HBN. Me despierto y escucho el trasiego de las niñas en la casa. Bajo las escaleras hacia la sala y ahí las veo, cada una en sus tareas domésticas, pero más nerviosas que de costumbre. Veo que una de las mayores esta “poniendo bonitos” a los niños y niñas más pequeños. Voy hacia la cocina para tomarme un café y veo allí a Pilar organizando cosas. Le pregunto el porqué de tanta agitación mañanera y ella me responde que unas chicas de un colegio de Puerto Maldonado van a venir a jugar con los niños y las niñas, a preparar una chocolatada y a traerles regalos. Ya lo entiendo todo, la ilusión se huele en el ambiente.
Desde principios del mes de diciembre, este hogar se viste de gala para las navidades: árboles de navidad, luces, un portal del belén,… y desde entonces, son muchos los que se acercan por aquí para llenarles de ilusión las navidades a estas niñas. Ropa, panetones, chocolatadas, golosinas, regalos,… todo es poco con tal de hacer felices a estas niñas. Y es que estos son días de dar cariño, ilusión y alegría. También es tiempo de agradecer por todo lo recibido y en este hogar eso no se olvida. No se olvidan a las personas que desde España apoyan este precioso proyecto, no se olvidan a los que aportan su granito para que siga adelante, no se olvidan a aquellos que incluso dieron su vida haciendo felices a estas niñas y niños.
Para mí, estas van a ser unas navidades muy diferentes. A mis apenas 27 años, nunca las he pasado alejada de mi familia y amigos y una parte de mi esta nostálgica y triste. Sin embargo, cada despertar estos sentimientos desaparecen. Desaparecen cuando Stefany, una bebe de 10 meses, se despierta y me recibe con una sonrisa. Desaparecen cuando me veo corriendo detrás de Miriam, que con apenas un año ya me gana cualquier carrera. Desaparecen cuando alguna de las adolescentes se acerca deseosa de acompañarme a comprar o dar un paseo allá a donde yo vaya. Desaparecen cuando Tracy, Isaac, Ana o Pedro (que tienen entre 1 y 3 años) me reciben con ilusión y alegría cada vez que voy a jugar con ellos a la cancha.
Desde que llegue a este hogar, me están preguntando si me voy a quedar por Navidad. Con nervios me contaban todo lo que pasa en este mágico mes de diciembre. Como vienen distintos colegios y organizaciones a jugar con ellas y traerles regalos, como van a las atracciones de la feria que la municipalidad de Puerto Maldonado monta para estas fechas, como el 24 íbamos a comer pollo a la parrilla y el 31 pescado, o cómo Pilar les permite esos días que se queden jugando, bailando o viendo la televisión hasta la hora que quieran.
Ahora la Navidad está a la vuelta de la esquina, pero aquí se respira ese espíritu desde hace tiempo. Hoy me siento parte de esta gran familia. Sé que el día 24 y el 31, al igual que todos los días, pensaré en mi familia y amigos y los añoraré, pero tengo la suerte de vivir en este hogar infantil, y aquí estoy rodeada de cariño y alegría y eso compensa todo lo demás.
Desde el Hogar Infantil Ana Almendro en Puerto Maldonado, os deseamos a todos Feliz Navidad y un Próspero Año 2016.
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