HBN. Zenobia y JRJ se conocieron a finales de junio de 1913, en los cursos que organizaba la Residencia de Estudiantes para extranjeros cada verano, y se casaron en Nueva York el 2 de marzo de 1916, hace casi 100 años. Tras la boda recorrieron varias ciudades estadounidenses y regresaron a Madrid, pero, ¿qué pasó antes de la boda, cómo se gestó? A través de una serie de manuscritos, cartas y documentos, vamos a ver unas pinceladas de cómo fueron esos momentos.
Podemos ver un informe médico del buen estado mental del poeta, solicitado por la madre de Zenobia, para evitar la boda, si este hubiera sido negativo. El poeta convenció a Rafael Calleja para que lo comisionase y le encomendase la representación de su casa ante los editores norteamericanos especializados en libros infantiles, tanto literarios como didácticos, y el 10 de enero consiguió que el Ministerio de Estado expidiese a su nombre una cédula de identificación de «gerente-viajante de comercio para el extranjero dedicado a la colocación de libros de producción nacional», que podemos ver.
Pero antes de esto, Juan Ramón tuvo una tensa conversación con Raimundo, padre de Zenobia, y así lo cuenta en una carta, desconocida hasta hoy, que daremos a conocer. Tras este encuentro relatado por el poeta, Raimundo informa a Isabel, su esposa, de los secretos planes de boda de la pareja. Lo descubriremos en otra de las cartas que presentamos.
Revelamos asimismo una carta, a destinataria desconocida, en la que JRJ, decidido a seguir a Zenobia para convertirla en su esposa, relata su periplo. El 30 de enero embarca hacia Nueva York en el buque Antonio López. También veremos el voluminoso equipaje del poeta recogido en otro manuscrito; así como el Certificado del Registro Central de Penados y Rebeldes del Ministerio de Gracia y Justicia, donde se acreditaba a Juan Ramón para la obtención del pasaporte.
1 comentario en «Revelan varias cartas desconocidas hasta ahora sobre el matrimonio entre Juan Ramón Jiménez y Zenobia»
Que interesante seguir descubriendo «al hombre» y su mundana relación con la vida. Los poetas, por muy grandes que sean, se visten cada día, con la ordinaria parsimonia común a todos los mortales.