Nos acercamos a la figura del que fuera alcalde de Huelva, José Pedro Muñoz Pérez

Don José Pedro Muñoz Pérez, alcalde de Huelva (foto cedida por Alejandro López Pérez).
Don José Pedro Muñoz Pérez, alcalde de Huelva (foto cedida por Alejandro López Pérez).
      Don José Pedro Muñoz Pérez, alcalde de Huelva (foto cedida por Alejandro López Pérez).
Don José Pedro Muñoz Pérez, alcalde de Huelva (foto cedida por Alejandro López Pérez).

Antonio José Martínez Navarro. José Pedro Muñoz Pérez, figura básica del onubensismo político de principios del siglo pasado, nació el 29 de abril de 1869, a las nueve de la noche, en la calle Rascón. Sus padres fueron los onubenses Francisco Muñoz, impresor, y Josefa Pérez. Sus abuelos paternos, según el libro de Registro Civil de Nacimientos de 1869, atendían a los nombres y apellidos de Manuel Muñoz y Josefa Pérez y sus abuelos maternos, Manuel Morales y Rafaela Ortiz, todos hijos de Huelva. José Pedro no fue hijo único, ya que el matrimonio tuvo a su hermana Rosario y a su hermano Francisco. José Pedro fue bautizado unos días más tarde en la iglesia de la Concepción, de Huelva.

La biografía del futuro alcalde onubense ofrece mucho menos de lo que da, ya que las etapas del niño y adolescente que historiamos las pasó en Gran Bretaña, pues su progenitor, deseoso de que sus hijos tuviesen títulos universitarios, les hizo cursar sus estudios en el citado país donde José quedó hechizado por los diversos deportes que en las islas se practicaban y, sobre todo, por uno que le llamaban football.


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Cuando regresó de Albión ensambló los mil y un secretos del comercio hasta llegar a convertirse en un periodista versado en la vida íntima de la Huelva,encasillada dentro del contexto de una época tan dilatada como dramática como era la de finales del siglo XIX y principios de la centuria siguiente. Pero ya estaba inoculado por el virus futbolístico y comenzó a frecuentar los salones recreativistas, se hizo socio del Club Decano y fue secretario de la citada entidad deportiva con Alejandro Mackay.

Antiguo Ayuntamiento en la calle del Puerto (Dibujo de Barrera).
Antiguo Ayuntamiento en la calle del Puerto (Dibujo de Barrera).

Es triple timbre de orgullo -para la ciudad onubense, la entidad albiazul y para él como Alcalde de Huelva- que el trofeo o Copa del Seamens Club, tesoro del Real Club Recreativo de Huelva y fechado en 1904, tenga inscrito su nombre como donador del citado galardón deportivo.


Puerto de Huelva

A pesar de que padecía ligera cojera era tal su entusiasmo por el balompié que se alineó con el Recreativo de Huelva en un partido jugado en abril de 1906 en el que los defensas del equipo huelvano lo formaban dos cojos: don Manuel Narváez y él, mientras que de portero actuaba Jorge Wakelín, primer guardameta del fútbol español, y al que hace años le dedicamos un breve bosquejo biográfico que apareció en la prensa local y en la revista “Historia y Vida”.
En estos primeros años del siglo pasado, convertido en una figura de gran relieve en la vida de nuestra capital, por todos era llamado don José. Así lo indicaba el diario “El Defensor” en su obituario:

<<Don José, como todos lo llamábamos, era una figura de gran relieve en la vida de nuestra ciudad. Comerciante acaudalado y serio, periodista versado en la vida íntima de nuestra ciudad, político que se destacó por la energía, seriedad y honradez que constituyó la característica de sus actos, especialmente al frente de la Alcaldía; caballeroso y amigo en las grandes ocasiones, amante como pocos de los logros de su patria chica.
A pesar de ser político a ratos, alcanzó la Alcaldía de Huelva, ciudad en la que había nacido en 1869, e hizo una importante labor financiera ya que consiguió suprimir el déficit que tenía la Hacienda Municipal. También mejoró el estado sanitario de la capitalAdemás de su brillante labor al frente del Cabildo onubense, era el propietario del diario “La Provincia” y fue excelente amigo de García Cabañas, su primer director…>>.

Hermano de don José era Francisco, abogado del Ilustre Colegio de Huelva, Diputado Provincial, Vocal de la Junta de Obras del Puerto y de la Cámara de Comercio y Director Propietario del diario “La Provincia”, fallecido en Barcelona el 3 de septiembre de 1915, a los 42 años de edad.

En la parcela sentimental don José contrajo matrimonio con doña María Luisa de Vargas y Soto. De esta unión nacieron sus hijos Josefa, María Luisa, Rosario, José, Federico y Francisco.
En el diario “La Provincia” del 12 de octubre de 1907 vemos la dignidad en todos los actos de don José:

<<Por haber ingresado en el partido liberal, nuestro ilustrado director don José Muñoz Pérez, ha cesado en la dirección de “La Provincia”, a fin de evitar que el carácter independiente de nuestra modesta publicación pudiera ser menoscabado>>.

Y a lo largo de más de ocho años como concejal los onubenses escucharon enfervorizados su proclama de trabajo y de entusiasmo ante la responsabilidad de convertirse en primer edil del Ayuntamiento de Huelva.
La toma de posesión de don José tuvo lugar en la sesión municipal del 1 de enero de 1916:

<<…Acto seguido se dio lectura a un oficio del Sr. Gobernador participando que según orden telegráfica por Real Orden de 31 de diciembre último ha sido nombrado Alcalde Presidente del Excmo. Ayuntamiento de esta Ciudad don José Muñoz Pérez; el Sr. Gobernador declaró posesionado al mismo haciéndole entrega de las insignias de su cargo…>>.

El Sr. Muñoz Pérez se encontró con una ciudad en la que, dadas las condiciones en que las vacías arcas municipales se encontraban, no era posible hacer programa.No obstante, con tenacidad, voluntad y trabajo consiguió en cinco meses darle un cambio radical a la economía del Ayuntamiento. Pero los enemigos políticos eran muchos y ante los numerosos obstáculos y sinsabores recibidos decidió dimitir. En el diario “La Provincia” del 7 de junio de 1916 se le hace una entrevista a don José en el que el propio alcalde enumera lo logrado en tan sólo cinco meses y una semana de primer edil:

<<Durante toda la tarde de ayer circularon por la ciudad insistentes rumores de la dimisión del Alcalde, los cuales no quisimos recoger hasta que no tuvieran confirmación.
Al objeto de conocer lo que de verdad hubiera en tales rumores procuramos hablar con el Sr. Muñoz Pérez, el cual nos manifestó, sin ambages ni rodeos,como cumple a su carácter y los vínculos que nos unen con él que efectivamente era cierto que había dimitido con carácter irrevocable y que la dimisión la había enviado ayer al Sr. Ministro de la Gobernación por conducto del Jefe provincial de los liberales don Guillermo Moreno Calvo, como es costumbre en estos casos, poniendo tal decisión en conocimiento del digno Gobernador Civil de la provincia Sr. de la Rosa. Nuestra natural curiosidad se dirigió también a inquirir los motivos que habían inducido a nuestra primera autoridad local a renunciar el cargo que nuestro gobierno le confiara y de esta parte no fue menos explícito el Sr. Muñoz.

“Fui a la Alcaldía, nos dijo, lleno de entusiasmos y de esperanzas a realizar una labor útil a mi pueblo, a procurar poner mi granito de arena en la resolución de los problemas municipales; y me encontré con que la situación del Municipio imponía en primer lugar el problema del crédito, del orden en aquella administración, y he de decir que sin desatender un solo momento la tramitación de otros asuntos de capital interés para Huelva –el primer término el relativo a la traída de aguas- he procurado ante todo restablecer el crédito del Municipio y poner orden en su vida económica, no haciendo otros gastos que los prácticamente indispensables –ordenando el pago de las obligaciones constantes y buena parte de las atrasadas en la medida que las circunstancias han permitido.
Ocupado en esta labor no he atendido a otra más efectista, puesto que no ha de refutarse que para un alcalde es siempre grato dejar pruebas palpables de su paso por el puesto, como obras y mejoras que en ciertos momento son pasan de sus satisfacciones de amor propio, facilísimas de obtener a costa de los fondos municipales. En esta labor, repito, han transcurrido cinco meses durante los cuales se me han dirigido censuras por supuestas deficiencias en servicios que no han sido para mí sino un acicate para procurar remediarlas en lo que llevaran de ciertas..
Quédame la satisfacción –agregó el Sr. Muñoz- de que durante los cinco meses que he desempeñado la Alcaldía, entre varias cosas, he realizado las siguientes en beneficio de los intereses locales:
Pago de todas las obligaciones corrientes, lo de resultas a otras en cuantía de 62.650,08 pesetas, sin preferencias políticas.
Redacción de los proyectos complementarios del abastecimiento de aguas; prórroga por tres años de la concesión del Gobierno para comenzar estas obras.
Gestiones para la adquisición o prórrogas de opción del molino del Arroyo del Castaño, que vence a principios del próximo mes de julio. En el proyecto de abastecimiento queda pendiente la declaración de utilidad pública, asunto fácil de resolver.
Respecto a Consumos, he dejado completamente libre la acción de la Comisión especial designada por el Ayuntamiento para vigilar o inspeccionar este servicio, el cual he decretado también con preferente atención en él hasta ahora un resultado favorable.
También he dejado una moción para garantizar el cobro de importantes créditos del Municipio en contra del Tesoro público, cuya caducidad hubiera tenido lugar en primero de julio próximo.
Organización y nombramiento de personal para seis grupos de las Escuelas de la Esperanza.
Si después de lo que he podido conseguir en mi modesta labor todavía hay elementos políticos que me censuran, si después de haber procurado en causas la administración en pro de los intereses de mi pueblo, hay quien pretende hacerme objeto de todos los ataques ¿qué me resta hacer?
Cruzarme de brazos y retirarme a mi casa esperando que los que me sucedan, hagan labor más acertada que la mía, cosa que deseo en bien de Huelva.
Los que me conocen que son muchos –terminó diciendo el Sr. Muñoz-saben que dado mi manera de ser, no podría yo obrar de otra forma.
Sirva esta serie de explicaciones a la opinión sana de Huelva, a cuyo juicio someto la labor que he realizado en el Municipio>>.

En el haber de don José también hay que anotarle la cesión de parte de la Dehesa de la Alquería (que había pasado durante su mandato de dehesa boyal a Colonia Agrícola) a manos de humildes campesinos. Por cierto, que un logro suyo fue no vender el resto de la Dehesa cuando había diversos compradores.
En la sesión municipal del 10 de junio de 1916 estuvo ausente el Sr. Muñoz Pérez. La citada sesión nos remite un escrito que decía así:

<<…Se acordó quedar enterado de un oficio del Sr. Alcalde Presidente Sr. don José Muñoz Pérez participando a la Corporación que por tener que atender el restablecimiento de su salud había hecho entrega de la Alcaldía al Sr. Teniente primero de Alcalde don Emilio Sánchez Hernández…>>.

En la sesión municipal efectuada una semana más tarde tampoco apareció. En ella se decía: “…bajo la presidencia del Sr.Teniente de Alcalde del primer distrito don Emilio Sánchez Hernández, en funciones de alcalde…”.
El día 24 de junio de 1916 don José dejaba de ser Alcalde de Huelva. En la sesión municipal celebrada en el citado día se decía:

<<…Leído oficio del Sr. Gobernador Civil de la Provincia trasladando Real Orden del Ministerio de la Gobernación, nombrando Alcalde Presidente de este Excmo. Ayuntamiento al concejal don Nicolás Vázquez de la Corte, el Sr. Presidente dedicó un sentido recuerdo al Sr. Alcalde dimisionario don José Muñoz Pérez, elogiando la gestión realizada por el mismo al frente de la Alcaldía, por lo que propuso se acordara en su favor un expresivo voto de gracias…>>.

En diciembre de 1916 don José bebió el cáliz amargo del dolor al morir su madre. Así, en la sesión municipal del día 30 del citado mes y año se decía

<<… A continuación el Sr. presidente dio cuenta de haber fallecido la señora doña Josefa Pérez Ortiz, madre del Sr. Concejal y ex alcalde don José Muñoz Pérez proponiendo se haga constar en acta el sentimiento de la Corporación…>>.

El día 7 de septiembre de 1921, a las nueve de la mañana, cuando realizaba un viaje a Madrid sin que se previera el fatal desenlace, el Sumo Hacedor lo llamaba a la región celestial. Dos días más tarde en la sesión municipal los munícipes coincidían que había muerto un onubense de pro:

<<…Seguidamente el Sr. de la Corte dedica sentidas frases de elogio a la memoria de don José Muñoz Pérez ex alcalde de esta ciudad y propietario del diario “La Provincia”, recientemente fallecido en Madrid proponiendo se haga constar en acta el sentimiento de la Corporación y se comunique el pésame de la misma a la señora viuda del finado…>>.

Sobre el Palacio municipal flotará siempre la augusta sombra de Don José Muñoz Pérez, ante la que nos rendimos con admiración y entusiasmo.

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