantado recayó en Juan León Lozano, conocido cofrade cordobés de nacimiento, sevillano y onubense de adopción. Jefe provincial de la Unidad de Policía adscrita a la Junta de Andalucía en Huelva y hermano de varias hermandades en distintos puntos de la geografía andaluza en su haber cuenta con una dilatada experiencia en el arte de pregonar o exaltar la Semana Santa, tanto en nuestra provincia como en Sevilla, Cádiz, etc. En la actualidad, es capataz del Santo Cristo Resucitado de nuestra ciudad y del Cristo de la Coronación de Espinas del Valle y de Santa Lucía en Sevilla
En una exaltación que combinaba la prosa y la lírica, hizo una disertación sobre la historia de la saeta, sus orígenes, su evolución y su llegada a nuestra Semana Santa. Un recorrido por los grandes cantaores que han caído rendido a la fuerza de una saeta ante nuestras imágenes titulares. Continuó con su particular visión de la semana mayor, tan vinculada con el mundo del costal al que tantos años lleva perteneciendo.
A los pies del Santísimo Cristo de la Buena Muerte, aun en su altar de cultos celebrados la pasada semana, la saeta tomó el protagonismo del acto en la voz de Regina, Ana María Bernal y Beatriz Romero. En el día de la mujer, 8 de marzo y en la casa de las Madres Agustinas no podían ser si no tres prodigiosas voces femeninas quienes pusieran su fuerza y buen hacer para cantarle por saetas al Cristo de la Buena Muerte.