Me hieres constantemente, obligándome a cargar pesos,
te sostengo, aún sin ganas, a riesgo de caer muerto.
Si me quejo, me adormilas
si voy lento te agobias,
me esfuerzo por complacerte haga frío, lluvia o viento.
No respetas mi descanso,
no comprendes mis enojos,
me impides hablar
aún cuando siento que exploto
Necesito recargarme
día a día, sueño a sueño
sin embargo me utilizas
sin cuidarme, sin empeño.
Comes, comes, sin control
sin saber lo que yo quiero,
bebiendo gas y alcohol
sin arrepentimiento.
A veces me recuerdas,
y ves mal lo que has hecho.
Pero arreglas lo que se ve,
y olvidas lo que hay dentro.
Me apetece que me mires,
que escuches lo que pienso,
sin juicios, sin miedo,
que sientas lo que siento
Que me cuides y respetes,
que me dediques tiempo
que te importe como estoy
¿Que quien soy? Soy tu cuerpo
María Mascareña Brazo
Psicóloga y Psicoterapeuta del Centro Kambalaya.