Redacción. La reconocida actriz venezolana Arlette Torres, hija del Premio Ciudad de Huelva en esta edición del Festival de Cine Iberoamericano, José Torres, se ha convertido en una gran conocedora del certamen onubense, en el que este año está presente por tercera vez. En 2011 vino para presentar una película, ‘El rumor de las piedras’, en 2014 para formar parte del jurado de la Sección Oficial de Largometrajes y, este año, para entregar a su padre el máximo distintivo honorífico del festival. Tras esta experiencia, Arlette Torres considera, en una entrevista, que la muestra cinematográfica onubense es, dentro de los festivales de cine latinoamericanos o iberoamericanos, uno de los más importantes.
Arlette cuenta con una diversa carrera como actriz en teatro, cine y televisión, tanto en Europa como en América, y ha trabajado con importantes directores como Miguel Ferrari, en su largometraje ‘Azul y no tan rosa’, ganadora del Premio Goya a la Mejor Película Iberoamericana en 2014.
También ha trabajado con directores como Alejandro Bellame, Fina Torres, quien dirigiera a Penélope Cruz en ‘Women on Top, Solveig Hoogesteijn o José Luis García Berlanga, entre otros. Asimismo ha participado en numerosas series españolas de televisión como ‘Ciega a citas’, ‘Hospital Central’, ‘La que se Avecina’ o ‘Aída’.
-Como gran conocedora del Festival de Cine Iberoamericano, ¿qué imagen se lleva del certamen onubense?
– Lo que más me gusta de este festival es la cercanía con la gente. Otros festivales en los que he estado por lo general se enfocan en atender a la gente de la industria y se hace difícil que la gente común y corriente, el público en general, tenga acceso. Y eso es importante, porque al final son quienes van a ver nuestras películas. Lo bonito del Festival de Huelva es que la gente participa de manera cercana y tienes la sensación de que estás como en casa. Además, este festival es un puente entre América Latina y Europa, es un encuentro que ayuda a acortar distancias culturales y sociales entre ambos continentes; algo de gran importancia hoy en día en que el intercambio cultural forma parte de nuestra vida cotidiana. Un festival de cine que ayuda a la interculturalidad es una ventana de vital importancia. Asimismo, desde el punto de vista técnico, lo considero un festival de cine de calidad. Una muestra son los grandes proyectos que ha albergado durante todos estos años.
– ¿Qué importancia tiene este festival para el cine iberoamericano en su conjunto?
– Enorme. Existen otros festivales de cine iberoamericano con objetivos similares, pero desde mi punto de vista éste es el más grande e importante, es de los que ofrece mayor visibilidad al cine latinoamericano en Europa.
– Usted vino por primera vez en 2011 y luego ha repetido en 2014 y 2015. ¿Ha notado una mejoría del festival en los últimos años?
– Mucha. El festival ha dado un despegue importante. Si bien siempre ha sido un encuentro de mucho prestigio y por supuesto sin desmerecer en absoluto la labor de quienes precedieron, desde la entrada del nuevo equipo, considero que el Festival ha ido evolucionando de manera notoria y ha ido ganando espacios y visibilidad. El nuevo director, Pedro Castillo, y todo su equipo han estado haciendo una labor estupenda.
– Después de estar tres años aquí, ¿se queda con algún momento especial que nunca podrá olvidar?
– Es que han sido tantos. Del primer año, cuando presenté una película por primera vez en Europa, recuerdo la emoción que sentí cuando subía por las escaleras al escenario del Gran Teatro. En el segundo año formé parte del jurado y me emocionó que mis compañeros, que tenían más experiencia que yo en el mundo del cine, me dijeran que habían aprendido mucho de mi. Para mi fue un honor. Me sentí muy arropada por ellos. Y de este año, por supuesto, la entrega del Premio Ciudad de Huelva a mi papá quedará para sierre en mi corazón.
– ¿Qué significado tiene para vosotros y para su país, Venezuela, la concesión del Premio Ciudad de Huelva a su padre, José Torres?
– El premio ha sido muy especial para nosotros, tanto para nuestros afectos como para la comunidad cultural venezolana y para el público en general. La noticia ha tenido una muy bella acogida. En Venezuela, y en todo el mundo, estamos pasando por momentos sumamente complicados, por una situación política, social, económica y cultural sumamente compleja. Por lo general, todas las noticias principales del día tienen que ver con esos temas. Y es lo lógico, cuando las necesidades básicas de la población no están cubiertas, tienen poca cabida el resto de las cosas. Sin embargo, el día que recibimos la noticia de que a mi papá le daban este premio, siento que significó para muchos un soplo de aire fresco. La gente hizo una especie de ‘pausa’ entre todo lo malo para celebrarlo. Él espera haber aportado un granito de arena, de felicidad, y que el premio sirva de aliento para que el país sienta que también pueden pasar cosas buenas.
– Hablemos ahora de usted. ¿Por qué decidió ser actriz?
– No le puedo responder a eso porque no recuerdo cuando decidí serlo. Con ocho años ya escribía, ‘producía’, dirigía e interpretaba mis propios proyectos en el salón de fiestas de mi edificio, con mis vecinos. Y continué haciendo teatro durante mi niñez y mi adolescencia. Más tarde me gradué en la Compañía Nacional de Teatro en Venezuela, a la par que estudiaba periodismo. Más adelante, en 2005, tal vez podría hablar de un momento decisivo, cuando opté por venir a España. Entonces dudaba entre continuar con mi incipiente carrera periodística o seguir de lleno mi carrera como actriz. Me lancé temeraria en esta profesión y aquí sigo. Cuando alguna vez he tenido otro momento de duda, al final siempre me decanto por seguir actuando, que tanto me apasiona y me llena de satisfacciones.
– ¿Qué es lo más importante de su trabajo?
– La posibilidad de tener voz y de llegar a la gente. Las películas pueden aportar algo para hacer del mundo un lugar mejor. Para ello es importante que pensemos en los otros y que cada uno tome conciencia de qué puede hacer. Un ejemplo es este festival, que une a la gente, acorta las distancias y fomenta la aceptación.