El Balneario de La Cinta, un edificio emblemático de Huelva que quiso imitar la playa de La Misericordia de Málaga

Mari Paz Díaz. Si cualquier investigador se da una vuelta por el Archivo Histórico de Málaga se encontrará con imágenes y documentación del Balneario de La Cinta, un emblemático edificio que muchos onubenses recordarán por estar bañado por las aguas de la Ría de Huelva. Su presencia en el centro malagueño puede resultar cuanto menos curiosa, teniendo en cuenta que se trata de un espacio que, a priori, nada tiene que ver con la provincia malagueña.

Sin embargo, aunque nos pueda sorprender, es todo lo contrario. Porque en los años sesenta, los trabajadores malagueños intentaron construir un balneario en su playa de La Misericordia. Y, para ello, tomaron como ejemplo a Huelva y a su Balneario de La Cinta.

Situado en la Punta del Sebo, este balneario onubense parece que se construyó en la década de los cincuenta, después de que en 1950 se autorizara a la Delegación Provincial de Sindicatos de Huelva la construcción de este balneario con casetas de baño para los afiliados a Educación y Descanso. Un espacio que tendría una gran acogida y que sería una de las principales causas de la decadencia del Balneario del Odiel, inaugurado en 1917 y ubicado a 750 metros del Muelle de Mineral de la Compañía Minera de Riotinto. Para conocer más datos sobre este espacio se puede recordar el siguiente artículo: https://huelvabuenasnoticias.com/2014/07/06/el-balneario-del-odiel-centro-social-y-de-bano-de-la-huelva-principios-del-siglo-xx/

Fue un tipo de local que proliferó en las playas españolas desde finales del XIX hasta bien entrado el siglo XX, como sucede en Huelva, debido principalmente a que para los baños en las playas era obligatorio el uso de los balnearios porque estaba prohibido cambiarse de ropa al aire libre, siendo habitual separar a los bañistas por sexos, aunque esta norma se fue relajando con el tiempo.

Es en los años cincuenta cuando surge un nuevo concepto para los balnearios dirigidos a los trabajadores, impulsados por la Delegación Provincial de Sindicatos o la Obra Sindical de Educación y Descanso. Y, a raíz de la propuesta onubense, los trabajadores malagueños intentan poner en marcha también en la playa de La Misericordia su propio balneario a imagen y semejanza del Balneario de La Cinta.

Sin embargo, los malagueños no tuvieron suerte con sus pretensiones. Y eso que lo intentaron en repetidas ocasiones. La primera vez fue en 1959, siguiéndole luego otras propuestas en 1965 y 1969, con proyectos del arquitecto Fernando Rodríguez Ibáñez. En esta última ocasión, la idea se inspiraba en el balneario obrero de Huelva, con cabinas, guardarropa, zona infantil, piscina y restaurante. Un hecho del que también se han hecho eco otros medios de comunicación como La Opinión de Málaga. A pesar de ello, todos los intentos fueron en vano, por lo que La Cinta siguió siendo un balneario genuino y único de Huelva.

Entre otros servicios, el Balneario de la Cinta ofrecía para sus socios un servicio de bar y terraza, piscina para los más pequeños y autobuses desde las siete de la mañana hasta las nueve y treinta minutos de la noche. En general, los balnearios estaban concebidos como clubes sociales y náuticos, con la idea de facilitar que los visitantes disfrutaran de la inmersión en las aguas del río Odiel y de los deportes de agua, en la ría de Huelva.

Una historia para el recuerdo, teniendo en cuenta que, en 1969, los baños fueron prohibidos en la Ría de Huelva, desde el Muelle del Tinto hasta la Punta del Sebo, por lo que el Balneario de la Cinta ‘Educación y Descanso’ dejó de tener sentido. También, con el tiempo, la legislación se hizo más abierta, por lo que dejaron de ser necesarios los balnearios en las playas onubenses. Un episodio que merecía la pena recordar.