Redacción. La FOE ha celebrado un Congreso bajo el título ‘Reflexiones tras 20 años de la ley de prevención de riesgos laborales‘ donde se ha hecho un análisis pormenorizado de estas dos décadas reguladas por esa legislación que compromete a empresarios, trabajadores y Administración. El acto inaugural ha contado con la participación del presidente de la FOE, José Luis García-Palacios Alvarez, y el recién nombrado director General de Relaciones Laborales y Seguridad y Salud Laboral de la Junta de Andalucía, el onubense Jesús González.
La FOE ha querido sumarse a los 20 años que se cumplen desde la promulgación de esa Ley, promoviendo este encuentro en el marco de sus funciones y responsabilidades, a través de su Gabinete de Prevención de Riesgos Laborales, contando con la financiación de la Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales.
Según se ha puesto de relieve en el Congreso, tras 20 años transcurridos desde la aprobación y puesta en marcha de la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales, se ha concienciado a empresas y trabajadores, y a la sociedad entera, de lo que ha venido en llamarse la ‘cultura preventiva’.
Asimismo, los participantes, cualificados expertos en materia de prevención, han puesto de manifiesto que encontramos ante una Ley relevante que ha implicado a los más diversos actores de las relaciones laborales y, fundamental, ha conseguido reducir la siniestralidad en todos sus parámetros.
En este Congreso, en el que han participado más de 50 empresas, se ha pasado revista a la legislación, identificando los campos y las materias que han servido para mejorar la cultura preventiva en las empresas y reducir la siniestralidad laboral y también aquellos otros que quizá sean susceptibles de mejora, desde la perspectiva de la técnica jurídica y de la aplicación práctica.
“Tenemos el compromiso -dijo el presidente de la FOE- de inculcar y desarrollar una cultura en la que prime la defensa y protección de la salud frente a los múltiples riesgos a que nos vemos expuestos en nuestra actividad habitual, pero necesitamos de manera fundamental la anuencia de los trabajadores porque sin ellos cualquier actuación que esa materia el empresario lleve a cabo, caería en saco roto”.