Benito A. de la Morena. Leía hace unos días que los últimos glaciares estables de Groenlandia aceleran su deshielo. Esta noticia no crea emociones como la derrota del Real Madrid, ni miedos como el ataque ultimo yihaidista, pues somos “animales” racionales del presente, simples homo sapiens de vida limitada a los escasos 80 años en el varón y 83 en las damas, por eso de la cortesía, pero si nuestros nietos percibieran el legado que les estamos dejando a sus hijos, que son nuestros biznietos, quizás nos llamaran algo que el pudor me impide escribir.
La buena noticias es que, como parece que lo de “venderse” en verde se está poniendo de moda, hasta Obama promueve iniciativas de apoyo a la industrialización de las energías limpias y, claro está, al silbido del árbitro se mueven las fichas y el mercado verde empieza a sentir cierto estímulo esperanzador, que no debería quedarse solo en lo que a las correspondientes operaciones comerciales se refiere, sino también en lo que a emisiones contaminantes genera y se deben evitar.
Seremos capaces de promover nuevas industrias de energía limpia, pero… ¿limitaremos las emisiones del enorme arsenal de industrias contaminantes que existen? Temo que eso ya no va a entrar en el guion de la próxima convocatoria electoral, y los científicos seguirán dando datos como el que anuncia el profesor Jeremie Mouginot., (Departamento de Ciencias de Sistema Terrestre de la Universidad de California, Irvine, CA 92697, EE.UU). «el glaciar se está fundiendo por el aumento constante de la temperatura del aire y las corrientes oceánicas que portan aguas más calientes” y esta aceleración se ha intensificado desde 2012.
De ser así, los últimos glaciares estables de Groenlandia dejarían de serlo, aportando una cantidad creciente de hielo al mar, estimado en unas 243.000 millones de toneladas anuales y aumentando su nivel con la evidente repercusión en las zonas litorales, pero eso sí, a medio y largo plazo, con lo que su interés por resolver y preocupación personal disminuye y se diluye.
No hemos sido capaces de “domesticar” al ser humano, ni siquiera a través de las religiones, pues ya ven ustedes la manipulación que se provoca para robar y matar en nombre del Dios de cada uno. Tampoco hemos sido capaces de razonar y usar la mente para la mejora de la especie, como hace cualquier animal del planeta, nosotros preferimos fomentar la incultura que facilita la manipulación de las personas en beneficio propio o de mi sistema. Nuestro grado de depredación es insaciable y procuramos abusar del prójimo para que quede patente la primacía de “mi” poder.
Pero la Naturaleza nos va poniendo en nuestro sitio, hoy con un terremoto, mañana con un tsunami, otro día será un volcán y después tocará al efecto invernadero que descongela el glaciar. Quizás entonces, en ese último suspiro, nos demos cuenta de que no somos nada relevantes.
1 comentario en «El glaciar se descongela»
¿Ves amigo Benito? No hace mucho comentábamos algo parecido. Patrimonio, sea artístico, social o natural.
Y nos lamentábamos de algo que no está en nuestas manos … aunque sí podamos hacer algo cada uno.
Una amiga mia, de Huelva y famosa, decía un día en público: «Si cada uno de nosotros limpiara la puerta de nuestra casa, que limpia estaría la ciudad».
¿Extrapolamos?