Proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción en Huelva

Monumento a la Purísima Concepción en Huelva.
Monumento a la Purísima Concepción en Huelva.

Antonio José Martínez Navarro. Desde los primeros albores del Cristianismo los onubenses sintieron en sus corazones la confianza firmísima en la que es nuestra Madre y nunca los abandona. En este sentido, no ha habido hijos de Huelva, pobres ni ricos que en sus penas y en sus infortunios, aún en medio de su desesperación, no hayan vueltos, confiados sus ojos a la que es esperanza suya, a la Virgen bendita del Sagrario.

El Santoral nos indica que el 8 de diciembre de cada año es un día señalado para honrar a la Inmaculada Concepción. Nuestra ciudad tiene la satisfacción de haber nominado, en 1505, en el primer templo de España con el nombre de la Purísima Concepción a la que se le tiene gran devoción.


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En la primera mitad del siglo decimonónico, el día de su festividad ondeaba en los edificios públicos el pabellón nacional. En todos los templos de la capital se celebraban solemnes funciones religiosas en su honor.
En la parroquia de la Inmaculada Concepción, con motivo de ser el día de su Excelsa Titular, se celebraba a las ocho y media misa de comunión general; a las diez y media, brillante función con exposición de Su Divina Majestad y sermón a cargo de un ilustre orador sagrado. También se hacía que la Novena en su honor finalizase en el citado día 8, en el que también brillaba la elocuencia del mismo orador que había dado el sermón por la mañana y procesión claustral con S. D. M. Ni que decir tiene que la parroquia estaba exornada con flores y cirios encendidos. De estos actos, se encargaba la Hermandad Sacramental de la Inmaculada Concepción.

Pero, ¿cuándo se proclamó el dogma de la Purísima Concepción? El historiador y catedrático francés Louis Baunard narraba lo siguiente:


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<<Pío IX, contemplando el mar agitado de Gaeta, escuchó y meditó las palabras del Cardenal Luigi Lambruschini: “Beatísimo Padre, Usted no podrá curar el mundo sino con la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción, sólo esta definición dogmática podrá restablecer el sentido de las verdades cristianas y retraer la inteligencia de las sendas del naturalismo en las que se pierden…”>>.

El 8 de diciembre se celebra la festividad de María Inmaculada.
El 8 de diciembre se celebra la festividad de María Inmaculada.

Pío IX, pese a su entusiasmo, acogió la idea de realizar una consulta con el episcopado mundial, que expresó su sentido afirmativo, y llevó finalmente a la proclamación del dogma.
“El dogma de la Inmaculada Concepción -dicen los textos de Internet-, es una creencia del catolicismo que sostiene que María, a diferencia de todos los demás seres humanos, no fue alcanzada por el pecado original que, desde el primer instante de su concepción, estuvo libre de todo pecado”.

La definición del dogma, contenida en la Bula “Ineffabilis Deus”, de 8 de diciembre de 1854, decía así:

<<…Para honra de la Santísima Trinidad, para la alegría de la iglesia católica, con la autoridad de Nuestro Señor Jesucristo, con la de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo y con la nuestra: Definimos, afirmamos y pronunciamos que la doctrina que sostiene que la Santísima Virgen María fue preservada inmune de toda marcha de culpa original desde el primer instante de su concepción, por singular privilegio y gracia de Dios Omnipotente, en atención a los méritos de Cristo-Jesús, Salvador del género humano, ha sido revelada por Dios y por tanto debe ser firme y constantemente creída por todos los fieles. Por lo cual, si alguno tuviese la temeridad, lo cual Dios no permita, de dudar en su corazón lo que por Nos ha sido defendido, sepa y entienda que su propio juicio lo condena, que su fe ha naufragado y ha caído de la unidad de la Iglesia y que si además osaren manifestar de palabra o por escrito o de cualquier otra manera externa lo que sintieren en su corazón, por lo mismo quedan sujeto a las penas establecidas por el derecho…>>.

Pero, y la Huelva mariana, ¿cómo lo celebró? Acerquémonos a los días precedentes. La vieja Onuba exprimía las últimas gotas de romanticismo en aquel 12 de junio del año de gracia de 1855. Los mecheros de aceite guiñando desde la caja encristalada de las altas farolas que regentaba José Manuel Saavedra, si no conseguían vencer la negra densidad de las sombras ponían en las calles vacilantes reflejos amarillos y trazaban una faja de tenue claridad movible y nerviosa sobre los duros y puntiagudos guijarros del empedrado pavimento.

Cinco siglos de advocación concepcionista en este templo.
Cinco siglos de advocación concepcionista en este templo.

De la parroquia de la Inmaculada Concepción de Huelva le llegaba al Alcalde Presidente del Ilustre Ayuntamiento de Huelva un oficio de la Hermandad Sacramental de la misma, en el que se podía leer (Oficios y Minutas de 1955. A M H) lo siguiente:

<<Al hacerse declaración dogmática de ser Inmaculada Concepción nuestra amantísima Madre María, grande fue el júbilo del orbe católico, cuyos sentimientos han ido patentizándose en demostraciones a publicar actos religiosos en loor de aquella Nuestra Señora. Así pues, esta Sacramental, habiendo acordado con el clero de esta Parroquia de la Concepción celebrar en el domingo 17 del corriente, en la misma, función por la mañana a las diez de ella y procesión por la tarde a las cinco y media en acción de gracias por la declaración de tal alto Misterio, diecinueve siglos por nuestros predecesores anhelados, espera esta Corporación merecer a V. S. se sirva en mayor solemnidad de aquellas presten su asistencia con el Ayuntamiento que preside. Dios…Huelva, 12 de junio de 1855. El cura, Luis Ortega. El vicepresidente, Elías Monís Quintero…>>.

Y como había tiempo más que suficiente el día 16 del citado mes el alcalde les pasaba las papeletas a los demás munícipes para que asistieran al acto. Ese mismo día se le comunicó la invitación al Gobernador Civil de la provincia. Y aquel domingo hubo misa a las diez de la mañana y procesión por la tarde y fue un día de gloria y de dicha infinita para la mayoría de los onubenses.

Por su parte, el Arcipreste de Huelva también celebraría actos solemnes en la Parroquia Mayor del Sr. San Pedro a los que reclamaba a las autoridades mediante invitación que decía:

<<Arciprestazgo de Huelva. Como arcipreste de este Partido y cura más antiguo de las parroquias de esta villa, he dispuesto celebrar solemne función de iglesia con Tedeum el domingo 17, del corriente en la iglesia matriz de San Pedro en acción de gracias a la declaración del Misterio Inmaculado, y para que sea con la solemnidad requerida a un acto porque esta Nación católica ha aspirado siempre, espero de la religiosidad de V. S. se sirva concurrir con los dependientes de su mando a dicha parroquia y hora de las diez de la mañana por cuya asistencia le estaré agradecido. Dios…Huelva, 16 de junio de 1855. Juan Salvador Vázquez…>>.

Estamos seguros que en aquellos actos religiosos se enseñorearían las palabras de fe y admiración a la Virgen, palabras que estallarían como imponente tormenta que todo lo domina y avasalla en su incontrolable empuje. De todos los rincones católicos onubenses saldrían frases y saludos de felicitación; la más viva complacencia se retrataría en todos los semblantes y muchos fieles llorarían en silencio, ofreciendo a Dios, con alma y corazón rendidos, el triunfo

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