Redacción. Más de 60 propuestas culturales y de ocio totalmente gratuitas han llenado de contenido el fin de semana en la ciudad del poeta, que ha rememorado aquellos años de principios del siglo XX en los que Moguer era una ciudad próspera que mantenía relaciones comerciales con todo el mundo, una ciudad con una gran actividad social y cultural que la convertían en ejemplo para otros municipios.
A finales del siglo XIX se publicaban en Moguer hasta cuatro periódicos, lo que dice mucho del gran nivel literario de una localidad que desde hacía décadas era uno de los grandes centros vitivinícolas de España y en la que el joven Juan Ramón comenzaba una carrera literaria que lo convertiría en el mayor poeta lírico en habla hispana.
Rememorando aquellos años de cultura y progreso, toda la programación de la Feria de Época se reprodujo para la ocasión con el mismo formato de uno de esos periódicos centenarios, concretamente El Liberal de Moguer, unos ejemplares que tras la inauguración de la feria en la tarde-noche del viernes por parte del alcalde Gustavo Cuéllar, repartieron por la ciudad decenas de niños y niñas ataviados a la moda de hace un siglo.
Pese al fuerte viento reinante durante el fin de semana, miles de vecinos y de visitantes recorrieron el casco histórico moguereño disfrutando de una oferta de actividades y una tematización verdaderamente conseguidas, y llenaron a rebosar los bares y restaurantes que participaron en la ruta gastronómica y la Ruta de la Ley Seca orientada especialmente hacia el público joven.
Reconocimientos en la Feria. La ciudad del Nobel se ha teñido de sepia durante los últimos días para mostrarnos espectaculares imágenes de la gente que habitaba el Moguer de la época, lo que nos ha permitido ver pasear por sus calles a señoritos, artesanos, campesinos o al mismo autor de ‘Platero y yo’ con su inseparable burrillo.
Perfectamente ataviados iban ellos, pero no menos conseguidos eran los trajes que lucían las mujeres moguereñas, que supieron elegir perfectamente sus complementos para trasladarnos a una de las épocas más entrañables de nuestro pasado histórico.
Para premiar la implicación de los participantes y su buen gusto en el vestir, se organizó un concurso de ‘photocall’ que en categoría senior ganaron Elena López y Javier Moya, y en categoría infantil Ángela Romero y Mario Díaz.
La moda de principios del siglo XX se impuso también entre los profesionales de la hostelería, que perfectamente uniformados servían las tapas y bebidas de la época en locales ambientados para la ocasión, como es el caso del bar Reyes, que se llevó el premio al establecimiento mejor engalanado.
Y es que la implicación de los moguereños y moguereñas ha sido vital para que esta primera Feria de Época haya sido todo un éxito, pese a haber contado como incómodo compañero de viaje con un gélido viento, que vecinos y visitantes han sabido sortear para poder seguir disfrutando de esta singular cita con uno de los momentos más brillantes de la historia de Moguer.
Para poder recrear a ese Moguer de finales del XIX y principios del XX el Ayuntamiento engalanó el casco histórico de la ciudad, montó en sus calles decenas de puestos de artesanía y llenó de contenido los días de feria con una intensa programación en la que no faltaron la música, el fotógrafo minutero, el circo con números de la época o las tradicionales atracciones infantiles.
Contribuyeron también a enriquecer esta propuesta numerosas asociaciones y colectivos locales que con sus puestos de productos gastronómicos típicos de la época, nos trasladaron a esas verbenas de 1900 que, a buen seguro y gracias al alma que Moguer ha puesto en esta feria, volveremos a repetir con más fuerza si cabe el próximo año.
La mujer moguereña se manifestó en la Feria de Época para reivindicar el voto femenino. Siguiendo el ejemplo que diera la esposa y compañera de Juan Ramón Jiménez, Zenobia Camprubí, que reivindicó durante toda su vida la plena igualdad de género y formó parte del Liceo Femenino junto a personalidades de la talla de Victoria Kent, varias decenas de mujeres moguereñas contribuyeron a recrear los primeros movimientos feministas que se produjeron en nuestro país, realizando una manifestación reivindicativa que promovió el Taller Municipal de Teatro, y que sorprendió a vecinos y visitantes por el cuidado detalle de los trajes y complementos de época que vistieron las participantes, y por los mensajes con los que hicieron oír sus demandas de igualdad y de derecho al voto por todo el casco histórico moguereño.
Una programación con iniciativas dirigidas a todo tipo de públicos. Contaron así con el masivo respaldo de su pueblo las niñas y niños de las escuelas del Liceo Municipal de la Música de Moguer y de la Peña de Cante Jondo que dirigen respectivamente Virginia López y María Canea, la banda de música Hermanos Niño en un llamativo y animado pasacalles y el coro Santa Ángela de la Cruz.
La actividad de esta feria de época también brillo en el Felipe Godínez, donde se representó el ‘Germinal, es tiempo de revolución’, un ambicioso proyecto del Liceo Municipal de la Música de Moguer y de la Fundación Primitivo Lázaro, que se cerró con el auditorio del teatro en pie.
Los jóvenes también han sido protagonistas en este Moguer de 1900 con el especial diseño para ellos de una Ruta de la Ley Seca por los bares de copas, y de varias actuaciones musicales y djs.
El broche final a esta feria de época lo puso de una forma magistral la banda sinfónica del Liceo Municipal de la Música de Moguer interpretando temas de primeros del siglo XX, acompañado de las voces de los más pequeños que cantaron temas de ‘Los chicos del Coro’.
Una espectacular oferta gastronómica para complementar el programa de actividades. Durante todo el fin de semana miles de vecinos y visitantes han podido disfrutar de los mejores sabores de la tierra, por el precio de tan sólo 2,5 euros la tapa y la bebida o de 3,5 euros los cócteles especiales, lo que supuso un atractivo añadido y complementario al programa de actividades de la Feria de Época
La implicación del sector de la hostelería ha sido reconocida por la organización con la entrega del galardón a la Mejor Tapa, que se ha llevado el bar Reyes por su ‘Bacalao a la Marinera’, y el premio al Mejor Cóctel, que ha recaído en el Alkimia por el delicioso combinado que elaboró para la ocasión.
Esta felicitación pública a los locales de hostelería concretada en la entrega de premios, el jurado ha querido hacerla extensible al resto de establecimientos y restaurantes participantes, que han dado lo mejor de sí para que esta feria haya sido todo un éxito. Y es que además de abrir una ventana al turismo, el Ayuntamiento de Moguer ha querido con esta iniciativa ofrecer una oportunidad de negocio al sector de la hostelería, que ha tenido sus locales llenos hasta la bandera durante todo este puente festivo, resultando incluso en algunos momentos prácticamente imposible encontrar un hueco en alguno de ellos.