Sergio Borrero. A las 18.00 horas las puertas de la Parroquia de la Purísima Concepción se abrirán para despedir al Santísimo Cristo de Jerusalén y Buen Viaje, que regresará en procesión extraordinaria a su sede canónica tras una intensa semana de cultos extraordinarios en el templo concepcionista.
Finalizarán con esta procesión los actos conmemorativos por el 75 aniversario de la incorporación esta talla anónima del siglo XVI como titular de la hermandad mercedaria. La procesión discurrirá por las calles Méndez Núñez, Concepción, Palacios, Pérez Carasa, Berdigón, Garci-Fernández, Plaza Isabel la Católica, Ntra. Sra. de la Esperanza Coronada, La Paz, Rábida, Murillo, Vázquez López, Gobernador Alonso, Rico, Concepción, Alcalde Mora Claros, Puerto, San José, Paseo de la Independencia, Plaza de la Merced y Porche catedralicio; estando prevista su llegada a la Catedral de la Merced en torno a las 20:00h.
El Cristo procesionará en su paso habitual, tallado por José Gil, siendo las andas de mayor antigüedad de nuestra Semana Santa. Un monte de lirios compondrá el exorno floral de esta salida extraordinaria que contará con el acompañamiento musical de la Banda de Cornetas y Tambores de la Centuria Romana Macarena, de Sevilla.
La imagen estrenará para la ocasión el juego de potencias, en plata de ley sobredoradas realizadas por Orfebrería San Juan y donadas por un grupo de hermanos. Dichas preseas fueron bendecidas e impuestas al Cristo del Buen Viaje en la tarde de ayer viernes por D. Diego Capado, momentos previos al rezo del ejercicio de las Cinco Llagas junto a la Hermandad del Nazareno.
Como puntos de interés durante el recorrido cabe destacar el paso de la procesión por el Convento de las Hermanas de la Cruz, lugar de marcado carácter cofrade y que no visita la Hermandad en su estación de penitencia del Jueves Santo, así como su visita a la Iglesia de Santa María de la Esperanza, donde entrarán las andas procesionales del Cristo del Buen Viaje. Una procesión extraordinaria en plena Cuaresma que será un maravilloso preámbulo de lo que se vivirá en esta ciudad en escasos 30 días.