Ángel Custodio Rebollo. Cuando estamos jubilados, nos apetece realizar algún que otro viaje, para conocer lugares que anteriormente, por diversas circunstancias no lo habíamos efectuado. Eso me ocurría con una popular población del levante español, Benidorm, a la que en diferentes ocasiones había tenido oportunidad y nunca se hizo.
Para mí, Benidorm tiene un mérito extraordinario, pues a principios de los años sesenta del siglo pasado era un pequeño pueblo de pescadores, con unos tres mil habitantes y actualmente tiene más de cincuenta mil censados, La población flotante en la época de verano llega hasta el millón de personas, por lo que por todos lados hay hoteles y restaurantes de todos los niveles e infinidad de comercios regidos por chinos.
Es una población con poca historia, pero sus autoridades tuvieron la visión de edificar rascacielos con una disposición para que no se estorbaran unos a otros y desde todos los pisos se ve el mar.
Cuando los quías desde los autobuses turísticos te pasean por la población te indican entre otros atractivos históricos; donde vive la madre de Belén Esteban o donde residió Marisol, ante de marchar para fijar su residencia en su Málaga natal.
Pero reconozco que me ha gustado esta primera visita, principalmente porque en época de temporada baja y cuando las poblaciones de playas están casu desiertas, Benidorm era un rio de turistas. Enhorabuena.