Antonio Ramos. La permanencia del CR Bifesa Tartessos está en el bolsillo. Pero su confirmación matemática tiene que esperar por lo menos una semana, en el partido que el domingo próximo se enfrente al Cajasol B.
Y es que la intentona del cuadro onubense de cerrar ya su continuidad en la categoría era exigente, no en vano se medía al líder, el CR San Jerónimo, equipo que huele a ascenso. La calidad de los sevillanos y las lesiones crucificaron al XV del Lince en su primer partido del año, cuyo resultado (65-0) habla de lo ocurrido, aunque con sus matices.
Año nuevo vida nueva. Eso al menos dice el refrán. El Bifesa Tartessos, acostumbrado a romper moldes en su ámbito, lo hizo también respecto al refranero popular y no logró adjudicarse una victoria que hubiese supuesto la segunda consecutiva tras la cosechada en su último encuentro, esta vez sí, como broche al 2015.
Los linces no lo tenían fácil, el líder San Jerónimo esperaba en su campo con todas sus armas al alcance. Un líder que destila sabor a ascenso allá donde juega y que no sería menos en su enfrentamiento ante un Bifesa Tartessos cargado de lesiones de larga duración -hasta 6 contabiliza el equipo onubense- que han mermado muy mucho su capacidad de juego.
Aún así, en el rugby nadie juega a perder y los chicos de Alfonso Doctor se desplazaron hasta la capital andaluza en busca de un resultado positivo que les permitiera firmar la permanencia a falta de dos jornadas para la conclusión de la temporada.
El encuentro comenzó cargado de intensidad por parte de ambos conjuntos. Los onubenses, llenos de moral, buscaron implantar su estilo desde el primer minuto; mientras tanto el actual líder de la categoría supo hacerse con el oval, manejar los tiempos de pase y ataque y, en definitiva, marcar su estilo de juego que tuvo como resultado el que los 3 primeros ensayos no tardaran en llegar poniendo cuesta arriba el triunfo albiazul.
Aún así los linces, haciendo referencia a su nombre, no se dejaron domar y lograron dar estabilidad al partido, con fases más largas para ambos conjuntos y con un enfrentamiento piel a piel entre ambas entidades. Pero el San Jerónimo sabe a qué juega, se conoce y no desaprovecha las oportunidades. Fuerte en los ruck y con una contundencia desmedida en los apoyos, los hispalenses lograron gustarse a la par que el Bifesa Tartessos logró plantar cara, más que digna, a su rival, sobre todo en las melés si bien la rapidez y solidez de la tres cuartos sevillanas eran letales.
De esta forma, se llegó al descanso con un parcial de 29-0 para el San Jerónimo, que dejó dilucidar por donde andaría el juego en la segunda parte; y es que tras la reanudación ninguno de los dos contendientes bajó los brazos. El líder buscó ampliar su renta mientras que los linces no cejaeon en su empeño de implantar su juego y traerse la ansiada victoria.
Con más corazón que cabeza, el Bifesa Tartessos intentó frenar a su rival durante los primeros minutos, si bien esto supuso que su rival lograra buscar huecos hasta plasmar otros tres ensayos en los primeros instantes. A raíz de ahí los albiazules se plantaron, modificaron sus líneas y comenzaron a realizar un juego de mano ágil y veloz, más preciso que preciosista; pero que servía en su objetivo de hacer daño al rival.
Los linces comenzaron a ganar en posesión aunque ésta no se tradujese en una superioridad en el marcador ya que dos nuevos ensayos volvieron a caer del lado local. Con el balón en sus manos, los linces intentaron acometer, una y otra vez, las llegadas a la zona de ensayo rival; pero las bajas comenzaron notarse y la frescura de la primera parte comenzaba a escasear impidiendo materializar su superioridad en el campo.
Al final, los linces no lograron la machada y cayeron por un engañoso 65-0 donde las intenciones y voluntad de los onubenses no se vio reflejada en el resultado final con lo que los onubenses tendrán que esperar una jornada más para certificar su permanencia de forma matemática.
Lo hará en casa este domingo frente al Cajasol B, un encuentro que servirá para reunir a todos los equipos federados del club y que, además, puede suponer la firma para que, un año más, los linces sigan haciendo historia en la primera categoría del rugby andaluz.