HBN. Estas navidades son diferentes…y tanto que lo son… a 9000 km de casa todo se ve con otros ojos. Ni mejor ni peor, simplemente diferente. Parece mentira que ya hace 3 meses y pico desde que llegué a Abancay (Perú), una ciudad de unos 50.000 habitantes ubicada en una de las regiones más pobres de Perú. Cuando llegué el primer día todo parecía un caos, un tráfico horrible, 80 % de los edificios y viviendas sin terminar, taxistas tocando la bocina constantemente…
Hoy en día todo se ha convertido en una rutina normal a mis ojos. Y os preguntareis cómo es posible que me haya adaptado tan rápido a ese caos inicial y que ahora he interiorizado como algo normal. Pues la respuesta es bien sencilla…todo es gracias a sus gentes, en especial a todo el equipo humano con el que trabajo, que desde el primer día me acogieron con sus brazos abiertos y me ayudaron en todo momento en mi adaptación a esta ciudad.
Estoy participando en el Programa de Voluntariado Internacional de la Diputación de Huelva en una institución llamada Tarpurisunchis que a su vez trabaja en colaboración con Madre Coraje. Las funciones que estoy desempeñando son de profesor de inglés, Historia Universal y Geografía, y también apoyo en la parte de proyectos sociales en la producción de videos y fotografías y en la creación de materiales didácticos.
Mis compañeros de trabajo se han convertido en mi familia peruana y es con ellos con quien estoy compartiendo los momentos estas navidades. Aunque eso no hace que en estas fechas tan señaladas recuerde y eche de menos a los míos, pero si es cierto que se lleva mejor cuando te hacen sentir como en casa.
Según me cuenta mi compa Dennis, aquí no tienen una comida típica para las navidades, sino que variará según las posibilidades económicas y según los gustos de cada familia. Me comenta por ejemplo que sus vecinos por estas fechas siempre comen caldo de gallina, en el caso de la familia de Dennis siempre comen un pavo que les envía su familia desde Lima. Otras familias prefieren el chancho (cerdo), el lechón o el cuy.
En cuanto a la celebración se refiere, no hay mucha diferencia a nuestras costumbres. Se suelen reunir todos en familia y lo pasan comiendo y bebiendo algún trago (por lo general cerveza, vino o pisco). También suelen cantar y bailar con sus músicas tradicionales (Huaynos, cumbias, marineras…) Tienen una riqueza de música folclórica enorme, y en cada región del Perú tienen su canción y su danza representativa. También aprovechan que están de vacaciones para practicar varios deportes en familia como son el voley y el futbol que son los dos deportes preferidos por los/as peruanos/as.
Durante todo el mes de diciembre es bastante típico hacer chocolatadas en todos los colegios de Abancay. Estas chocolatadas no solo consisten en repartir chocolate caliente a los estudiantes, sino que tiene un fin solidario. Los estudiantes son animados por sus docentes a que traigan en ese día la ropa que no utilizan y que aún están en buenas condiciones. Dichas prendas de vestir son recogidas por sus docentes y más tarde serán repartidas a los niños que viven en el campo y en las comunidades más pequeñas, donde los recursos económicos son bastante bajos.
Juan Luis y Daniel Rodríguez Romero.
1 comentario en «Juan Luis y Daniel Rodríguez Romero, dos hermanos de Cortegana que pasan sus Navidades como voluntarios en Perú»
Soy muy privilegiados a poder compartir con estas personas peruanas,pues comprobareis que son mas felices que nosotros con el mínimos de recursos materiales.
Su generosidad y su amistad son signos de identidad que atrapan tu corazon.