HBN. En la tarde del jueves, 5 de octubre, ha tenido lugar el primer debate organizado por la recién constituida Asociación ‘Iniciativa Huelva’. Convocadas por esta entidad, distintas perspectivas ofrecieron en el salón de actos del Centro Cultural Caja Rural del Sur sus particulares visiones ante una cuestión -en eso todos coincidieron- fundamental en la agenda de nuestra ciudad.
Ha sido moderado por Juan José García del Hoyo, catedrático del Departamento de Métodos Cuantitativos para la Economía y la Empresa de la Universidad de Huelva y presidente del Consejo Económico y Social de la provincia de Huelva; y han ocupado la mesa redonda como ponentes Rocío Jiménez Garrochena, delegada de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio en Huelva; Manuel Francisco Gómez Márquez, portavoz del Equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Huelva; Jesús D. de la Rosa, profesor del Centro de Investigación en Química Sostenible (CIQSO) de la Universidad de Huelva e investigador principal de la Unidad Asociada CSIC-UHU “Contaminación Atmosférica” y también responsable del proyecto “Evaluación del impacto a la Atmósfera e implicaciones en la calidad del aire de lixiviados ácidos en depósitos de fosfoyesos” (CGL2014-54637-P), Plan Estatal de I+D+i, 2015-2018; Rafael Pérez López, investigador Ramón y Cajal del Departamento de Geología de la Universidad de Huelva, responsable del Proyecto de Excelencia financiado por la Junta de Andalucía: “Fosfoyesos: de su evaluación ambiental como residuo a su revalorización como recurso” (P12-RNM-2260). Plan Andaluz de Investigación, 2014-2017; y Rafael Eugenio Romero, gerente de la Asociación de Industrias Químicas Básicas y Energéticas (AIQBE).
Abrieron el debate los científicos de la Universidad de Huelva. El profesor De la Rosa explicó el desempeño de control que están realizando in situ -en las propias balsas- y en diversos puntos de muestreo para valorar los efectos que se producen en el aire, trabajo desinteresado que llevan realizando hace más de un año y del que puntualmente informan a la Junta de Andalucía. Aunque con el sistema de medición actual los datos obtenidos están dentro de los límites admitidos en la zona urbana, manifestó su preocupación por el contenido de materiales del concentrado resultante de los lixiviados y su evaporación a la atmósfera, y apuntó que se encuentra a la espera de poder utilizar otro sistema de medición más ajustado. Rafael López Pérez, que centra su análisis en los aspectos relacionados con la dinámica de las aguas del sistema, explicó porque a su juicio el proyecto que está desarrollando Fertiberia para cumplir la sentencia judicial que le obliga a restaurar la zona de las balsas no evitará subsiguientes «salidas de borde»-aportes a la ría desde las balsas- con contaminación medioambiental. Según el científico, el recubrimiento de las balsas no impedirá que haya filtraciones de agua salada desde las bases por la presión del peso de los depósitos, y estó generará un circuito de lavado del fosfoyeso que continuará una vez finalizado el cierre según el citado proyecto.
Rafael Romero, gerente de AIQB y ex-directivo de Foret, hizo una singular referencia histórica sobre polo industrial, resaltando que su origen no se encuentra en la época de Franco, sino en 1870, cuando ya se realizaron estudios para ubicar en Huelva centros de proceso de las producciones de las minas de Extremadura y nuestra provincia. Romero hizo hincapie en que el cierre de la actividad de Foret y Fertiberia -en su volumen principal- no fue una decisión por cuestiones medioambientales, sino por razones exclusivamente administrativas. Informó también que cuando se produjo el cierre, Foret tenía vendido el fosfoyeso para usos diversos, pero que la presión de los ecologistas, lamentablemente en su opinión, provocó el cese de una actividad que, a su juicio, había sido ejemplar en materia de gestión medioambiental. Respecto a lo indicado por sus predecesores en la palabra, Rafael Romero señaló que hay que relativizar la cuestión teniendo en cuenta los depósitos acumulados en la ría y, en general, en terrenos de toda la zona, de origen natural por una parte y de la actividad minera histórica por otra. Opinó que el proyecto de Fertiberia no es un experimento, sino que está desarrollado con casos concretos, y eficazmente, en otros paises de nuestro entorno, y que es la mejor solución para la gestión de los fosfoyesos.
Manuel Francisco Gómez Márquez, reafirmó la idea de que, junto con el desempleo, la cuestión de los fosfoyesos es la que más importa a la ciudad actualmente. Se felicitó por la creación, impulsada por el equipo de gobierno municipal, de la mesa de participación sobre los fosfoyesos, que acaba de formalizar la comisión de expertos que realizarán un informe al respecto. Gómez lamentó que en Huelva los temas se dilatan, se eternizan, de modo de que quedan abiertos. Cree que la iniciativa municipal conduce a afrontar el tema desde un enfoque definitivo.
Por último, la delegada Rocío Jiménez completó la información sobre el tema centrándose en aspectos jurídico-legales y competenciales, resaltando que es el Ministerio el que ha de aprobar y controlar el proyecto y su desarrollo, siendo de la Junta de Andalucía la responsabilidad en cuanto a la Autorización Ambiental Integrada.
El debate, seguido con mucho interés desde el público, se alargó más de dos horas, y los presentes tuvieron la oportunidad de preguntar a la mesa sobre distintos aspectos. Entre otros apuntes, hubo quien cuestionó la exsitencia de la mesa de participación teneindo en cuenta que a lo que se procede es a la ejecución de una sentencia judicial que señala al Ministerio de Medio Ambiente como responsable del control de su ejecución. Al final del debate hubo una interesante intervención, a preguntas del moderador, de José Borrego, coordinador del grupo de científicos que va a realizar el informe para la mesa de participación, quien explicó que los depósitos en la ría permiten tener un conocimiento exahustivo de el histórico de su dinámica.
1 comentario en «Debate de altura sobre la problemática de los fosfoyesos»
Qué expliquen el incidente ocurrido hace unos días cuando dos trabajadores se cayeron en su visita a la balsa de fosfoyesos. A ver si es para relativizar los síntomas que sufrieron por solo una caída, qué hubiese sido de estar en contacto algo más de tiempo con los fosfoyesos. 40 años vertiendo, nos llevaremos 40 años discutiendo que hacer, y otros 40 años para darle solución (taparlo o retirarlos). Al final todos muertos.