Huelva, la ciudad más antigua de Occidente, se despierta

F.C/ R.M. Convertir lo negativo sucedido en el yacimiento de la Orden-Seminario en un punto de inflexión que marque un cambio de rumbo en lo que a protección y conservación del patrimonio en la ciudad de Huelva se refiere. Esa fue una de las principales conclusiones a la que llegaron los participantes en el primer ‘Encuentros en la Plaza Niña’ organizado por este medio, bajo el título de ‘Huelva, la ciudad más antigua de Occidente’.

A raíz de la destrucción de parte del yacimiento en el que se localiza el primer poblamiento de la capital, situado en la zona de La Orden-Seminario – donde apareciendo estatuillas que poseen más 5.000 años de antigüedad-, Huelva Buenas Noticias ha celebrado en su sede un encuentro con representantes políticos y sociales que expusieron sus puntos de vista sobre la importancia y el devenir del enclave arqueológico. Una cita en la que participaron el concejal de Urbanismo en el Ayuntamiento de Huelva, Manuel Gómez Márquez, Diego Batanero, arqueólogo de Ánfora Grupo y director de intervención arqueológica en el yacimiento de La Orden-Seminario, Javier Mateo Vico, presidente de la Asociación de Empresarios de la Construcción de Huelva (AECO), así como Mª Antonia Peña, catedrática de Historia Contemporánea de la Universidad de Huelva y miembro del colectivo ciudadano ‘Huelva te mira’.  Desde HBN se convocó además a la delegada territorial de Cultura en Huelva, Carmen Solana, quien declinó la invitación por motivos de agenda.

El encuentro, moderado por el sociólogo Francisco Cruz, perseguía, tal y como aclaró al comienzo del mismo, “la convergencia y el consenso en torno al tema propuesto”. Así, señala Cruz, “se desarrolló conforme al formato previsto: sin un guión previo, y de forma espontánea, fueron apareciendo los diferentes aspectos en los que se vieron implicadas cada una de las partes, produciéndose un discurso colectivo sobre lo acontecido, consecuencias, actuaciones realizadas y aquellas en proceso”.

Abrió el turno de intervenciones el concejal de Urbanismo en el Ayuntamiento de Huelva, Manuel Gómez Márquez, quien expuso la honda preocupación del Consistorio por el “ilegítimo expolio» del patrimonio de todos los onubenses, “hay una preocupación absoluta y una indignación que ya hemos puesto de manifiesto.  Nos parece escandaloso que esas cosas pasen, con independencia de si se pudo haber evitado o no, que será cuestión de investigarlo y para eso están los tribunales. Lo que sí quiero transmitir aquí es la absoluta indignación que tenemos desde toda la corporación municipal, no solamente desde el equipo de Gobierno. El patrimonio de todos los onubenses no se puede tirar por el suelo. Vamos a trabajar para que caiga sobre los responsables el peso de la ley. Tenemos abiertos los expedientes que nos competen desde la vertiente urbanística. Además, ya hemos hablado con Alfredo Flores, el fiscal, para transmitirle la disponibilidad para estar coordinados con el Juzgado que ha abierto las diligencias previas. Vamos a personarnos como acusación”.

Un hecho, el acontecido a mediados de enero, que ha abierto un debate latente en Huelva sobre la riqueza patrimonial de esta ciudad milenaria, y la necesidad de protegerla. El «expolio», a juicio de Diego Batanero, arqueólogo de Ánfora Grupo, sólo se entiende si se tiene en cuenta la escasa concienciación sobre el valor de nuestro patrimonio. “Lo que pasa es que el patrimonio cultural lleva 20 años de retraso con respecto al natural. Yo he asistido a muchas manifestaciones por un parque natural o por otras cosas de ese tipo. Esas actuaciones eran la ciudadanía la que las promovía. Sabemos que en la ciudad de Huelva, hace 30 años, se tiraba todo a la ría sin problemas. Pero la toma de conciencia de mucha gente y la presión social hizo que eso cambiara. ¿Qué sucede con el patrimonio histórico? No nos lo creemos porque faltan 20 años o 30 años de costumbre en los políticos. Todo el mundo tiene que tener claro que eso es un valor”.

“A nadie se le ocurre hoy –añadía el director de intervención arqueológica en el yacimiento de La Orden-Seminario- coger su máquina, irse a la marisma del Odiel y hacer un agujero. ¿Por qué? Porque lo lleva en la sangre, y es una cuestión que se le ha inculcado desde muy pequeño. Con el patrimonio cultural no es lo mismo, con el patrimonio cultural lo tenemos asimilado a la iglesia de la Concepción, la catedral, y hay más patrimonio cultural. Tenemos la obligación de hacer llegar a la gente qué es aquello sobre lo que tratamos y por qué es importante. Entiendo que la divulgación es fundamental. Yo tengo la experiencia de cuando empezamos con el asentamiento del Seminario, que venía la gente del Torrejón y los chiquillos decían: “mira, ahí están sacando cacharros”. Les hicimos saber que era algo mucho más importante lo que estábamos sacando, y no se llevaron de allí ni un clavo. Es más, en alguna ocasión, por necesidades prácticas tuvimos que ir a trabajar un sábado por la tarde o un domingo para actuaciones concretas, y a los diez minutos estaba allí la Policía porque algún vecino la había llamado creyendo que estaban robando”.

En esta misma línea se expresaba durante el encuentro Mª Antonia Peña, catedrática de Historia Contemporánea de la Universidad de Huelva y miembro del colectivo ciudadano ‘Huelva te mira’. “Lo que pasa es que la pedagogía sobre el patrimonio tiene que nacer de la conservación del mismo, y esta ciudad ha dado muchísimos ejemplos de desprecio. ¿Cómo vamos a pedir que el ciudadano valore lo que sistemáticamente se está destruyendo? Si el ciudadano ve que las cosas se destruyen enseguida piensan que es que no tienen valor. La destrucción ha sido enorme. Yo lo que espero es que un acontecimiento tan grave como el del Seminario marque un antes y un después. Que convirtamos la destrucción en algo positivo”, aseguraba Peña.

Del mismo modo, instaba la doctora en Historia por Universidad de Sevilla, a un compromiso firme entre administraciones y ciudadanía en aras de trabajar por la conservación tanto del patrimonio arqueológico de nuestra ciudad, como del histórico y cultural. “Ahora parece que solamente tenemos patrimonio arqueológico. También hay un patrimonio histórico y cultural muy grande y exige que haya un compromiso entre las administraciones, en el que la ciudadanía tiene que estar implicada, donde debe estar presente el empresariado y en el que se contemple, a lo mejor, la necesidad de revisar un Plan de Ordenación y establecer medidas para que no se sienta uno aterrorizado si aparece una pieza arqueológica, o que el propietario que tiene un edificio singular del siglo XIX tenga algún tipo de apoyo para llevar el mantenimiento de un edificio que no es como nuestras casas modernas, sino que requiere de unos tratamientos especiales. Esos compromisos hay que adquirirlos, porque la pérdida es inconmensurable”.

Además, recordaba, “en 40 años atrás se ha perdido mucho. Y otra cosa, tenemos el tema de los BIC (Bien de Interés Cultural). Huelva es una ciudad que no merece tener solo 26 BIC. A mí, como historiadora, se me vienen a la cabeza algunos lugares que me escandaliza que no estén protegidos: el palacio de los Duques de Medina Sidonia, que es un edificio del siglo XVII, el instituto La Rábida, emblemático y perfectamente ligado a la vida histórica de Huelva, donde se han formado nuestros pintores, literatos, muchísima de la gente mayor de Huelva cuando no había otro instituto en toda la provincia, y está ahí sin ningún tipo de protección. La catalogación de BIC indica que se ha valorado ese patrimonio. Aunque el instituto tenga una protección municipal, el que esté contemplado como BIC a mí me parece imprescindible. Podemos seguir la lista. En muchas ocasiones, en Huelva se ha confundido el valor arquitectónico con el valor histórico y cultural. Y con esa argumentación se han tirado, por ejemplo, arquitectura civil de primera línea. De todo el casco burgués de Huelva del siglo XIX, no ha quedado casi nada. Que el ayuntamiento cuide todos los bienes catalogados es fundamental para que la gente lo valore”.

Por otro lado, el presidente de la Asociación de Empresarios de la Construcción de Huelva (AECO), Javier Mateo Vico se mostraba optimista y confiado en que lo acontecido en la capital haya servido para “la toma de conciencia por parte de los ciudadanos”. Para Mateo Vico, “a lo mejor esto que ha ocurrido nos sirva. De momento hay un movimiento en la ciudad que no lo había. Desgraciadamente tiene que surgir algo así para que nos pongamos las pilas. Pero hay ciudades que tienen seguro cual es su patrimonio, incluso dicen: «es que yo vivo en una casa que no me han regalado, que la he pagado, o la tengo alquilada». En otras ciudades el hecho de que haya edificios de la Administración, ha puesto en valor cosas que aquí no tenemos. Aquí la Administración se podía plantear…, bueno, aquí falta una pata muy importante de la Administración, más importante que el Ayuntamiento como es el caso de la Junta”.

En esta línea, Mª Antonia Peña ampliaba las responsabilidades al resto de los agentes sociales, haciendo especial hincapié en la ciudadanía, “yo creo que esto se compone de varias piezas y cada una es necesaria para montar el puzle. Todos estamos implicados, los ciudadanos, la universidad que investiga y averigua el valor del patrimonio, la empresa que al final tiene que decidir entre intervenir o no, cada cual tiene su parte. Puede que con lo ocurrido en el pasado todos hayamos tenido una parte de culpa, hemos sigo negligentes, o no hemos sabido canalizar las protestas. La demolición del muelle de Tharsis la paró un ciudadano que venía de Bellavista con su coche, la Milagrosa la salvaron los ciudadanos, la Soledad, los ciudadanos. La conciencia existía; a lo mejor antes no teníamos los instrumentos que hoy tenemos de las redes sociales, pero yo recuerdo la lucha de Diego Díaz Hierro para que no se tirara el convento de San Francisco, luchando solo en una época adversa por el interés que tenía el lugar. Todos tenemos nuestra parte de responsabilidad, todos estamos implicados en este puzle, los ciudadanos, la Administración, la universidad en la medida en que investiga. No es la ciudadanía frente al ayuntamiento; el ayuntamiento nace de la ciudadanía y los empresarios sois ciudadanía, y la universidad qué es sino un servicio a la ciudadanía»

«Aquí estamos todos implicados- añadía-, cada uno en su parcela. Ese es el compromiso que se tiene que adquirir y convertir lo negativo del Seminario en algo que marque una inflexión en la conservación del patrimonio de Huelva, que hemos perdido mucho pero que queda todavía mucho por hacer. Y no es sólo el patrimonio arqueológico y cultural, estamos hablando también del entorno, como los cabezos, la ría, las salinas; cuando se habla de patrimonio en cualquier foro medianamente científico, entra todo eso. La Junta ha sacado un catálogo de lugares de memoria en el que hay algunos elementos de Huelva, como el parque Moret. El patrimonio es muy amplio, pero hay que priorizar, empezando por los que son más vulnerables”.

A su vez, reconocía Mª Antonia Peña, “la universidad ha fallado”. “Nosotros -añadía- llevamos trabajos a congresos, y no trasladamos estos conocimientos a la gente. Yo me voy al colegio de mis hijos y me pongo a hablar de la Casa Colón y se vuelven locos los niños, porque han pasado muchas veces por ahí y no le han dado importancia; o a los mayores, organizarle una visita a la Huelva británica, la gente quiere”.

En esta línea, apuntaba el edil de concejal de Urbanismo en el Ayuntamiento de Huelva, Manuel Gómez Márquez, el equipo de Gobierno tiene la intención de organizar, al igual que se celebra ‘La Noche los Investigadores’ en la Plaza de las Monjas, unas jornadas que sirvan para difundir aspectos relativos al patrimonio.

“Hasta la palmera que se ha caído en la Casa Colón es patrimonio”, puntualizaba la catedrática en Historia Contemporánea, “porque es una palmera plantada por Sundheim hace más de cien años. Los espacios verdes que tienen identidad histórica se consideran un patrimonio a proteger. Hay árboles que son patrimonio cultural”.

A raíz del protocolo entre la Consejería de Cultura y la Universidad de Huelva para la elaboración de un estudio de la Zona Arqueológica de Huelva, el presidente de la Asociación de Empresarios de la Construcción de Huelva (AECO) aseguraba que “ahora vamos a tener una prueba de si vamos a tomar conciencia o no. Hemos llegado a un acuerdo y ahora vamos a ver qué pasa con él”.

Finalmente, todos los participantes en el que encuentro coincidieron en que el texto acordado es tan sólo un punto de partida. Sabemos lo que tenemos y lo que hemos perdido, ahora lo que hace falta es un compromiso de actuación.